Se sabía que la final de la Copa Libertadores entre Santos y Peñarol iba a ser muy reñida. Y así fue. En el primer choque, en Montevideo, no se sacaron ventaja. Fue un 0-0 muy parejo. En el encuentro de vuelta, en el Pacaembú, el conjunto brasileño se impuso sobre el Carbonero por 2-1 y, de esta manera, alcanzó la tercera Copa de su historia. 

Después de un primer tiempo en el que ninguna de los dos equipos se pudieron sacar ventajas, Neymar, la gran estrella del Santos, abrió el marcador al minuto del complemento. El local no se conformó y buscó estirar la ventaja para liquidar el encuentro. A los 68, Danilo estableció el 2-0 parcial y todo indicaba que ya había un ganador. Sin embargo, Peñarol apeló a la garra charrúa, y con más amor propio que juego, salió a buscar el empate. A menos de quince minutos del final, Durval, defensor de Santos, anotó en su propio arco y le ponía suspenso a la definición. 

Pero todas las insinuaciones del conjunto conducido por Diego Aguirre iban a ser en vano. Incluso el Santos tuvo varias ocasiones para marcar el tercero.