El
próximo 27 de Abril será oficiada la canonización de cuatro mártires de la
argentina del ´76, Monseñor. Enrique
Angelelli, Carlos de Dios Murias OFM Conv., Gabriel Longueville y
Wenceslao Pedernera; nuevos santos, nuevas balizas que demarcarán la navegación
de muchos en un mar con diversidad de especies.
El
Obispo Angelelli, hijo de trabajadores de la tierra, sin duda poseÃa un oÃdo en
el Evangelio y al magisterio eclesial, y otro en el pueblo, como solÃa decir. Un
oÃdo muy afinadocon increÃblecapacidad de escucha a los "desheredados de su
tiempo"; con gran sensibilidad en el acompañamiento de los pobres, de los
jóvenes, de los obreros, de las familias, afrontó en su misión el anuncio
integral del Evangelio y el cuidado sacerdotal de su pueblo, buscando dialogar
con todos", lo describió Mons. Uriona FDP.
Inició
el ministerio como asesor de la Juventud Obrera Católica (JOC) y la Juventud
Universitaria Católica (JUC), ligadas a la Acción Católica; la juventud
peronista lo acompañaba en su andar. En 1961, con apenas 38 años de edad, el
papa San Juan XXIII lo nombra obispo auxiliar de Córdoba. Al tiempo, participó en
21 ocasiones de las tres sesiones del Concilio Vaticano II que lo marcaron por
el resto de sus dÃas.En las conclusiones del mismo, Mons. Angelelli
reflexionaba al tener "in mente" ciertas actitudes y formas de vivir de sus
pares que desfiguran el rostro de Cristo:"..los siglos han echado sobre
nuestras espaldas muchas vestiduras que impiden que los hombres, nuestros
hermanos, se acerquen y descubran que somos los apóstoles de Cristo".
En
1968 el Beato papa Pablo VI lo convierte en el tercer obispo de La Rioja.
"Fué
su deseo de implementar el Concilio Vaticano II y el documento conclusivo de la
Conferencia de MedellÃn (1968) lo que le significó resistencia y rechazos de
algunos sectores de la Iglesia riojana. Su cercanÃa con los pobres y acompañamiento
en sus reclamos por la tierra, el trabajo, la justicia, le atrajeron el rechazo
de los terratenientes, los poderosos y las Fuerzas Armadas", Mons. Lozano.
Instaba
a trabajar en equipo, laicos y religiosos, (podemos imaginar el rechazo de sus
pares en la argentina de hace 43 años donde los obispos tenÃan la última y la
primer palabra).
Ya
en 1973, las denuncias de injusticias y el testimonio de vida de Mons.
Angelelli, molestaban sobremanera a sectores quienes con sus crÃticas hacÃan lo
imposible para acallarlo; ello provocó una directa intervención del Papa Pablo
VI quien envió a Mons. Zaspe.
Ese
mismo año, Bergoglio realizó un retiro en ésa provincia: "fueron dÃas
inolvidables, dÃas en que recibimos la sabidurÃa de un pastor que dialogaba con
su pueblo y recibimos también las confidencias de las pedradas que recibÃa ese
pueblo y ese pastor, simplemente por seguir el Evangelio. Me encontré con una
Iglesia perseguida, entera, pueblo y pastor".
El
13 de Marzo del 2013,Bergoglio como sucesor de Pedro, "Francisco"marcó el
comienzo del fin de una época de predominación de cargos, de no escucha a los
laicos, de corrupción y abusos.A pocos meses del inicio de su papado, en la JMJ
de RÃo, no sólo les dijo a los jóvenes: "hagan lÃo"; sino que pidió lÃo en las diócesis y que la Iglesia salga a la calle.
A partir del sÃnodo de jóvenes de hace pocos meses, los jóvenes han sido
escuchados por sus obispos y reclamaron una iglesia
transparente, acogedora, honesta, atractiva y alegre. En su reciente Exhortación
Apostólica postsinodal ChristusVivit,
dirigida a jóvenes y pueblo, reconoce la existencia de "lastres" en la institución que quieren "avejentarla, esclerotizarla en
el pasado, detenerla, volverla inmóvil" (35), y no haberlos escuchado por
actitudes de "respuestas preconfeccionadas y recetas preparadas, sin cabida
para las preguntas y planteos de los jóvenes",(65).
Hace
poco, él mismo ha reiterado la existencia de situaciones marcadas por elitismo
y clericalismo que han alejado y traicionado al pueblo de Dios, e instó a
denunciar cada caso de abuso, que en general son consecuencia de abusos de
poder y de conciencia. Benedicto XVI en su momento alertó: "La Iglesia no crece
por proselitismo, sino por atracción".
En la historia de la iglesia, el ConcilioVaticano II, avizoró
el futuro y fue actuando en consecuencia, Francisco lo describe como un "soplo" del EspÃritu Santo
que inició un fructÃfero proceso de renovación de la vida consagrada, y que a
pesar de sus luces y sombras logró un tiempo de gracia.
En
Julio de 1976 el párroco francés Longueville y su vicario Murias OFM,
pertenecientes al Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, fueron
secuestrados; fue Murias quien quizás se anticipó con su frase: "Más vale morir
joven habiendo hecho algo por el Evangelio, que morir viejo sin haber hecho
nada".
"La
convicción de que nadie puede matar el alma, que hay una vida verdadera que
viene de Dios y que sólo en Él alcanza todo su sentido, acompañó a Carlos y a
Gabriel hasta el final", aseguró Mons. Colombo.
A
la semana, Pedernera, campesino y catequista miembro del Movimiento Rural de
Acción Católica y colaborador de Angelelli, fue acribillado a balazos.
