Desde que empezó la cuarentena y el estado de alarma de se convino no hacer manifestaciones en las calles por pura coherencia con la pandemia y por encima de todo, por solidaridad para con el cuerpo sanitario al completo.

Haciendo un poco de cronología desde que empezó la pandemia del covid-19, podríamos decir que nuestro gobierno no estaba preparado para esta situación, y por ende el resto del mundo casi al completo. ¿Por qué?, por los continuos recortes en la sanidad pública, investigación y la protección de una educación pública.

El capitalismo nos hace estar sumidos en una continua guerra abierta en quien queda último, pierde y quienes siempre lo hacen son las clases trabajadoras, que no podrán resistir pagar, de nuevo, una crisis que no han generado.

Si se quiere poder tener garantías de hacer frente a un posible rebrote se ha de luchar por blindar servicios básicos en lugar de a las grandes cuentas, que solo miran por su dinero y además, garantizar una seguridad sanitaria a su personal de trabajo.

En estos días tuvo su nacimiento un movimiento contra el gobierno de PSOE-UP. Pero ¿qué piden?; ¿luchan para que nadie se quede atrás en esta nueva crisis?, la respuesta es NO.

En las primeras manifestaciones en el barrio Salamanca de la ciudad de Madrid, se podía comprobar que únicamente luchaban por conservar sus privilegios de clase alta y poderosa. Pero como se podría llegar a esperar, se ha extendido a diferentes barrios del país que no son tan adinerados y con ello se vuelve a caer, una vez más, en que quienes están en estas zonas ricas no se van preocupar por ti que vives en un piso de unos 80 metros cuadrados, aunque tengas tu bandera de ESPAÑA. Sino todo lo contrario.

Por otro lado. Tenemos a la policía, dirigida por el Ministro del Interior, que como viene siendo la norma son blandos con quienes dependen de alguna forma y reprimen a quien  se pone delante de un edificio para que no desahucien a una familia sin recursos, a quienes en la Marea Blanca o Verde defienden un modelo justo o bien a quienes quieren decidir su futuro por medio del voto.

En esta "nueva normalidad" que nos están vendiendo, no podemos volver a tener índices tan altos de contaminación que hagan de nuestro planeta un lugar no habitable, mayor precarización laboral, violencia machista, feminización de la pobreza, pensiones indignas, el racismo institucional que no regulariza a quienes trabajan de sol a sol o que no permita que quienes son "héroes" luego tributen en paraísos fiscales.

Como conclusión quiero recordar que mientras estamos en esta pausa mental de preocupación de una sola cosa: el pueblo palestino sigue en condiciones horribles, el Kurdistan sirio continua siendo atacado por Turquía que a la vez manda sin respuesta a multitud de personas a la frontera griega o las personas que hacen negocio con la salud de todo los seres humanos.

(*) Jaime García Flores exclusivo para Cadena BA, 5 de junio de 2020.

Graduado en Geografía e Historia por la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla, España), maestrando en Cs. Políticas en la UNLP. Periodista y polemista. Colaborador de Cadena BA.