Nuestros mediocres dirigentes creen que el problema de la seguridad está en comprar más patrulleros, colocar cámaras de seguridad.
Degradación
cultural, anomia polÃtica, desastre económico, corrupción generalizada. En una Provincia
inmensamente rica, 50% de pobres e indigentes. Más de 2500 civiles muertos en el Conurbano bonaerense en los últimos años y más de 50 agentes de seguridad asesinados a mansalva,
grandes áreas geográficas fuera de control, villas atestadas de drogas,
áreasrurales libradas al amparo de Dios, contaminación por cohecho, compra de
voluntades degrandes sectores del Estado y el clamor social pidiendo que
alguien se haga cargo de lacaótica situación socio-económica, no son más que el
reflejo de una realidad cotidiana, quenos duele como bonaerenses. Este es el
éxito de nuestra "Clase Dirigente" desde 1983. Cuarenta años de destrucción de
los cimientos culturales de la Nación. Los resultados están a la vista.
Y, ¿por qué
hemos llegado a esta situación terminal, escandalosa? Sencillamente porque nos
han gobernado hombres mediocres. Transculturizados e ideologizados
mediocres.Nuestros dirigentes no entienden la naturaleza de las cosas. Carecen
del mÃnimo sentido común. La ideologÃa mató a la PolÃtica y los negocios
bastardos al Bien Común. Pueden mirar, pero no ven. Pueden apreciar, pero no
sienten.
El narcotráfico,
la corrupción y la violencia consecuente, ha debilitado al Estado en todos sus
planos, feudalizando a sus Instituciones. Los casos, en América Latina,
son abrumadores. México (con más de 140.000 muertos) Bolivia, Perú, Colombia,
Venezuela,Brasil, Paraguay, Ecuador. Miles de muertos, áreas geográficas sin
soberanÃa estatal,violencia, corrupción generalizada, falta de inversión,
desocupación, pobreza, hambre ydesnutrición. Solamente con un sano y sólido
Estado, Argentina podrÃa haber quedado al margen de ésta realidad. Pero nuestras
instituciones están destruidas, malversadas ydecadentes, gracias a hombres
mediocres que han optado por hacer ideologÃa barata,extemporánea y superflua,
por resentimiento o por ignorancia.
Del análisis de
la situación actual de nuestra querida Provincia de Buenos Aires. He expresado
que el eje de la maniobra del crimenorganizado se realiza a través de tres
vertientes operativas: el acceso a las redes de poder,el capital y la
violencia. El narcoterrorismo en América Latina ha utilizado estas vÃas demodo
similar en todos los paÃses. Siempre en forma planificada, a fin de controlar
ydominar a los poderes polÃticos de turno.
Mientras tanto,
nuestros mediocres dirigentes creen que el problema de la seguridad está en
comprar más patrulleros, colocar cámaras de seguridad. Todo comentario parece
obvio ante el propio drama sin sentido, ante tanta sangre vertida adiario en
nuestras calles, de gente inocente. Nuestros gobernantes, carentes de la
idoneidadexigida por la Constitución, (hemos tenido Ministros de Defensa
médicos y Ministros deSeguridad antropólogos) no parecen entender la gravedad
de la situación que nos aplasta.
La Paz de la Nación
está en riesgo y sus únicas preocupaciones están circunscriptas almarco de una
ideologÃa extemporánea y de sus seguidores, que siempre divide,
corrompe,debilita y nunca aglutina, nunca construye. La salvaje lucha facciosa
dentro del partidogobernante, no hace más que agravar la ya de por sà penosa
realidad de millones deargentinos que contemplan atónitos y asombrados las
ridÃculas contradicciones que a diarionos regalan las máximas autoridades de
nuestra decadente Argentina.
El Gran Buenos
Aires y otras zonas del paÃs, se han convertido, por obra y gracia de
la"corrupción polÃtica y dirigencial", en una gigantesca área geográfica donde
sobrevivenpenosamente millones de personas, SIN ESTADO. Allà ninguna
Institución cumple su rolbásico. ¿Esperaremos llegar al estadio terminal
mexicano para tomar alguna medidacoherente y responsable? De no mediar la
inmediata instrumentación de una Estrategia deSeguridad Nacional y de un
Planeamiento Estratégico Integral, que abarque a todos losfactores del poder
nacional: polÃtico, económico, psico-social, militar y tecnológico, lasituación
será insostenible. Y el Estado Fallido una dramática realidad.
