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07-01-2012 | Definiciones de Massa, a orillas del mar | |||
Sergio Massa: "No quiero participar en peleas estériles" | |||
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Verlo asÃ, en short de baño gris, chomba y expresión relajada puede llevar a confundir las cosas. A pesar de su apariencia descontracturada y su sonrisa permanente, Sergio Massa no descansa. Al caer la tarde, se multiplican las reuniones y encuentros informales con empresarios de medios, sindicalistas y dirigentes del peronismo bonaerense que se acercan a tomar mate, café o agua en su carpa en el balneario CR, que adoptó como propio hace casi una década. El peronista disidente Osvaldo Mércuri; el empresario de medios Daniel Vila y el fiscal Carlos Stornelli fueron sólo algunos de los que pasaron ayer, en una jornada con distracción y polÃtica en dosis similares. "¿Reuniones? Nooo. Acá tomo café con amigos", dice sonriente y diplomático el intendente de Tigre, sin ignorar que muchos ven en él al posible sucesor de Daniel Scioli en la gobernación bonaerense. Y las especulaciones van aún más allá. "Algunos miran hacia aquà y ven un proyecto polÃtico. Pero hoy para mà es el tiempo de la gestión", repite una y otra vez el ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner, como para evitar algún enojo extra desde la Casa Rosada en tiempos de conflicto abierto entre Scioli y su vice, Gabriel Mariotto. El ex titular de la Anses durante los gobiernos de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner tiene una explicación para que su nombre pueda ir pegado a las listas de Cristina Kirchner en octubre, o sonar como candidato a gobernador del macrismo dentro de cuatro años. "Yo soy yo. Gobernar es incluir", dice, abriendo los brazos de manera teatral, sabedor de que su imagen de gestión exitosa "es su mejor capital polÃtico", según cuentan cerca suyo. Cuando La Nacion le pregunta si el macrismo lo quiere de candidato en 2013, no lo niega. "Tengo muchos amigos allÃ, como Diego (Santilli), Guillermo (Montenegro) o Emilio Monzó. Pero otra cosa son las definiciones polÃticas, y para mà hay temas que no tienen vuelta atrás, como la reforma jubilatoria y la asignación universal por hijo. No sé qué opina el macrismo de esto", dice, como para marcar prudente distancia, pero sin cerrar ninguna puerta. Cerca suyo reconocen un encuentro con Macri en febrero de 2011 y un ofrecimiento para ser el rival de Scioli, finalmente frustrado. Massa no aceptó, aseguran, "porque la propuesta no incluÃa la incorporación de otros kirchneristas presentables como [Roberto] Lavagna o [Graciela] Ocaña" al plan Macri presidente. Hombre precavido, Massa también evita tomar partido en la contienda Scioli-Mariotto. "No quiero participar de peleas estériles que desgastan y no permiten conectarse con lo más importante: la gestión", asegura. El define los cortocircuitos en la gobernación bonaerense como "una pelea de personalidades. Por un lado, alguien con definiciones muy claras sobre distintos temas; por otro, alguien con una mirada más amplia", dice, en crÃtica velada al estilo del gobernador. ¿Se hubiera sacado una foto con Macri jugando fútbol, como hizo Scioli? "SÃ, pero con trabajo de por medio, como acuerdos en temas de seguridad ciudadana", se diferencia. También marca distancias con La Cámpora, aliados clave de Mariotto, y cuyos dirigentes miran con recelo su estilo alejado del dogmatismo cristinista. "Cada uno es como es, el peronismo es amplio y lo importante es trabajar desde allÃ", afirma. Y dice que Hugo Moyano "cumple con su rol, defender a los trabajadores". Massa quiere hablar poco de la frustrada formación del grupo de intendentes sub 45 que encabezaba junto con el jefe comunal de La Plata, Pablo Bruera. Su apuesta, dicen cerca suyo, es sumar fuerzas en la zona norte del conurbano. Apostó y ganó con el triunfo de Gabriel Katopodis en San MartÃn y Luis Andreotti en San Fernando, mientras genera confianza con su par de Vicente López, Jorge Macri. Y refuerza nuevos objetivos en seguridad y transporte para su municipio. ¿Candidato en 2013 o 2015? "Falta demasiado, es como hablar de los viajes de China a la Luna." Corre viento en la tarde de CR. La sonrisa inalterable sirve de cierre y define su presente. "No es tiempo de especular. La gente nos quiere ver laburando", termina, sin poner fin a las especulaciones sobre su futuro. Por Jaime Rosemberg - La Nación |