Un ruralista santafesino se topó con una escena surrealista: al recorrer los límites de su propiedad vio maquinaria agrícola operando en su campo sin su consentimiento. Tras observar tres cosechadoras y dos tractores desde el camino rural, realizó la denuncia y obtuvo una respuesta inmediata por parte de las autoridades locales.

Lo insólito es que quienes habían ingresado eran sus vecinos, que estaban a punto de apropiarse de un volumen de soja valuado en $200 millones. El hecho sucedió en un campo de Villa Minetti, en el norte santafesino

La policía rural “Los Pumas” Villa Minetti entraron en acción rápidamente y desplegaron un operativo para detener la trilla ilegal y recuperar la cosecha sustraída. Se desmanteló la operación ilegal y se logró recuperar 90 toneladas de la oleaginosa. El hecho fue calificado como tentativa de hurto y usurpación.

Al llegar al lugar, “Los Pumas” se encontraron con un hombre de 80 años trabajando dentro del campo

Ante la inusual situación, un vecino de la zona denunció la presencia de maquinarias agrícolas no autorizadas cosechando soja en un campo de 180 hectáreas. El denunciante, trabajador del campo, observó desde el camino vecinal tres máquinas y dos tractores operando dentro de la propiedad. Ante esta situación, efectivos policiales se dirigieron inmediatamente al lugar para investigar la situación.

La policía rural santafesina, conocida como “los Pumas” actuó rápidamente. Desmanteló la operación ilegal y logró recuperar 90 toneladas de la oleaginosa. El hecho fue calificado como tentativa de hurto y usurpación.

Al llegar, los agentes fueron recibidos por un hombre de 80 años, quien afirmó a viva voz que había sido contratado para realizar la cosecha. Tras ser informado por el personal rural de la necesidad de cesar sus actividades, el hombre obedeció las indicaciones y detuvo la cosecha, saliendo voluntariamente del lugar. Las autoridades continúan investigando los detalles del contrato y la legitimidad de la actividad denunciada. Poco después, un productor agrícola llegó al sitio, acompañado de una mujer, alegando ser el legítimo propietario de la explotación agropecuaria.

Una vez informado de la situación, el fiscal a cargo dispuso que se imputara al individuo, de aproximadamente 37 años de edad, por los delitos de robo en grado de tentativa y usurpación. Se presume que este sujeto había contratado a los cosecheros, lo que lo involucraba en la operación ilegal.

La justicia determinó que la soja cosechada, trasladada al campo vecino perteneciente al imputado, fuera entregada como depósito judicial a su verdadero dueño.

Finalmente, por orden judicial de la Unidad Fiscal de la ciudad de Tostado procedieron al secuestro de las maquinarias agrícolas utilizadas en la operación y solicitaron la declaración de los maquinistas y propietarios de las mismas como medida preventiva.

Acto seguido, empleados de la firma propietaria procedieron a juntar la soja mediante un acta de constatación, mientras se realizó una cédula de citación para que el imputado comparezca ante la sección correspondiente y continúe con las diligencias de rigor. (Contexto)