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"Javier Milei y el espejo oscuro de la historia: '驴Casualidad o estrategia?'" | |||
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La historia no se repite, pero rima. Las grandes crisis suelen dar lugar a l铆deres que, envueltos en el manto de la salvaci贸n, se presentan como los 煤nicos capaces de restaurar el orden y derrotar a un enemigo interno. Javier Milei no es Hitler, pero su gobierno y su estrategia comunicacional parecen seguir una partitura inquietantemente familiar.
Desde la demonizaci贸n de opositores hasta la manipulaci贸n de la opini贸n p煤blica con t谩cticas de propaganda agresiva, su ascenso y consolidaci贸n en el poder tienen paralelismos con reg铆menes autoritarios del siglo XX. La pregunta ya no es si usa las estrategias de Joseph Goebbels, sino hasta d贸nde est谩 dispuesto a llegar con ellas.
1. La propaganda y la construcci贸n del enemigo
Goebbels entend铆a que la propaganda efectiva deb铆a ser simple y repetitiva. Sus 11 principios fueron la columna vertebral del Tercer Reich y hoy parecen una hoja de ruta para la comunicaci贸n de Milei:
Simplificaci贸n y enemigo 煤nico: Milei ha construido su narrativa sobre la dicotom铆a 鈥渃apitalismo vs. socialismo鈥, donde el enemigo es la 鈥渃asta鈥, los 鈥減rogresistas鈥, los sindicatos y la pol铆tica tradicional. En cada discurso, repite el mantra de que 鈥渆l Estado es el problema鈥 y que solo 茅l puede salvar a Argentina de la 鈥渄ecadencia colectivista鈥.
Transposici贸n: Acusa a sus opositores de ser totalitarios mientras concentra poder y restringe derechos. Llama 鈥渇ascistas鈥 a quienes protestan contra su gobierno, como cuando calific贸 de 鈥渢erroristas鈥 a los manifestantes en su primera gran huelga general.
Orquestaci贸n y repetici贸n: Repite hasta el cansancio que 鈥渆l ajuste lo paga la pol铆tica鈥 mientras aplica un brutal ajuste sobre jubilados, trabajadores y sectores vulnerables. El bombardeo constante en redes y medios aliados refuerza su discurso sin permitir fisuras.
Vulgarizaci贸n: Su lenguaje es agresivo, simplista y efectivo. Utiliza insultos y exabruptos para captar la atenci贸n y mantener en vilo a sus seguidores. Frases como 鈥渓os zurdos son una plaga鈥 o 鈥渧oy a dinamitar el Banco Central鈥 generan un impacto emocional que fortalece su imagen disruptiva.
2. Autoritarismo y eliminaci贸n de contrapesos
El r茅gimen nazi desmantel贸 el sistema democr谩tico con la Ley Habilitante de 1933. Milei, en su primera semana, intent贸 algo similar con el DNU 70/2023, un mega decreto que concentraba poderes extraordinarios en el Ejecutivo, eliminando regulaciones y debilitando al Congreso.
La judicializaci贸n de su gobierno sigue una l贸gica clara: cualquier fallo que frene su agenda es interpretado como una traici贸n de la 鈥渃asta judicial鈥. Al mismo tiempo, su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, implementa pol铆ticas que criminalizan la protesta y legitiman la represi贸n.
Los sindicatos y movimientos sociales tambi茅n est谩n en la mira. Su propuesta de eliminar la cuota sindical obligatoria es un intento de debilitar a las organizaciones gremiales, algo que Hitler hizo al disolver los sindicatos en 1933.
3. El culto al l铆der y la militarizaci贸n del discurso
En tiempos de crisis, los l铆deres populistas necesitan construir una imagen mesi谩nica. Milei no es la excepci贸n. Se autodenomina un 鈥渓e贸n鈥, un 鈥渉茅roe鈥 y el 煤nico capaz de salvar a la Argentina. Sus seguidores lo veneran con una devoci贸n casi religiosa, similar a la que el nazismo promovi贸 con Hitler.
La militarizaci贸n del discurso es evidente: Milei habla de 鈥渂atallas鈥, de 鈥済anar la guerra contra el socialismo鈥 y de 鈥渆liminar enemigos鈥. Su equipo refuerza este relato con una est茅tica de guerra cultural en redes, donde sus opositores son tratados como traidores o infiltrados.
4. Pol铆tica econ贸mica y exclusi贸n social
El nazismo aplic贸 un modelo de capitalismo de Estado que benefici贸 a las grandes industrias a costa de la clase trabajadora. Milei, en cambio, apuesta por un ultracapitalismo sin regulaciones, pero el resultado es similar: transferencia de recursos hacia los sectores m谩s concentrados.
La eliminaci贸n de subsidios ha disparado tarifas de luz, gas y transporte, afectando a las clases medias y bajas.
La reforma laboral precariza el empleo y debilita la negociaci贸n colectiva.
El desfinanciamiento de la educaci贸n y la ciencia replica la estrategia nazi de controlar el conocimiento.
Mientras el nazismo persigui贸 a intelectuales y cient铆ficos que no se alineaban con su ideolog铆a, Milei descalifica a universidades y centros de investigaci贸n como 鈥渘idos de adoctrinamiento鈥.
5. Uso de la violencia pol铆tica y la represi贸n
El protocolo antipiquetes de Bullrich no solo criminaliza la protesta, sino que otorga a las fuerzas de seguridad un margen de acci贸n sin precedentes. La represi贸n en manifestaciones y el uso del aparato estatal para perseguir opositores son s铆ntomas de un Estado que se aleja de la democracia.
Milei tambi茅n alienta la violencia desde el discurso. En redes, sus seguidores hostigan y amenazan a periodistas, intelectuales y activistas. Este clima de intolerancia recuerda a la Alemania de los a帽os 30, donde la propaganda nazi gener贸 una cultura de odio que allan贸 el camino para la represi贸n sistem谩tica.
6. El rol de la comunidad internacional
El nazismo fue inicialmente tolerado por potencias occidentales, que ve铆an en Hitler un freno contra el comunismo. Milei, por su parte, ha sido recibido con entusiasmo en foros como Davos, donde su discurso antiestatista seduce a sectores financieros.
Sin embargo, su pol铆tica exterior err谩tica genera desconfianza. Su alineamiento con figuras de ultraderecha como Trump, Bolsonaro y Vox marca un quiebre con las relaciones diplom谩ticas tradicionales de Argentina.
Conclusi贸n: 驴Hacia d贸nde vamos?
Los paralelismos entre Milei y el nazismo no implican que su gobierno desembocar谩 en una dictadura genocida, pero s铆 alertan sobre los peligros del autoritarismo disfrazado de democracia. La combinaci贸n de propaganda agresiva, eliminaci贸n de contrapesos institucionales, concentraci贸n de poder, exclusi贸n social y represi贸n sienta las bases para un modelo de gobierno que se aleja de los principios democr谩ticos.
El desaf铆o no es solo resistir estas tendencias, sino tambi茅n comprenderlas para evitar que la historia vuelva a rimar de la peor manera posible.
(*) Periodista platense
Nota de Opini贸n de 1掳 de febrero de 2025.
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