18-04-2024
“Nuestro error de carga”
Por Carlos A. Sortino (*) @CarlosASortino

Hubo una organización que tomó al Estado y subordinó al Poder Judicial y al Poder Legislativo para el logro de sus propios intereses, que ordenó un masivo espionaje con fines de chantaje y extorsión, que logró enriquecer, mucho más de lo que ya se habían enriquecido, a sus principales dirigentes y a sus mejores amigos…

Es la misma organización que hoy, desde fuera del Estado, manda a un falso campesino a recomendar que maten a los kirchneristas, que ordena una manifestación anti cuarentena en plena pandemia, con resultado de muerte por coronavirus de sus propios manifestantes, que toma un crimen común y corriente y lo convierte en un crimen por encargo del kirchnerismo…

Estos frenéticos acontecimientos, discursivos y no tanto, recientes y no tanto, indican que no sólo hay una o más democracias alternativas, una o más democracias todavía inexploradas fuera del canon liberal. Existe además la antidemocracia, lo antipolítico, aquello que con ropaje republicano siembra fascismo.

Dejó escrito Umberto Eco hace algunos años que el fascismo puede volver todavía con las apariencias más inocentes y que nuestro deber es desenmascararlo y apuntar con el índice sobre cada una de sus formas nuevas, cada día, en cada parte del mundo.

Y destacó algunas de sus características:

Por ejemplo, que la cultura es sospechosa en la medida en que se la identifica con actitudes críticas y el pensamiento crítico opera distinciones y distinguir es señal de modernidad. Para el fascismo, el desacuerdo es traición.

Por ejemplo, que convoque a las clases medias frustradas. En nuestra época, el fascismo encontrará su público en esta nueva mayoría.

Por ejemplo, que enarbole el principio de guerra permanente, el anti pacifismo.

Por ejemplo, que postule el heroísmo, el culto a la muerte.

Eco enumera otras características para estar atentos, pero creo que con estas alcanza.

Aquella organización reúne todas estas características (y las que no están aquí, también). Siembra fascismo apelando a los sentimientos más oscuros que anidan en cada uno de nosotros. Y logra su brote en muchos. No importa si brota en la mayoría del pueblo o en una minoría. Lo que importa es que es peligroso. Lo que importa es ese sentimiento fascista que despierta, hablando en nombre de la República. De esa República que sólo acepta una sola forma de sentir, de pensar, de actuar.

Esta es la convicción del fascista. Porque la otredad no le resulta comprensible ni le interesa comprenderla. Por lo tanto, la desprecia, la niega, la elimina. La xenofobia, la misoginia, el machismo, la homofobia, sólo son derivaciones de aquella matriz ideológica. Es por todo esto que no sirven los llamados a la racionalidad, al diálogo democrático. Es por todo esto que tampoco sirven las calificaciones de canallesco o de miserable. Porque todo eso no les interesa.

Así que hay que hablar con claridad y saldar nuestro error de carga: no son irresponsables, no son mentirosos, no son tramposos, no son infantiles, no son mamertos, no fracasaron, no están locos. Son fascistas.

(*)  Carlos Sortino exclusivo para Cadena BA. 12/07/2020

Periodista, ex docente de la UNLP. Referente de la Agrupación Municipal Compromiso y Participación (COMPA): https://www.facebook.com/COMPALaPlata/