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10-06-2012 | EL DEBATE PREVIO A LA CUMBRE RIO+20 | |||
Silvia Révora: "Quieren trasladar su crisis a nuestros paÃses" | |||
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Uno de los ejes de la controversia es el concepto de "economÃas verdes" que, para el gobierno argentino y sus socios de América latina, es una suerte de trampa tendida por las potencias y sus aliados para poner freno a las exportaciones cuando no cumplen con ciertos parámetros "verdes". El otro foco de conflicto es la posible creación de una agencia internacional, que tendrÃa el poder de policÃa para hacer cumplir con indicadores y premisas, inspecciones que los paÃses interpretan como la antesala a restricciones comerciales. A diez dÃas de la firma del documento, todavÃa no hay consenso. Los diplomáticos trabajan contra reloj: hace una semana las delegaciones estuvieron reunidas en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, y esta semana volverán a encontrarse en RÃo de Janeiro. El documento que redactaron dos funcionarios de la ONU designados por Ban Ki-Moon tiene ochenta páginas y muchos de sus párrafos son cuestionados por los representantes de los paÃses en desarrollo. Estos diplomáticos están ante una doble presión: no ceder en la defensa de sus intereses estratégicos y, a la vez, no hacer fracasar la cumbre, que pretende avanzar sobre los logros obtenidos hace 20 años en otra cumbre, en esa misma ciudad. El desafÃo se multiplica para el gobierno de Brasil, también crÃtico del documento, por su condición de anfitrión. "En esta negociación, la Argentina ha encontrado aliados importantes, como la India y Egipto, que se sumaron a los socios del Mercosur", dijo la subsecretaria de Planificación y PolÃtica Ambiental, Silvia Révora, una de las negociadoras argentinas, en una entrevista con Página/12. - A dÃas de la cumbre, ¿qué consensos y qué diferencias hay entre los paÃses? - El documento para RÃo+20 se viene trabajando desde hace muchos meses y, como no se ha avanzado en el consenso entre los paÃses centrales y los del G-77 más China, en estos dÃas se estuvo viendo si se cerraba un acuerdo. El G-77 más China, que son 132 paÃses sobre un total de 193, que tiene a la mayorÃa de la población mundial e incluye a paÃses emergentes como China, India y Brasil, ha estado trabajando muchos meses en este documento. Hasta ahora, no hay consenso. Evidentemente, el documento que va a salir no será un documento que refleje nuestra posición y si no nos refleja, cada paÃs hará sus reservas. - ¿Cuáles son los grandes ejes de la divergencia? - La gran divergencia es que los paÃses centrales están planteando el concepto de "economÃa verde" como el nuevo paradigma ambiental para salvar el planeta. Nosotros planteamos que no hay una definición de economÃa verde, por lo tanto, no podemos apoyar algo que se desconoce. No estamos de acuerdo en sustituir el concepto de desarrollo sustentable, que es mucho más ambicioso y que implica un cambio en el modelo de producción y consumo que nos ha provocado esta crisis ambiental. Como G-77 planteamos que ese cambio lo deben liderar los paÃses centrales, que son los que han impuesto ese modelo global de consumo y de producción insustentable, que se basa en una falacia: que los recursos naturales son infinitos. Producimos y consumimos como si fuéramos a tener una cantidad infinita de agua, de petróleo, de tierra. - Los paÃses centrales no aceptan eso. - Ese es el problema central: los paÃses centrales no asumen su responsabilidad primaria. Lo que plantean es que los costos de la crisis ambiental, por ser planetaria, los tenemos que asumir todos por igual. PaÃses pobres, en desarrollo y ellos. Cuando son ellos los que han causado esta crisis ambiental. - No admiten que la responsabilidad no es la misma para todos. - En el plenario, plantearon borrar el principio de responsabilidades comunes y diferenciadas. No-sotros, como G-77 más China, tenemos premisas que no son negociables. Una es ésa, la otra es nuestra soberanÃa respecto del manejo de nuestros recursos naturales. No vamos a delegar el control ambiental a ninguna agencia globalizada que nos imponga lo que tenemos que hacer con nuestros recursos naturales ni parámetros de cumplimiento. Porque esto de la economÃa verde es una trampa. - ¿En qué consiste esa trampa? - Ellos pretenden poner indicadores y parámetros para la producción de bienes y servicios y aquel que no los cumpla, no va a poder exportar. Por supuesto que eso nadie lo dice. El planteo de ellos es un planteo naïf: vamos a salvar el planeta. - ¿Cuáles serÃan las consecuencias? - Una gran parte de los paÃses centrales está queriendo trasladar su crisis a los paÃses en desarrollo utilizando el tema ambiental. Si exigen el cumplimiento de estos parámetros que quieren imponer con la economÃa verde, va a haber una transferencia enorme de recursos de los paÃses en desarrollo a los desarrollados, porque los que tienen la tecnologÃa son ellos, y nos van a obligar a comprar la tecnologÃa y a endeudarnos. Nuestro planteo de desarrollo sustentable implica la erradicación de la pobreza nosotros, como paÃses latinoamericanos, tenemos mucho que mostrar en RÃo: cómo hemos bajado los niveles de pobreza, al contrario de los paÃses desarrollados, donde en este momento va creciendo la pobreza. - Nuestros paÃses han disminuido los niveles de pobreza, pero ¿se han desarrollado en forma sustentable? - En este momento, no hay ningún paÃs que pueda plantear que tiene un desarrollo sustentable, es nuestra utopÃa. Se plantea que otro tipo de desarrollo es posible. Porque el desarrollo sustentable implica que produzcamos en forma eficiente, con un uso muy racional de nuestros recursos, y consumamos en función de nuestras necesidades básicas, no permitiendo el derroche. Lo que vemos es que en nuestros paÃses hay