25-04-2024
16-03-2011 | Fiscalización de trabajo informal
Clausuran dos fábricas textiles ilegales en Mataderos
Se encontraron talleres montados en habitaciones junto a casillas armadas precariamente, en las que los empleados, en su mayoría de la comunidad boliviana, vivían en condiciones infrahumanas
La viceministra de Trabajo, Noemí Rial, encabezó hoy un operativo de control de empleo informal en Mataderos, por el que se clausuraron dos fábricas abandonadas en las que se habían montado talleres textiles ilegales.

Luego del operativo, Rial destacó "la importancia de la doble fiscalización, debido a que se encontraron lugares en actividad que ya habían sido clausurados".

"Por eso nosotros no sólo inspeccionamos una vez, sino que a los dos meses debemos volver. Tenemos más de 30 mil trabajadores en esta situación, de los cuales logramos que el 25% se regularicen con métodos como altas tempranas de trabajo", resaltó la funcionaria, en declaraciones a Télam.

Rial enfatizó que "hay que hacer una doble inspección siempre, porque la trampa es: te doy el alta temprana y a los dos meses declaro que te fuiste, renunciaste, y dejo de tenerte blanqueado".

También explicó que, por lo general, en el trabajo urbano "hay menores pero siempre están junto a sus familiares, es decir, trabajan y viven en el mismo lugar", y lo vinculó con el empleo rural, al recordar que se presentó un proyecto de ley que contempla sus derechos y que espera tratamiento en el Congreso Nacional.

Las fábricas relevadas estaban ubicadas en el barrio de Mataderos, en las calles Tandil al 6000 y en Garzón y Araujo.
"Esto no es trabajo esclavo, porque habría que determinar que se les retienen los documentos, que son privados de su libertad, pero sí es trabajo no decente por las condiciones en las que están", aseveró la viceministra.

Además de las máquinas de coser, se podían ver hilos de diferentes colores, cables tirados por el piso, instalaciones eléctricas sin disyuntor y etiquetas sobre una mesa de trabajo con los logos de grandes marcas reconocidas.

Rial indicó que "el problema fundamental es la cadena de valor; detrás de la gente en situación de trabajo indecente hay una o varias empresas que se benefician y luego venden no sólo en La Salada sino también en el circuito formal, a precios exhorbitantes".

Los trabajadores contaron  que la jornada laboral era de 08:00 a 18:00 y que cobraban un promedio mensual de 400 a 600 pesos, según la cantidad de prendas realizadas.
AN