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22-01-2013 | Cultivo INTA | |||
Riego en papa: Campaña para estabilizar los rindes | |||
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Debido a su escaso desarrollo radicular, la papa requiere un cuidadoso manejo del agua, que evite tanto las deficiencias como los excesos. La campaña se acerca a la mitad con el pronóstico de un año neutro en cuanto a la oscilación climática de El Niño y, para maximizar el rendimiento y la calidad del cultivo, el productor deberÃa poner especial dedicación al riego, como complemento estratégico.
Uno de los principales factores que afecta el crecimiento de la papa es la tendencia a cerrar sus estomas -poros de las hojas- en respuesta a deficiencias de agua, aún cuando éstas sean leves. Ante la escasez hÃdrica, esos poros se cierran para evitar la pérdida de agua.
"Estos perÃodos de estrés hÃdrico pueden reducir notablemente el rendimiento y la calidad", indicó Marcelo Huarte, referente nacional del cultivo de papa del INTA. Para evitar esto, explicó que "en el Sudeste bonaerense se riega en forma suplementaria para corregir perÃodos cortos de estrés" a partir del inicio de la formación de los tubérculos, etapa conocida como tuberización.
Como todo proceso de multiplicación y agrandamiento celular, caracterÃstico de la formación de los tubérculos, el agua es un requerimiento esencial para el transporte de los nutrientes y la constitución de las células. Si en ese momento el contenido de agua del suelo está por debajo del 50% de la capacidad de campo por más de dos dÃas, la planta de papa -tubérculo cuya composición es agua en un 80%- no puede crecer en todo su potencial.
Finalizado el crecimiento y llenado de los tubérculos el agua no es necesaria y, por lo tanto, el riego aplicado es tardÃo. Las plantas de papa, que en crecimiento son verdes, cuando finalizan ese proceso y se transportan los hidratos de carbono al tubérculo, cambian su color hacia el amarillo, lo cual indica que está llegando a la madurez.
"Muchos productores comienzan a regar muy tarde, después del inicio de la tuberización y muchos riegan cuando la planta no lo necesita, es decir cuando ya está amarillando", señaló el especialista.
Por otra parte, los criterios de eficiencia y conservación del agua en calidad y cantidad originales implican tomar en cuenta la aplicación de agroquÃmicos para el control de plagas, enfermedades y malezas vehiculizadas en el riego. Ésta debe hacerse en tiempo y forma, es decir, aplicar el agroquÃmico correcto y en la dosis adecuada.
La correcta aplicación tiene en cuenta también la calidad del agua -pH y dureza-, la mezcla con otros agroquÃmicos que deben ser compatibles, la cobertura de la planta con una adecuada densidad de gotas, el uso de adherentes y tensioactivos, entre otros aspectos.
En la estrategia de aplicación también resulta importante que los agroquÃmicos no sean afectados por el riego o las lluvias, ya que se corre el riesgo de perder eficiencia en el efecto de los agroquÃmicos y, en consecuencia, reducir el rendimiento y la sanidad de los cultivos.
"Una aplicación defectuosa puede ser la puerta de entrada de enfermedades y plagas de difÃcil control, como el tizón tardÃo y la mosca minadora, que destruyen el cultivo rápidamente", indicó Huarte, según informó Diario Extra de Agencia DIB.
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