El drama de la
guerra civil o "Guerra Social" será el paradigma del conflicto en siglo XXI,en
nuestra región. Debemos evitarlo. Hemos vivido gran parte de nuestra historia
en guerrainterna, nos hemos desangrado inútilmente y no hemos aprendido de
nuestra historia.
Vivimos en una
compleja triple posguerra de pugnas peleadas en los últimos 60 años y ninguna de
ellas ha sido explicitada, asimilada o superada. No aprendimos a aprender.
La ideologÃa ha reemplazado entre nosotros a la PolÃtica y hoy pagamos con
sangre en lascalles dicho despropósito, dicho desconcepto. Nuestra debilitada
cultura busca en los otrosla causa de la propia ineptitud dirigencial. La
evasión, por transferencia deresponsabilidades, es un mal endémico de nuestros
extraviados gobernantes. Escuchar susdiscursos es una prueba elocuente de ello
y nuestros ciudadanos parecen anestesiados por ladesinformación, en particular
aquellos que habiendo recibido educación superior, carecende capacidad de
análisis de la realidad que padecen diariamente.
Aprendamos de la
dramática experiencia de nuestros hermanos iberoamericanos yentendamos el
proceso civilizatorio en curso. Desde hace medio siglo viven ensangrentadospor
el terrorismo ideológico y las drogas, tratando de encontrar una salida
realista a laguerra civil.
El año pasado el
Presidente colombiano solicitó a los mandatarios de AméricaLatina
queefectivicen concretamente su rechazo al narcoterrorismo, en todas
susmanifestaciones. Obtuvo muy pocas respuestas. Algunos de sus vecinos y otros
máslejanos, están ocupados, no están, no contestan. Están tratando de recrear
el sueño de una Internacional Socialista Latinoamericana, junto a los herederos
de Fidel y a espaldas de susmandantes, Foro de SanPablo mediante.Y lo que está
en juego son los valores de nuestraconstitución de 1853. Es decir, La Libertad
como principio rector de toda la sociedad.
En las calles de
nuestro paÃs se percibe, tristeza, pesadumbre, desesperanza, fastidio,bronca.
La violencia remplazó al trabajo genuino y la dádiva planera al
esfuerzoconstructivo. El delito y la desintegración social son denominador
común.
En los
últimostiempos los máximos responsables de la Seguridad Pública en la provincia
de Buenos Airesy especialmente en Rosario admitieron abiertamente su propia
derrota: "Con nuestrosmedios no podemos controlar la situación". El auxilio de
una fuerza federal es lamanifestación más acabada de la pérdida de poder de
esas "administraciones" provinciales,sólo por tomar dos ejemplos. Los casi
90.000 miembros de la policÃas de esas dosprovincias no fueron capaces, "per
se", de encauzar la situación. No tuvieron, ni tienenunaDoctrina de Seguridad
actualizada para enfrentar al Crimen Organizado ni sus nefastasconsecuencias.
Ayer y hoy carecen de "voluntad polÃtica" para alcanzarlos ni losconocimientos
adecuados tomando la experiencia internacional.
No hay objetivos
a corto,mediano y largo plazo, no hay liderazgo, equipos idóneos, cohesión
espiritual de lasfuerzas, sistema judicial acorde a los tiempos que corren
donde la tecnologÃa acelera elritmo del tiempo, y por ende la toma de
decisiones. No hay ni hubo respaldo polÃtico, nijudicial, ni mediático, al accionar
integral de fuerza. Todo se hace por reacción yextemporáneamente. Todo es
parcial, secundario y superficial. Todo está en manos demediocres. Y los
resultados están a la vista. La profunda y añeja crisis cultural, se
tornópolÃtica, y por ende económico y social. La mediocridad reemplazó al
mérito.
(*) Licenciado y Analista en Seguridad con posgrado en PolÃticas Públicas. Profesor adjunto de las materias Planeamiento para la Seguridad y
TeorÃa de la Decisión en la carrera de Licenciatura en Seguridad Universidad Católica
La Plata.
Nota de análisis y opinión de 29 de mayp de 2023 para Cadena BA.
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