19-04-2024
"Berni: 'El Líder de la rebelión policial'"
Por Esteban Arriada (*) 

Como estratega militar y profesional de las artes médicas y la ley, el actual máximo Jefe de las Fuerzas policiales, conociendo el malestar existente por las condiciones de trabajo, trazó una estrategia magistral que calzaba justo en las necesidades del Gobernador (nuevos recursos de financiamiento), como también de su jefa política, rompiendo relaciones abruptamente con la Capital Federal.

Sabiendo de las posibles protestas de trabajadores policiales que se llevarían a cabo a partir del día lunes 7 de Septiembre y que le fueran informadas, también, desde el Ministerio de Seguridad de la Nación 48 horas antes de que suceda, muchísimas personas nos preguntamos ¿porqué no hizo nada para evitarlo?

Desarrollo de las protestas

Luego de las protestas llevadas a cabo por la Policía de Misiones y que éstas hayan logrado una mejora salarial para los trabajadores de la Seguridad Pública de aquella Provincia, varias organizaciones de heridos y policías convocaron a una marcha al Ministerio de Seguridad en La Plata a llevarse a cabo el 7 de septiembre, a la que concurrió muy poca gente, logrando entregar un petitorio en la misma.

Los trabajadores policiales de Almirante Brown, fueron los que se animaron a empezar el reclamo, al que de forma casi inmediata se sumaron centenares de policías del conurbano Sur y Oeste, hecho que fue menospreciado por el propio Ministro de Seguridad, destratando el reclamo y mandando a los jefes a amenazar al personal, aumentando con ello el malestar y la protesta.

Durante la madrugada del día 8, el propio Ministro se reunió con un grupo de voceros en una dependencia policial de Almirante Brown, hecho que existió a pesar de las mentiras del propio Ministro, dónde menoscabó la protesta diciendo que se trataba de 30 personas y un par de patrulleros, descontando que las mismas ya se habían diseminado a Puente 12 (La Matanza), el Cruce de Varela, Mar del Plata y muchos Comandos de Patrullas de toda la Provincia.

La conferencia de prensa dada el día martes 8 por el Propio Ministro de Seguridad y el Jefe de Gabinete de Ministros de la Provincia, si bien reconocía parte de los reclamos genuinos de los trabajadores policiales y asumían estar ya trabajando para anunciar un Plan de Seguridad, dejó para el día jueves o viernes de esa semana los anuncios, aumentando la incertidumbre y la protesta que fue al unísono de todos los trabajadores de la provincia.

En todo momento, desde el inicio de las protestas hasta los anuncios del Gobernador del día jueves 10 de septiembre, los trabajadores policiales desorganizados pero con reclamos comunes reconocidos por el propio Gobierno, fueron eligiendo sus VOCEROS, a fin de tratar de ser escuchados y que sean éstos los que transmitieran la información a todos los policías en los epicentros de reclamo.

Transcurrió el día miércoles, con incertidumbres, amenazas de los Jefes, algunas reuniones con los voceros por parte del Jefe de Policía pero sin ninguna información que pudiera destrabar el conflicto, porque la intención, claramente, era que se necesitaba vivo un conflicto que justificase una medida extrema para resolver los problemas de toda la Provincia de Buenos Aires y para eso alimentaban las incertidumbres y el malestar del personal policial.

Los anuncios del Gobernador del día 10, no respondieron al petitorio presentado y consensuado por casi todos los trabajadores policiales de la Provincia, anunció un magro aumento salarial que no cubre ni siquiera el retraso de más del 30% que asumió conocer el Gobierno a través de su Jefe de Gabinete, triplicó el valor de la hora extra (Co.Re.S.) a $120, como si eso valiera la hora excesiva de trabajo de quién da la vida por su sociedad, y anunció la creación de 2 hospitales y planes de vivienda, que no eran parte de lo solicitado.

La reacción del personal, ante la primer certeza expresada desde el día lunes 7 hasta ese jueves 10, fue descomprimir automáticamente la protesta y volver a sus funciones, dejando en claro que lo que pretendían las decenas de miles de policías en sus reclamos, era ser escuchados y atendidos en sus necesidades, cosa que el Gobierno no quiso hacer, sabiendo que como primer método para la resolución de conflictos es el diálogo.

El responsable

Sin dudas que cada hombre y mujer que viste un uniforme asume responsabilidades únicas dentro de nuestra sociedad, pero si ellos asumen esas responsabilidades ¿cuáles son las que le caben al Ministro de Seguridad?

Fue el propio Ministro Berni quién asumió públicamente conocer la problemática y venir hablando en los medios de ella con más de 10 días de antelación al conflicto, tal vez en una posición gremial o tal vez avivando el malestar, pero que sin dudas se aleja mucho de la posición virulenta y vengativa asumida luego de que el conflicto se disolviera.

El Ministro, es quién acapara la escena mediática y desde ese poder (el cuarto poder), asume la posición de Juez y elige culpables de un conflicto que él mismo pudo haber evitado porque conocía en detalles según sus propios dichos, y porque tenía la información de que iba a desarrollarse pero eligió no hacer nada, no solo para prevenirlo, sino para descomprimirlo durante los 4 días que se sostuvo, por el contrario, eligió el destrato y las amenazas como forma de potenciarlo.

Es increíble ver la verborragia de un "especialista" en Inteligencia, Fuerzas Armadas, Medicina y Abogacía, tal vez el más preparado para resolver miles de conflictos (así se muestra en sus spot cinematográficos), pero que demostró fehacientemente la capacidad de daño que tiene, porque desde el Poder de su cargo dejó en vilo a la sociedad y miles de trabajadores uniformados, para luego elegir a algunos de esos voceros como objetivo de su ataque y criminalización, de la misma forma que un niño rompe algo y al llegar sus padres culpa al hermanito menor.

(*) Secretario General, Movimiento Policial Democrático (MPD)

Nota de opinión de fecha 26 de septiembre de 2020.