Las últimas
décadas han permitido al neoliberalismo, degradar los procesos
democráticos en base a la superficialidad de la polÃtica, como una
cuestión sólo electoral y personificada en determinadas figuras,
apuntaladas desde usinas del poder real, sin otro sustento que la
promoción, las promesas, los mecanismos de armado del mensaje y la
comunicación, la manipulación de la opinión publicada, la
tergiversación, ocultamiento y mentiras como método planificado.
Esa es la expresión de la antipolÃtica, concebida ésta en
los términos de cuestionamiento y destrucción de las complejidades
doctrinarias, filosóficas e ideológicas de las miradas de los
pueblos, diluyendo sus identidades, borrando sus memorias y
produciendo la frivolización de esos contenidos en el seno del
pueblo, que son desplazados del eje del pensamiento crÃtico,
llevando incluso a la militancia al contestarismo cotidiano
superficial, repitiendo la agenda comunicacional que producen en
forma diaria las usinas del poder.
Las complejidades de la
polÃtica nunca son tácticas ni coyunturales, esas son las demandas
cotidianas y presiones originadas en un sistema de intereses, que no
contempla a los de las mayorÃas populares, cuyo nivel de presión
sólo puede sustentarse en la movilización del pueblo cuando lo
hace, pero que siguen siendo frágiles ante el poder, si no se
sustentan en una organización permanente de la comunidad en la
defensa de sus propios intereses. Eso se llama Comunidad Organizada y
organizaciones libres del Pueblo, que el poder real ubica en forma
permanente como el enemigo principal de sus objetivos de acumulación
capitalista, de manera peyorativa llamando al mismo
"populismo".
Comienza entonces la discusión sobre el rol
del Estado, que la antipolÃtica desplegada por el poder colonizado,
intenta poner a su servicio, evitando las regulaciones de cualquier
tipo, con un eje centrado cuando ejerce el gobierno, en el control
social del conflicto y el disciplinamiento del pueblo que establece
desde la relación gubernamental, similar a la dinámica
opresor-oprimido, con mecanismos más sutiles revestidos de supuestas
garantÃas constitucionales, en estructuras legales instituidas por
esos mismos factores de poder. El poder popular constituido por el
voto del pueblo en términos democráticos es denostado, aún en los
marcos formales republicanos, siendo entonces demonizado como
"totalitario" o "autoritario" aunque atraviese múltiples
elecciones populares, llevando al poder real, CÃrculo Rojo por
ejemplo, a desplegar acciones destituyentes o golpistas.
En ese
marco la dilución y debilitamiento de los sentimientos patrióticos,
el recorte de los términos de Patria y Pueblo como expresión
antigua o nostálgica, van provocando una diáspora social en el
afianzamiento del individualismo como proyecto no comunitario, donde
sólo prevalecen los más fuertes y sucumben aquellos sectores
mayoritarios, condenados a la exclusión y a la pobreza-indigencia.
No hay Patria sin pueblo, ni soberanÃa nacional sin polÃticas
estratégicas, que marquen el modelo hacia el cual se conduce el
gobierno y se van tomando las decisiones tácticas, pero con
objetivos a largo plazo, que expresen esos contenidos que en un mundo
conflictivo de guerra mundial, adquieren relevancia geopolÃtica, en
especial regional y latinoamericana, permitiendo diseñar una
polÃtica común defensiva, ante el avance imperial que lo sustenta
en el uso de la fuerza, en una región que ha hecho de la paz un
culto permanente, sólo alterado por la acción depredadora de
fuerzas externas a la región.
Sin memoria y con identidad
diluida, sin compartir el sentimiento patriótico que atraviesa a
todas las capas sociales y las pertenencias polÃticas, el coloniaje
cultural se traslada al sometimiento institucional, colocando al paÃs
en condiciones de ser amordazado en su capacidad de decisión
polÃtica estratégica por temas que suman desde la deuda externa a
los intentos privatizadores de todos los aspectos de la vida
nacional, entregando herramientas claves de soberanÃa polÃtica y
económica, desde el rÃo Paraná a la Patagonia, desde el Mar
territorial a la Antártida y Malvinas, eliminando derechos y
reprimiendo la protesta social emergente a la situación provocada de
ajuste y exclusión.
Es entonces cuando se instala en el seno
del pueblo el desconcierto sobre el rumbo que podrá tomar cualquier
gestión futura en el marco democrático, dado que la ingenierÃa
electoral, marquetinera y direccionada a los oÃdos sensibles de la
preocupación del dÃa al dÃa, legÃtima por cierto, pero
aprovechada por la respuesta fácil de la mentira a futuro, que una
vez consolidada la captura del gobierno nacional se diluyen. Esa fue
la realidad de un gobierno neoliberal macrista, que ofreció el "oro
y el moro", produciendo la mayor depredación del paÃs en sus
recursos naturales, cercenando su soberanÃa con un endeudamiento
único en la historia nacional y excluyendo sin pudor a las mayorÃas
populares.
Por eso cuando se reúne una Mesa PolÃtica del PJ a
discutir las propuestas electorales, independientemente del proyecto
nacional que sustente el Modelo argentino de construcción social
productiva y polÃtica, con objetivos expresados al conjunto de la
comunidad, desde una Nueva Constitución a la recuperación estatal
de todas las empresas de servicios públicos, que son Derechos
Humanos esenciales a la calidad de vida del pueblo, pasando por la
liberación del Paraná a las reformas financieras y fiscales, con
libertad inmediata a los prisioneros polÃticos del régimen
macrista, con la consecuente expulsión de la Corte y la reforma del
sistema de servicio de Justicia hacia un marco democrático y
republicano al servicio del pueblo y no de las minorÃas dominantes
del poder, se vuelve un ejercicio retórico sobre personas que
disminuye la polÃtica.
Marcando esos caminos y difundiendo los
objetivos, de emancipación nacional basados en la filosofÃa y la
teologÃa de la liberación que parecen haberse diluido en el tiempo
y sin pudor ni vestimentas ajenas al sentir nacional, sin necesidad
de aparecer "polÃticamente correctos" como demanda la prensa
hegemónica y el poder real, el peronismo filosófico, eje vertebral
del movimiento nacional y popular en la Argentina que trasciende
partidos, sindicatos, movimientos sociales, religiosos y polÃticos
porque se dispone a asumir las demandas de la hora, con la valentÃa
necesaria de enfrentar los cambios estructurales que necesita el
paÃs, para salir de las garras de la dependencia y la claudicación
nacional, que ha sido eje dominante neoliberal en las últimas
décadas, aún con la recuperación de identidad y compromiso de los
12 años felices de Néstor y Cristina no pudimos consolidar una
estructura institucional y patriótica que nos preserve de la
voracidad imperial.
Patria si colonia no sigue siendo un norte a
construir, más aún en la hora actual.
(*) Médico
sanitarista; actual Director del Instituto Superior de Educación del
IOMA; intelectual del campo nacional y popular.
Nota de opinión
publicada el 16 de febrero de 2023 en el sitio
www.lapatriaestaprimero.org.
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