|
|||
#8M: "De dónde venimos y a hacia dónde vamos" | |||
|
|||
De cara al 34° Encuentro Nacional de Mujeres con sede en nuestra ciudad, La Plata; este #8M nos convoca a reflexionar sobre todo lo alcanzado, pero también sobre lo que nos queda por delante. Es tiempo de que nuestras demandas y derechos ganados no se extingan en enunciados polÃticos y logren transformarse en prácticas efectivas que den inicio a un proceso de verdadera transformación social. A nuestro alrededor la sociedad se degrada. En medio de una crisis social, económica y polÃtica compleja, crecen dÃa a dÃa la pobreza y la desigualdad, se exacerba la violencia y se desdibuja un horizonte de progreso y bienestar que nos incluya a todas y a todos. Sin embargo, al final de este oscuro y caótico túnel, emerge una posibilidad real de cambio. Un cambio que trasciende lo polÃtico, lo cultural y lo generacional, y que se refleja en la fuerza inconmensurable que ha tomado desde hace algunos años el movimiento de mujeres. Una fuerza imparable, que a algunos atemoriza, a otros incomoda y a muchos entusiasma. Una fuerza que ha llegado lejos, pero que aún tiene todo para dar. Y es que si bien nuestra lucha ha alcanzado altos niveles de visibilización y presencia en la agenda pública, en la práctica queda un gran camino por recorrer: 7 de cada 10 personas pobres son mujeres; existe un 10,8% de mujeres desocupadas contra un 8,7% de varones -estas cifras aumentan al 21% contra 17% en el rango de 14 a 29 años-; el 8,9% de los varones asalariados ocupan puestos jerárquicos, mientras sólo lo hace un 5% de mujeres; y la brecha salarial a igual nivel de responsabilidad es del 28%. En el plano estrictamente polÃtico, la ley de paridad todavÃa resulta muy limitada en su alcance real. No se trata solamente de una cuestión de cupos en las listas o en las bancas, sino de los obstáculos que aún encontramos en el ejercicio efectivo del poder. En la mayorÃa de las legislaturas, por ejemplo, las jefaturas de bloques y comisiones quedan en manos de los varones. A nivel nacional, existen sólo 2 ministras y 4 gobernadoras. En la provincia de Buenos Aires, no existe ninguna mujer en el Gabinete y sólo 3 de 135 intendentes son mujeres. Y esto se repite en los ámbitos municipales. La mayorÃa de las medidas que se toman en materia de salud, educación, trabajo y seguridad se elaboran sin tener en cuenta la perspectiva de género. Las mujeres necesitamos leyes que equiparen nuestras condiciones de vida, porque el 75% de los trabajos domésticos no remunerados están a nuestro cargo; porque las jefas de hogar alcanzan casi un 60% y en el 90% de los casos son monojefaturas; porque sigue existiendo un femicidio cada 30 horas en la Argentina. En este marco, el 8M nos exige que planteemos algunos ejes para profundizar lo hasta aquà recorrido. Estos desafÃos tienen que contemplar los derechos sexuales y reproductivos; polÃticas públicas que equilibren la situación de las mujeres en las diferentes esferas de desarrollo individual y colectivo; una aplicación de la ley de paridad sustantiva y no solamente nominal; y, por sobre todo, un Estado que atienda y garantice más derechos reales y menos violencia en cualquiera de sus formas hacia las mujeres. Esas son las bases del cambio social que vislumbramos y proponemos. Porque el movimiento de mujeres, el feminismo, no se trata sólo de ganar más derechos para las mujeres. Se trata de alcanzar una sociedad de iguales, con equidad, con paridad, con inclusión y con justicia. (*) Betina Rolfi, exclusivo para Cadena Ba 4 de marzo de 2019. Militante feminista. Licenciada en Comunicación UNLP |