Aconsejado
por Mons. Hesyane a salir del paÃs, Mons. Angelelli prefirió no abandonar su
rebaño: "De ninguna manera, si me voy, seguirán matando a mis ovejas…". Transcurrieron
otros siete dÃas y sufrió "el accidente" que lo llevó a asegurar que "lo
asesinaron porque encaró su pastoral programada según el proyecto de Jesús de
Nazaret". Mons. De Nevares SDB, uno de los "tres mosqueteros" de aquella época
junto a los Mons. Hesayne y Novak SVD, lo tildó de "crimen de la dictadura".
Bastaron
quince dÃas del año 1976 para que la nación sufra la pérdida de cuatro pastores
con permanente olor a oveja, indudables apóstoles de
Cristo.
Monseñor
Ñañez habló de "sangre derramada por fidelidad al Evangelio en medio de una de
las noches más oscuras en la vida de nuestra Patria"; Fray Bitzer OFM,
autoridad en éstas causas, señaló la interrelación entre cada uno de ellos, el
trabajo espiritual y la actuación grupal, no individual pues no se puede separar
personas que vivieron su fe católica hasta las últimas consecuencias, tocando intereses económicos y de poder y que
juntos anunciaron el evangelio, juntos fueron asesinados y juntos van camino a
los altares. Han sido personas que vivieron su fe católica hasta las últimas
consecuencias, tocando intereses económicos
y de poder.
Ésta
historia se ha repetido en muchos puntos de nuestra Latinoamérica según Mons.
Hesayne; y "se repite hoy en nuestro paÃs con gente religiosa que pretende
encontrar a Dios con cantos de alabanza, y de glorificación, pero sin el
compromiso de formarse y formar a niños, a adolescentes y jóvenes como futuros
ciudadanos que se comprometan con polÃticas que hagan pasar a pobres de simple
ayuda, a sujeto de una historia de pueblo de Dios en que no falte el alimento,
el vestido, la casa, el trabajo, y una cultura que reconozca a Dios como fuente
de toda justicia social". Y encuentra la similitud entre el mártir Romero y
Angelelli pues "los dos fueron asesinados nuevamente después de su muerte, con
injurias y falsedades aún dentro de sectores eclesiásticos".
Cuestionamientos
a predicadores que Mons. Lozano señaló que se realizan a través de los
consabidos métodos de la desinformación, la difamación y la calumnia. Un repiquetear
tal "ladran Sancho" del Don Quijote.
En
Octubre pasado, en la Asamblea Federal de la Acción Católica Argentina, el
reelecto presidente de la institución laical Rafael Corso, convocó a refundar
la Nación con acuerdos basados en la honestidad, el esfuerzo, el trabajo, la
justicia, la confianza mutua y el respeto; "con un oÃdo en el Evangelio y el
otro en el pueblo" recordando la frase de Mons. Enrique Angelelli. Quienes hemos
actuado en la Acción Católica, sabemos que nunca se deja de pertenecer.
Francisco
nos motiva a ponernos las zapatillas, y salir con la camiseta de Cristo, a
jugarnos por nuestros ideales, curar heridas, y sembrar esperanza entre
nuestros hermanos que están tirados al borde del camino.
Está en nosotros actuar como Zaqueo, mutar de un enanismo a grandeza espiritual,
asirnos a nuestras raÃces y dejar que Jesús transforme los corazones
materialistas en solidarios; y como laicos
integrantes de la iglesia ayudar a reparar el cuerpo de Cristo, asumir la
crisis, no victimizarnos, reparar nuestras cruces, y con ellas caminar
involucrándonos y gastándonos al servicio de los demás.
AsÃ
como en Carlos, Gabriel, Wenceslao y Enrique, está en nosotros ser testigos de
Jesús hasta la entrega final, y llegar a ser, el cambio que queremos ver
compartiendo los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los
hombres de nuestros tiempos.
Mons.
D'Annibale, reconoce que el proyecto que Jesús trajo para estar en las
periferias, ir a buscar a todos y especialmente a los últimos, especialmente a
los últimos, continuará a pesar de que a muchos no les guste.
La
Pascua de Resurrección nos recalca no buscar entre los muertos al que está
vivo. A pesar de las tendencias socioeconómicas en el mundo, está en nosotros
escuchar el latir de corazones, y convertir nuestras manos en puentes hacia los
demás.
"Hay
que seguir andando nomás" escuchando el latir de corazones por las periferias,
geográficas y existenciales. No dejemos que nos
roben la esperanza y la alegrÃa, ni que nos "narcoticen" para
esclavizarnos de intereses temporales, construyamos
la "amistad social" buscando el bien común, y fomentemos la unión entre
generaciones. Tengamos bien presente que "las añoranzas de tiempos pasados, son
cantos de sirena de un futuro sin raÃces y sin arraigo", ChristusVivit,107,
169, 191.
Recemos
por una Iglesia cuya fuerza no esté (como decÃa Mons. Romero), en el apoyo de
los poderosos o de la polÃtica, sino en caminar únicamente tomada de los brazos
del crucificado como única y verdadera fortaleza; por un laicado lúcido con
compromiso socio-polÃtico que siembre en la sociedad argentina la justicia
social tan largamente esperada. Recemos por los apóstoles de Cristo con
livianas y polvorientas vestiduras.Recemos por éstas nuevas "balizas" en
nuestra pesca. Recemos por Francisco.
"Mientras tengamos tiempo, obremos el bien", teniendo
presente que "lo importante no es cuanto hacemos, sino cuanto amor ponemos en
lo que hacemos", (Mons. Angelelli, Madre Teresa).
/ Fuentes:
aica.org - mártires.org
/ BibliografÃa:
La participación de los obispos de argentina en los esquemas del Vaticano II,
Padre Liberti SVD
(*) Nota de Opinión
de Gabriel Alsó, es alumno salesiano.
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