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20-03-2011 | Fue declarada sitio de la Memoria | |||
La Plata: Emotiva reapertura de la casa Mariani Teruggi, | |||
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Mar铆a Isabel Chorobick de Mariani, Chicha, no pudo ocultar su emoci贸n al volver a la casa donde viv铆a su hijo y su nieta Cada vez que entra a la casa de donde le arrebataron la mitad de su vida, Chicha Mariani se conmueve al punto de no poder emitir palabra. Ayer no fue la excepci贸n. Apenas pudo traducir en algunas frases las emociones que la atravesaron. El lugar, refaccionado especialmente como "sitio de memoria del terrorismo de Estado", parece haber salido del sepia. Y es literal porque recuper贸 el color que ten铆a aquel mediod铆a del 24 de noviembre de 1976, cuando fue bombardeada por las fuerzas conjuntas que asesinaron a su nuera Diana Teruggi y otros militantes que se encontraban en el lugar, y se llevaron a su nieta Clara Anah铆. "Es una enorme emoci贸n verla del mismo color", dijo la fundadora de las Abuelas de Plaza de Mayo. Pero a la vez "una enorme pena y una alegr铆a, porque va a permitir lo que quise durante muchos a帽os, dejar algo para que todos puedan recordar, tener memoria para recordar lo que pas贸". Tambi茅n como suele ocurrir en cada regreso a la casa de la calle 30 entre 55 y 56, Chicha no estuvo sola. La acompa帽aron Hebe de Bonafini, titular de Madres de Plaza de Mayo; el canciller Hector T铆mermann; el subsecretario de Obras y Servicios P煤blicos, Abel Fatala; el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, y la madre de la presidenta Cristina Fern谩ndez de Kirchner, Ofelia Wilhelm. Hebe se帽al贸 diferencias de estilo con Chicha y las Abuelas, sin embargo reconoci贸 que quererla mucho por todo lo que luch贸. "Siempre se ocup贸 de todos los nietos, investig贸, corri贸, sacaba fotos en las puertas de las escuelas, por lo que todav铆a falta que nuestro pa铆s le reconozca lo que fue capaz de hacer", dijo. No faltaron los compa帽eros de siempre, los militantes de los organismos de derechos humanos, y los vecinos, algunos de los cuales a煤n recuerdan el ensordecedor sonido de las bombas y la metralla. La casa luce cambiada. Y es, como dice Chicha, un legado. Sobre la parte superior, m谩s arriba incluso que el nivel de los techos, se mont贸 una estructura con pasarelas que permite realizar una recorrida a茅rea de la vivienda. Por encima de esa estructura hay un vidrio que cubre y protege todo. Las refacciones alcanzaron a la estructura general de la vivienda. Los arquitectos, quienes tambi茅n dieron su testimonio durante el acto, reforzaron las paredes y la zona de mamposter铆a, arreglaron los pisos, y apuntalaron y pintaron las paredes. "Esta reapertura significa varias cosas. Para los dem谩s, un legado, algo que va a perdurar en la memoria. Para m铆 es una emoci贸n inmensa porque la casa ha quedado como estaba cuando la habitaban mi hijo, mi nuera y mi nieta", afirm贸 Chicha. Y agreg贸: "La dictadura se equivoc贸, cometi贸 errores con los j贸venes, con los viejos, con las abuelas, con las madres ya que en su machismo nos creyeron in煤tiles, no creyeron que 铆bamos a ser capaces de correr para hacer justicia o dejar instalada la memoria para el futuro, se equivocaron y me alegro mucho". La imprenta. La historia tr谩gica de la casa fue contada en un documental. "No se trataba de una casa m谩s. Hab铆a algo que molestaba a la dictadura genocida, una poderosa herramienta de resistencia para enfrentar al r茅gimen dictatorial", cont贸 la voz en off de ese documento. Y esa raz贸n era "Evita Montonera", la revista que se imprim铆a en la imprenta clandestina que funcionaba en una habitaci贸n secreta, ubicada en la parte trasera del inmueble. El canciller T铆merman hizo referencia a la publicaci贸n. Record贸 que llegaba a las redacciones de los diarios, incluido La Opini贸n, que dirig铆a su padre Jacobo. "Quienes no quisimos o no pudimos comunicarlo, no es porque lo desconoci茅ramos, no quisimos, no pudimos, o no supimos c贸mo hacerlo", dijo en tono autocr铆tico. El funcionario agreg贸: "Tal vez el a帽o que viene haya que poner ac谩 una placa que diga que desde esta casa se inform贸 y se luch贸 con la informaci贸n, que es la mejor arma contra la dictadura". Vinculo eso con su cr铆tica al grupo Clar铆n. "Cuanto m谩s grande es el medio, menos negocio es informar, el negocio no est谩 en informar sino en lo que se hace con esa informaci贸n. Por eso durante las dictaduras militares se forman y se concentran los medios de comunicaci贸n", dijo y record贸 en relaci贸n a Papel Prensa que "el monopolio, en sociedad con los dictadores que balearon esta casa y se robaron a la nieta de Chicha pudieron robarse una empresa cuyo due帽o tambi茅n era de La Plata, y era la familia Graiver". Parrilli, quien habl贸 en nombre de la Presidenta, tambi茅n destac贸 la labor de denuncia que se realizaba desde la casa. "Se trataba de difundir ideas y denunciar hechos atroces que ocurr铆an en esos momentos", dijo. |