Tras los incidentes en las inmediaciones del Congreso durante la sesión que daba tratamiento al acuerdo con el FMI en la Cámara de Diputados, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández afirmó que se trató de ataques premeditados con un destino claro.

"A la oficina de Cristina Kirchner la marcaron para después agredirla. No tengo ninguna duda, estaba marcada con pintura roja", declaró Fernández y aseguró que también se marcaron otras oficinas, por un grupo minoritario. Además, continuó: "Hubo una agresión, pero no sé con la búsqueda de qué resultados".

Asimismo, el funcionario volvió a cuestionar los dichos del dirigente de La Cámpora, Andrés "Cuervo" Larroque, quien había cuestionado el silencio del Presidente ante los disturbios en el Congreso. "Aturden el silencio y la parsimonia del gobierno frente al ataque al despacho de la Vicepresidenta", disparó a través de un mensaje de Twitter.

"Es una estupidez decir eso, no hubo parsimonia del Gobierno porque inmediatamente de que las cosas se fueron sucediendo, el Presidente se comunicó con Cristina (Kirchner) y con uno de los colaboradores, para ponerse a disposición e interesándose ante lo sucedido", respondió Fernández.

En la misma línea hizo referencia a la interna con el kirchnerismo dentro del Frente de Todos. "No coincidimos en determinadas cosas", manifestó, y sostuvo que las discusiones se generan ante situaciones que deben resolverse en la actualidad. "Estas discusiones deben tener fin, y el único que toma las decisiones es el Presidente de La Nación", argumentó.

Por último, en al índice inflacionario de febrero, el ministro aseguró que la Argentina vive un "momento muy malo", pero aclaró que Alberto Fernández trabaja en un plan antiinflacionario para combatir la situación actual. "Veníamos con 50 puntos de inflación en los últimos años", sostuvo ante una clara crítica a la gestión de Mauricio Macri, y concluyó: "Las complicaciones no son tan fáciles de resolver porque estamos con la soga al cuello por el tema del Fondo". (NA)