Paralelamente, la fuente confirmó que el encuentro, suspendido cuando iban siete minutos de juego (el marcador 0-0), se completaría el 20 de abril, en la propia cancha de Vélez y a puertas cerradas, tal como había adelantado Télam en la víspera.

Ambas medidas se ratificarían hoy mismo: las sanciones económicas por parte del Tribunal de Disciplina, que adelantará su reunión del jueves (será feriado) y que ya recibió oficialmente el caso; y la reprogramación del partido entre los dirigentes del Comité Ejecutivo de la AFA.

"En el informe del árbitro Sergio Pezzotta se especifica que el partido se suspendió por falta de garantías tras la rotura del alambrado de la cabecera que ocupaba la parcialidad de San Lorenzo", informó a Télam la misma fuente del Comité Ejecutivo.

"El encuentro se reprogramará para el miércoles 20 de abril -agregó-, en el estadio José Amalfitani y a puertas cerradas, porque en esa semana Vélez no tiene compromisos por la Copa Libertadores. Ese día se completarán los 83 minutos que restan".

Mientras la investigación judicial respecto de la muerte del hincha de San Lorenzo Sergio Aramayo, ocurrida en los momentos previos al inicio del partido y en las adyacencias del Amalfitani, arrojó hoy varias certezas, el mundo del fútbol quedó envuelto en una urgencia: la de resolver el problema de la violencia.

El primero en pronunciarse fue el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández (a la vez vicepresidente de Quilmes): "Los partidos como Vélez-San Lorenzo no tendrían que jugarse más con hinchadas ni locales ni visitantes, sino en canchas neutrales sin público, ya que han demostrado que tienen una vocación enorme de que las cosas no salgan bien y seguir arriesgando no tiene sentido", dijo.

Fernández pidió que la ministra de Seguridad, Nilda Garré, "pueda trabajar con las manos libres y a fondo para saber qué sucedió y si hay responsabilidad policial, sancionarla".

El jefe de los ministros dijo que "uno cree que se van superando los temas, pero evidentemente no, y si le puedo aportar ideas (a Garré) lo voy a hacer con ella directamente, para buscar alguna alternativa para que no se pueda jugar por un buen tiempo con público ni local ni visitante y hacerlo en canchas neutrales".

En tanto, el presidente de San Lorenzo, Carlos Abdo, despegó al club de las responsabilidades por lo ocurrido: "No tenemos nada que ver. La muerte del hincha se produjo por un mal desempeño de la policía y no por un enfrentamiento de barras. Nosotros hicimos todo lo posible para que esto no ocurriera", apuntó.

Y de inmediato añadió: "Ahora, si la gente encargada de la seguridad no hace el cacheo correspondiente o no se hace en los alrededores del estadio lo que se tiene que hacer para que no haya problemas, no es culpa ni de Vélez ni de San Lorenzo".

Entre los jugadores hubo, por último, opiniones dispares: "Cuando veo que estaban moviendo el alambrado, estaban las señas de lo que había sucedido. Esperemos que cambie la situación de una vez por todas. Queremos mucho al fútbol argentino, vivimos de esto y queremos disfrutarlo. Hablar de muerte es algo muy fuerte", dijo el arquero de Vélez, Marcelo Barovero.

"El único responsable de esto es el hincha, el que va a la cancha a agredir en vez de ver un espectáculo y disfrutar. Son ellos, los hinchas, los que se tienen que concientizar y ofrecer la solución para este tema", agregó su compañero Fabián Cubero.

"Uno va a jugar un partido de fútbol y se tiene que andar preocupando de que no le caigan cosas en la cabeza. Todo esto se puede prevenir si cada uno se ocupa de lo que le corresponde, de lo que se tiene que ocupar. Esa es la bronca que queda", cerró el arquero de San Lorenzo, Pablo Migliore.