sectores de la población que tienen que aumentar su consumo pero también hay un sector importante que tiene que evitar despilfarrar recursos naturales a través de consumo insustentable. Por ejemplo, cuando se compran productos que tienen una vida útil muy corta o que requieren un uso intensivo de electricidad o de materias primas. - Si el modelo económico argentino permitió aumentar el consumo, ¿podemos decir entonces que este modelo es sustentable? - No, nadie dice eso. Lo que tenemos en la Argentina es una réplica del modelo impuesto en el planeta y que nosotros no lo vamos a poder cambiar si no lo cambian ellos, que son los que tienen el gran poder económico. Por eso, el G-77, cuando se habla de economÃa verde, le plantea a los paÃses centrales que ellos lideren este cambio de modelo de producción y consumo. Nosotros no lo vamos a poder liderar porque no tenemos ni tecnologÃa ni capacidad financiera. Sà tenemos que darle buen nivel de vida a un porcentaje importante de la población, que es una prioridad de este Gobierno. - ¿Qué balance hace de los veinte años transcurridos desde la cumbre de RÃo '92? - Para nosotros, ha habido más falencias que logros. Porque los principios rectores de RÃo '92 no han sido cumplidos por los paÃses desarrollados, la transferencia de tecnologÃa y apoyo financiero a los paÃses en desarrollo. Y ahora lo quieren eliminar. Ahora no hablan de transferencia de tecnologÃa, no hablan de apoyo financiero y quieren eliminar el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, que es el leitmotiv de la convención y que planteamos que deben mantenerse. - ¿En qué consiste ese principio? - En que los que produjeron el fenómeno del calentamiento global de la atmósfera son los paÃses industrializados, desde la época de la industrialización a finales del siglo XVII hasta ahora. Ahora, los paÃses emergentes comenzaron a emitir también gases de efecto invernadero. China e India ya se están pareciendo a los paÃses desarrollados en sus emisiones, pero es un hecho reciente. Por eso la convención dice que las responsabilidades son comunes pero diferenciadas: el que causó el problema debe asumir el costo. Por eso RÃo '92 fue un éxito para los paÃses en vÃas de desarrollo, fue un reconocimiento de que habÃa una crisis ambiental y que los paÃses centrales debÃan asumir un compromiso porque eran los que la habÃan causado. Ahora, veinte años después, sin haber hecho los aportes que tendrÃan que haber hecho, boicoteando la convención, quieren trasladar su crisis a nuestras espaldas. - ¿Qué otros planteos llevan los paÃses de América latina? - Por ejemplo, cuando se habla de empleo verde, nosotros lo sustituimos por empleo decente. Porque nosotros acá tenemos empleo verde, el reciclador urbano, el cartonero que separa es empleo verde, pero no es decente. Tenemos que transformarlo en empleo formal y decente. - ¿Qué frutos puede dar este consenso que hay en América latina? - A mà me interesa la alianza que tenemos los paÃses latinoamericanos, y también con la India y Egipto, con los que lideramos esta posición: estamos de acuerdo con el desarrollo sustentable, queremos definir los temas en forma soberana, y no tenemos que aceptar que nos impongan las prioridades de la globalización, que no están pensadas en función de nuestras necesidades. Vamos a difundir la declaración de Buenos Aires para que la gran prensa conozca nuestra posición. La gran prensa, que está globalizada y manejada por los paÃses centrales, no conoce nuestra posición. - Otro de los ejes de controversia es la creación de una agencia global de control ambiental. - Los paÃses centrales quieren crear una gran agencia en base al Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (Pnuma), porque para establecer parámetros e indicadores para la producción de bienes y servicios se necesita una agencia que controle. Quieren crear una agencia con poderes para fiscalizar el cumplimiento de la economÃa verde. - ¿Ustedes qué proponen en cambio? - Queremos que haya mayor sinergia entre las agencias que existen actualmente y que sea la Asamblea General y el Consejo de De-sarrollo Sustentable de Naciones Unidas un ámbito de definición y debate polÃtico. No le damos mandato al secretario general para que arme esto. Queremos el fortalecimeinto del Pnuma aumentando su membresÃa a todos los paÃses. En este momento tiene solo 46 paÃses, entre ellos la Argentina. - ¿Hay coincidencia con las ONG argentinas que van a participar de la cumbre? - Las ONG han estado muy activas, sobre todo las que trabajan en salud y educación. Las ambientalistas son las más débiles en esto, porque siguen los lineamientos de los paÃses centrales, porque allà tienen su base de financiamiento, y están bastante condicionadas por eso. - ¿Cuál va a ser la posición argentina respecto de las industrias extractivas, como la minerÃa? - En la cumbre no se debate qué actividades son sustentables y cuáles no. Todas las actividades generan impacto, la idea es que lo minimicen. Hay una impronta de ir logrando nuestro propio camino, nuestro propio desarrollo sustentable. - Entonces no van a hablar de minerÃa. - Sobre la minerÃa, le voy a decir lo que pienso. Lo que nos proponemos desde esta secretarÃa es fortalecer el rol del Estado en la evaluación del impacto de esta actividad. Los impactos de la minerÃa a cielo abierto, de una hidroeléctrica, son significativos. Hay una serie de actividades que se requieren para el de-sarrollo del paÃs, pero su localización y la tecnologÃa que usan debe ser evaluada por el Estado para aprobarlas o no. Estamos haciendo un proyecto de ley de presupuestos mÃnimos de evaluación de impacto ambiental para que el Estado nacional y los provinciales podamos conjuntamente evaluar, fiscalizar y controlar estos grandes emprendimientos. Hay que aceptarlos sólo si los beneficios son mayores que los costos. HACKED by ELPIGRE |