29-04-2024
Juan Manuel de Rosas, Brigadier General y Restaurador de las Leyes e Instituciones de la Provincia de Buenos Aires
Por Gustavo Gabriel Zandonadi (*) @GustavoZandon11


El 25 de enero de 1830 la Sala de Representantes bonaerense concedi贸 al gobernador Juan Manuel de Rosas los t铆tulos y honores con los que pas贸 a la historia. A partir de ese d铆a Rosas fue Restaurador de las Leyes e Instituciones de la Provincia de Buenos Aires.

La concesi贸n de estos t铆tulos al gobernador era una suerte de cheque en blanco que le otorgaban los diputados para que Rosas pudiera hacer lo que quisiese sin necesidad de rendir cuentas. A partir de entonces el poder legislativo pas贸 a tener una incidencia menor en la vida institucional bonaerense. En otras palabras, Rosas se convirti贸 en dictador.

La crisis como justificaci贸n de la concentraci贸n de poder

El 8 de diciembre de 1829 la Sala de Representantes confi贸 el Poder Ejecutivo de la provincia de Buenos Aires a Juan Manuel de Rosas. Pero el nuevo gobernador no quer铆a ser uno m谩s, como lo fueron sus antecesores. La gravedad de la crisis desatada apenas un a帽o antes con el crimen de Manuel Dorrego impuls贸 a Rosas a exigir mayores atribuciones para poder tomar en茅rgicas medidas que alejen al fantasma de la anarqu铆a.

Haci茅ndose eco de la advertencia del gobernador, qui茅n all谩 por 1820 (mucho antes de dedicarse a la actividad pol铆tica) hab铆a declarado p煤blicamente su "Odio eterno al tumulto, amor al orden y obediencia a las autoridades constitu铆das", se lanz贸 a discutir un proyecto para dotar al titular del Ejecutivo bonaerense de facultades extraordinarias.

El debate culmin贸 el 25 de enero de 1830. Rosas recibi贸 un poder extraordinario, nunca antes concentrado en una sola persona, en el R铆o de la Plata. De poco sirvi贸 la oposici贸n de los diputados Mart铆n Irigoyen y Juan Vald茅s, que a pesar de ser federales como Rosas, se pronunciaron en contra observando que la medida era violatoria de los principios republicanos.

Rosas y los excesos de la mano dura

Como marcas registradas de la gesti贸n de Rosas al frente de la provincia se puede se帽alar el orden en todos los niveles de la administraci贸n, la austeridad en el manejo de los recursos, la confusi贸n entre el Partido Federal y el Estado, la persecuci贸n a la oposici贸n y por 煤ltimo, el uso obligatorio de la divisa rojo punz贸 y el culto a la personalidad del l铆der.

Para sus detractores, 茅se es el Rosas que inclina la balanza a la hora de establecer un juicio hist贸rico sobre su paso por la vida p煤blica argentina. En cambio, para sus ac贸litos prevalece el Rosas que en inferioridad de condiciones se anim贸 a desafiar a las potencias navales de su 茅poca, defendiendo la soberan铆a nacional a煤n cuando se preve铆a una derrota.

驴Por qu茅 la figura de Rosas qued贸 en el bronce de la historia argentina?

La llegada de Juan Manuel de Rosas al gobierno de la Provincia de Buenos Aires no fue casual. En el devenir hist贸rico de la Argentina la aparici贸n de un liderazgo fuerte viene a compensar un per铆odo previo ca贸tico y an谩rquico. Rosas no tom贸 la decisi贸n de meterse en pol铆tica una semana antes.

Su lanzamiento a la vida p煤blica fue fruto de una acumulaci贸n de prestigio y poder en la campa帽a bonaerense, forjada al calor de los desencuentros pol铆ticos y la poca habilidad de la dirigencia de la 茅poca para poner rumbo hacia la unidad nacional capaz de contener a Buenos Aires y al interior bajo el mismo paraguas.

A帽os atr谩s, cuando su fama empezaba a crecer, apoy贸 al buen gobierno de Mart铆n Rodr铆guez y tuvo una activa participaci贸n en las negociaciones que concluyeron en la firma del Pacto de Benegas, hecho que seg煤n Carlos Floria y C茅sar Garc铆a Belsunce en su libro Historia de los Argentinos-Tomo 2, lo convirti贸 en campe贸n de la paz.

Juan Manuel de Rosas era la representaci贸n de los sectores humildes. En ese sentido el paralelo que respetados historiadores trazaron entre Rosas y Per贸n es un acierto. Pero tambi茅n representaba a los hacendados, por serlo 茅l tambi茅n y por ser el hombre de la clase propietaria m谩s respetado y querido por la peonada.

Como suele suceder en historia no hay un 煤nico Juan Manuel de Rosas. Existen todos los que nos permite la entelequia que crean los amantes de la historia con la interacci贸n de los personajes en el pasado.

(*) Bachiller Universitario en Derecho, periodista de oficio. 

Nota de opini贸n del 25 de enero de 2023 exclusiva para Cadena BA.