23-04-2024
"El Periodismo, camino entre libertad y mentira"
Por Carlos Campolongo (*)    
Hace pocos días se celebró el día del periodista. Ese oficio que Gabriel García Márquez calificó como "el mejor oficio del mundo". A decir verdad además de un oficio que significa relatar acontecimientos con creatividad y precisión, también es una profesión - un modo de ganarse la vida, diríamos sencillamente - pero que al mismo tiempo, ahora, está inscripto en modos de producción posindustrial e informático.

En los últimos tiempos, al dictar mis cursos de grado por más de treinta años, solía "provocar" a mis alumnos con la pregunta inicial: ¿"Creen que el periodismo existe"?

El periodismo nace como un texto para debatir ideas políticas con las revoluciones burguesas. No existía todavía el concepto afianzado de noticia, ni títuloy mucho menos imagen. Esquematizando, esos formatos mutaron hacia una forma escrita al que cierta parte del público podía acceder porque se podía comprar a un bajo precio para enterarse de lo que ocurría. 

Además se habían mejorado las tecnologías de impresión con las tintas y las rotativas. Es el paso hacia la industria y las temáticas se ampliaban en diversas secciones como sociedad, economía, vida cotidiana, etc.

Aquí hago un alto. Según los idiomas, muchas veces, se utilizan como sinónimos las noticias propias del periodismo con la información. Todo periodismo debería ser información, pero no toda información es periodismo.

En su evolución lo "noticioso" se expandió hacia los medios audiovisuales. Y en los últimos años con las redes sociales. En síntesis, de aquél género, digamos, puramente noticioso empiezan a hibridarse discursos, temática, géneros y relatos de diversa índole. Hoy las estadísticas muestran que gran parte de las audiencias se informan por medio de las redes sociales.

El problema aquí pone en cuestión la revisión sobre los fundamentos y modos del periodismo y las nuevas formas de informarse. El campo es confuso. No tiene límites definidos aun.
 El periodismo hay que volver a pensarlo, revisarlo y tener muy presente los comportamientos de periodistas y empresas desde el punto de vista ético.

Nuevas tecnologías originan nuevos productos. Es cierto que se ensanchan las posibilidades de emitir y hacer circular opiniones a través de ellos. Algunos, exageradamente piensan que eso, en sí mismo, es una forma de democratización. Puede ser pero también tiene sus efectos colaterales. Una opinión puede ser más o menos superficial. No cumple con los cánones del periodismo, por lo menos como llegaron hasta aquí. Pero al mismo tiempo esas redes han generado una manipulación de actores de poder, políticos y empresariales. Esto dificulta la búsqueda de la verdad periodística. El anonimato puede insultar o "inventar" hechos y noticias sin consecuencias para quienes las realizan falsamente o para generar estados de ánimos sociales.

A esta altura llegamos a dos conceptos que cada vez se imponen más: las fakesnews (noticias falsas) en la era de la posverdad. Que para mí es un neologismo que lo único que hace es justificar el engaño, o la mentira.

Muchos habría para debatir sobre estas cuestiones. Repito el comportamiento de los periodistas y, también, los informadores. La ética social de la comunicación. Los efectos secundarios sobre la democracia. El mero impacto, sobre todo de la imagen, por sobre los contenidos. La escasez de argumentación y contextualización sobre cuestiones complejas, sobre todo las públicas. 

Por último, y no menos importante, la construcción de la agendas informativas en equilibrio entre el interés, la importancia y el entretenimiento.

Todo esto demanda que la educación, en nuestro país muy degradada, no sea un tema ocasional de campañas si no un estudio profundo sobre las condiciones de la información en el Siglo XXI para que sirvan para ampliar las libertades, la conciencia social, el conocimiento crítico, la responsabilidad por los actos como individuos o grupos en un tiempo de altísima complejidad y cambios tecnológicos vertiginosos.

(*) CarlosCampolongo, nota exclusiva para Cadena BA, 11 de junio de 2019.
Reconocido periodista, es además abogado, psicólogo y docente de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).