“Medios y poder: amor y odio en tiempo de cables y de redes”
20-01-2025
“Medios y poder: amor y odio en tiempo de cables y de redes”
Por Reynaldo Claudio Gómez (*) @gomezperio

Durante un tramo de una congelada entrevista de trasnoche, Luis Novaresio le pidió a Axel Kicillof que describiera las virtudes políticas de Máximo Kirchner. El gobernador trazó una escueta definición menos crítica que afectiva del diputado nacional. Para rematar la semblanza, remarcó que "además (hay que tener en cuenta) de quién es hijo, las charlas de sobremesa…", imaginamos que con Néstor y Cristina, sus padres.

Unas horas antes, la hermana de Máximo, Florencia Kirchner, había publicado en su Instagram una síntesis personal de sus últimos años.

"Abril de 2016. Un tiempo antes de que según los medios de comunicación dejara de ser una pendeja frívola para pasar a ser la capa de la mafia, con una mente por encima del rango normal, dado que con 12 años ya vivía una vida ilícita. Cada vez que el Macrismo generaba un nuevo hundimiento, sabía que era semana de mi nombre difamado por todos lados, de los orangutanes de la justicia metiéndose en mi casa y haciendo conmigo lo que querían, fuera de cualquier marco legal. Se había vuelto un plan sistemático. Me enfermaron, sí, pero jamás lograron que odiara mi nombre". Con una foto ilustrativa de ella en aquel abril, Florencia se quejaba por la red. 

Rápidamente, los medios electrónicos recogieron el guante. Algunos para exagerar la opinión de la menor de la familia Kirchner, para situarse como víctimas de una mecánica que funciona por sí misma, que no tiene responsables y que reacciona al ritmo de los algoritmos o algo así. Otros, se pronunciaron para estrechar la diestra de Florencia, cuyo presente no es otra cosa que la consecuencia de la maquiavélica mediática, siempre tan "antinacional y popular".

Upa. Ni una ni la otra. Ni Florencia es una víctima ni los medios los son. ¿O acaso ella no gozó también de la sobremesa con sus poderosos padres, donde,  se hablaba, presumiblemente, de política y de sus riesgos?

Los medios y el poder recorren la Historia del país y lo hacen de la mano, desde 1810, y seguro desde antes, previo a la Revolución de Mayo, cuando las jurisdicciones políticas eran otras y la potencia de los poderes, parecida.

En realidad, los medios y el poder no son más que abstracciones. Palabras con las que se evita nombrar a los hombres y mujeres que definen esos espacios. Los medios y el poder tienen nombre y apellido, pero, mejor, una generalización que no ofenda a nadie.

Adjetivos como "poderosos", "perversos", "interesados", "soberbios" les caben a unos y a otros, los completan. Poder y medios saben del sabor de la convivencia igual que conocen el dolor de la ruptura. Amor y odio es la relación que los une y los mantiene vivos.

Al final de la entrevista, Novaresio no estrechó la mano del gobernador bonaerense. Creo que Kicillof no esperaba ese gesto. Sus asesores deben haber cavilado bien las fortalezas y debilidades del encuentro televisivo. Transcurrió helado el reportaje. Entre los medios y el poder los milagros solo son publicitarios.

(*) Por Reynaldo Claudio Gómez, periodista, docente. Exclusivo para Cadena BA, 5 de fmarzo de 2020