Crece en La Plata el mural más grande del mundo dedicado al “Papa de la paz”
04-07-2025
03-07-2025 | Frente a la Catedral
Crece en La Plata el mural más grande del mundo dedicado al “Papa de la pazâ€
La obra promovida por la Municipalidad homenajea a Francisco y su legado en el corazón de la ciudad.

La Plata es escenario de una obra monumental que crece día a día frente a la Catedral de la Inmaculada Concepción. Se trata del mural dedicado al Papa Francisco más grande del mundo, una intervención que rinde homenaje al primer pontífice argentino y lo celebra como líder espiritual de alcance global, promotor incansable de la paz y la fraternidad.

Impulsado por la Municipalidad, el proyecto avanza sobre la pared de un edificio en la emblemática esquina de 14 y 54, con casi 50 metros de alto y más de 5 de ancho, y ya comenzó a transformar el paisaje urbano del casco fundacional, donde decenas de personas se detienen a diario para observar su evolución.

La pieza está a cargo de Martín Ron, uno de los muralistas más reconocidos a nivel internacional, quien encabeza un equipo de cinco artistas. El proceso, que se realiza con técnica hiperrealista, avanza capa por capa sobre un andamio colgante debido a las características del edificio, y se extenderá por alrededor de 20 días.

En los primeros trazos, como es tradición en sus trabajos, Ron escribió “HOLA MAMÃâ€, un guiño afectuoso que se volvió parte de su identidad artística. Con el correr de los días y a medida que el mural toma forma, esa inscripción comenzó a cubrirse en una transición que también refleja su crecimiento constante.

Más allá de su escala y precisión técnica, la obra homenaje al “Papa de la paz†transmite un mensaje que trasciende lo visual: busca resignificar el espacio público y sumar a La Plata un nuevo hito cultural con proyección mundial desde un legado espiritual centrado en la fraternidad y el entendimiento entre los pueblos.

Asimismo, su emplazamiento en el corazón histórico de la ciudad y frente a uno de los templos más importantes del país no es casual, sino que potencia el valor simbólico del proyecto y lo integra al circuito turístico local, consolidando un punto de encuentro entre el arte, la espiritualidad y la identidad urbana local.