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"La denuncia de Viviana Canosa nos obliga a pensar qué clase de periodismo queremos consumir" | |||
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En un paÃs donde la gente defiende las convicciones como al club de sus amores, el trabajo de los medios de comunicación es decisivo para tomar posición en temas polémicos.
En la misma semana en que se abrió el cepo cambiario vigente desde 2019 y que se conocieron las duras condenas para los pedófilos Kiczka, el paÃs quedó en estado de conmoción por la denuncia de formulada por Viviana Canosa contra una presunta red de trata conformada por famosos que operarÃa contra vÃctimas menores de edad. El tratamiento mediático de la denuncia interpela a quienes convergen en los medios de comunicación porque la potencia de este tema nos impide desconocerlo, pero nos obliga a elegir de qué forma nos vamos a mover en aguas turbulentas hasta que esto se aclare.
El público argentino se entrega sin concesiones: ama y desprecia con la misma fuerza, incluso a riesgo de tomar partido por mera simpatÃa y poner las manos en el fuego por gente a la que no conoce. Ése es el deporte nacional: elegir desde lo emocional e influenciados por los medios, algo que pocas veces se puede sustentar desde lo racional. Esto aplica para los canosistas y para los taglianistas, porque en el ágora digital que son las redes sociales los bandos ya están bien definidos y todos dicen saber que lo que dice su figura elegida es la verdad absoluta.
A partir de esta situación, que involucra a varios nombres conocidos y otros que a partir de ahora lo serán por razones no santas, es necesario parar la pelota y ponerse a pensar cuál es el rol que deben tener los medios de comunicación frente a una situación que pone en peligro la carrera, la familia y hasta la salud de las personas involucradas. Todos los medios quieren tener más audiencia, pero ¿Todo vale por un medir un punto más? No y menos aún cuando habrÃa vÃctimas menores de edad. Otra vez ¿Todo vale por medir un punto más? SÃ, porque lamentablemente siempre hay una audiencia dispuesta a consumir cualquier cosa y cuanto más retorcida sea la noticia, mejor.
En ese punto tenemos que poner el freno y pensar, como público, que clase de comunicadores queremos (y merecemos) que entren en nuestras casas ¿Queremos amarillistas que viven de la sangre que muchas veces ellos mismos derraman o queremos profesionales que trabajen con rigor periodÃstico en el marco de la más absoluta seriedad? La respuesta la tenemos en la mano derecha, cambiando de canal o para hacer click en un portal que haga periodismo y no carroña.
En otro lado está la Justicia, única esperanza de encontrar la verdad. Todos tenemos derecho a ser oÃdos, a aportar elementos que contribuyan a la defensa y a ser juzgados por jueces probos. Lo mejor que le puede pasar a los denunciados es eso, sin que los funcionarios judiciales se dejen llevar por posibles prejuicios basados en posiciones politicas de los nombres que están en el expediente, o en su militancia por la disidencia sexual.
Otro deporte nacional es la teorÃa conspirativa. En este paÃs cada habitante tiene su propia leyenda para explicar cualquier cosa, y la denuncia de Canosa no fue la excepción. Por eso no falta en redes sociales quien dice que esto es una cortina de humo para tapar la crisis económica; para que no se hable de la situación de los jubilados y para que no se hable de la nueva deuda que contrajo el gobierno con el Fondo Monetario Internacional ¿Cuál es la verdad? El periodismo serio nos ayudará a conocerla.
(*) Abogado. Periodista.
Nota de opinión de 19 de abril de 2025 exclusiva para Cadena BA, Media News y Diario Platense.
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