25-04-2024
06-10-2018 | Informe
Submarinos nazis en la costa argentina, un misterio que lleva d茅cadas y nadie pudo resolver a煤n
Dice un viejo marino napolitano retirado que la costa marplatense amaneci贸 fr铆a y nublada aquella ma帽ana del 10 de julio de 1945. Tras hacer memoria, record贸 que ese d铆a estaba pescando a unos kil贸metros de la costa, cerca de las defensas antia茅reas que la Marina hab铆a reforzado enigm谩ticamente una semana antes. Y recuerda que fue en ese momento cuando una nave surgi贸 inesperadamente de las profundidades, cerca del casco naranja de su bote, y comenz贸 a intercambiar mensajes con un reflector de luces con alguien en la base.
Unas horas despu茅s el submarino estaba amarrado en la base. Se trataba del U530, un sumergible nazi de la Clase VII de 76 metros de largo que por alguna raz贸n hab铆a decidido entregarse en la Argentina. La guerra hab铆a acabado en el mes de abril y no ten铆a sentido la presencia de aquel "U-boote" a miles de kil贸metros de Europa, el lugar en donde deb铆a haberse rendido tras la ca铆da del Tercer Reich unos meses antes.

Su capit谩n era un joven de 24 a帽os llamado Otto Wermuth que se entreg贸 vestido con su traje de gala. Casi ninguno de sus marineros y oficiales lo superaba en edad. Todos ellos fueron sometidos a un intenso interrogatorio en el que se les pregunt贸, 驴por qu茅 hab铆an elegido viajar a la Argentina para entregarse? 驴D贸nde estaban los documentos, un bote de desembarco y los torpedos y ca帽ones que deb铆an haberse encontrado en la nave? Y la pregunta m谩s inc贸moda: 驴hab铆an transportado a Adolfo Hitler u otros altos funcionarios nazis en su viaje?

La ciudad de Mar del Plata tard贸 en reponerse a la sorpresa, mientras los marineros del U530 se recuperaban de su viaje en un improvisado campo de prisioneros armado en el parque de la base y com铆an papas y naranjas, un pedido especial del m茅dico de la nave para evitar las consecuencias del escorbuto provocado por meses viviendo dentro de una vaina de metal sumergido.

Mientras esperaban que se resolviera el destino de la nave y su tripulaci贸n, el 17 de agosto volvi贸 a sonar la alarma de la base. Otra vez, un submarino alem谩n ped铆a permiso para entregarse a las autoridades militares argentinas.

Esta vez se trataba del U977, un submarino clase VII comandado por el capit谩n Hans Sch盲ffer, de 26 a帽os. A diferencia del U530, el U977 conservaba todas sus armas y documentos. E incluso se ve铆a que hab铆a sido pintado en los d铆as anteriores, a diferencia del sumergible anterior que era una masa manchada de 贸xido y descuido.

Sch盲ffer debi贸 responder al mismo interrogatorio: 驴qu茅 hab铆a llevado a su comandante a cruzar el Atl谩ntico plagado de naves aliadas que buscaban submarinos rebeldes para hundirlos? 驴Hab铆an llevado oficiales nazis o tesoros escapando de Europa? La falta de respuesta, hizo crecer a煤n m谩s el misterio sobre la presencia de los dos submarinos nazis a casi cinco meses de la ca铆da del bunker de Hitler en el centro de Berl铆n.

Y ese enigma se profundizaba m谩s por nuevas denuncias por la presencia de submarinos navegando frente a la costa argentina y desembarcando cargas secretas durante la noche.


Al menos cuatro submarinos

Las evidencias sobre la presencia de submarinos extranjeros operando en las costas argentinas se hab铆an acumulado mientras dur贸 la guerra en Europa y siguieron tras la ca铆da de Berl铆n en manos aliadas.

Las m谩s antiguas indican el paso de naves frente a las costas de Villa Gesell en el a帽o 1943. La Polic铆a lleg贸 a detener al pionero Carlos Gesell para interrogarlo sobre la existencia de un oleoducto precario que sal铆a de sus propiedades y se adentraba en el mar. En Mar del Sur los administradores del principal hotel de la ciudad, debieron contestar preguntas similares por las se帽ales de luz que proven铆an del mar y que alg煤n empleado se encargaba de contestar desde la terraza del edificio. M谩s al sur, en un p谩ramo de la costa rionegrina llamado Bah铆a Creek, Gisella Bochi de Paesani report贸 a mediados de 1945 la aparici贸n de un submarino en la regi贸n de Caleta de los Loros y el paso de camiones que part铆an desde la costa en las horas siguientes. Tambi茅n, la visita previa de un alem谩n que se dedicaba a recorrer la zona durante todo el d铆a mientras observaba su br煤jula y tomaba notas. Luego se supo que era el fundador del club de andinismo de Bariloche y uno de los implicados en la recepci贸n de criminales de guerra en la zona.

El fin de la guerra multiplic贸 las denuncias de submarinos y desembarcos. En la edici贸n del 2 de junio, los diarios de Necochea informaron el hallazgo de un bote de goma abandonado en la costa, pero las autoridades no confirmaron la versi贸n. El 27 del mismo mes, un reporte de la armada informa de la presencia de un submarino y un velero desde el que se le embarcaban provisiones frente al golfo de San Juli谩n.

El 2 de Julio, un submarino fue avistado por vecinos de Claromec贸, al sur de Tres Arroyos. El 17 de ese mismo mes y a 300 kil贸metros de all铆, un grupo de vecinos de San Clemente inform贸 que un submarino emergi贸 a cinco kil贸metros de la costa y que tras permanecer un tiempo est谩tico, puso proa en direcci贸n al sur. El polic铆a Pedro Longhi, inform贸 haber visto la nave desde su puesto en Mar del Tuy煤. Una semana antes se hab铆a entregado el U530 en Mar del Plata, por lo que se lanz贸 un alerta policial ante la evidente presencia de m谩s sumergibles.

El 18 de julio, a 800 kil贸metros al sur, la torpedera Mendoza detect贸 el periscopio de un submarino desconocido frente a las costas de San Antonio, Rio Negro, y comenz贸 una persecuci贸n de casi dos horas contra el sumergible al que le lanz贸 al menos ocho cargas de profundidad. Una flota completa de buques y aviones busc贸 al sumergible hasta el d铆a 20. Al d铆a siguiente, el ministro de la Marina, el almirante H茅ctor Vernengo Lima, orden贸 inexplicablemente que todas las naves regresaran a sus bases y que dejaran de buscar sumergibles nazis.

Sin embargo, la orden no fren贸 los avistamientos; el 21 de julio el jefe de la estaci贸n de trenes de Las Copetonas report贸 la aparici贸n de un submarino "de alrededor de 70 metros" a unos diez kil贸metros de la costa. El incidente fue corroborado por los tripulantes del pesquero "Alfaro II".

Un reporte desclasificado de la Armada vuelve a situar un sumergible desconocido frente a Claromec贸 en el atardecer del 24 de julio. Para ese momento, los rumores sobre el desembarco de Hitler y otros jerarcas compet铆an con las especulaciones sobre la llegada furtiva de un inmenso tesoro a bordo de los submarinos.

El 27 de julio, desde el destacamento policial de Piedra Negra, se envi贸 un alerta por la presencia nocturna de un submarino frente a la costa, que se comunicaba por medio de se帽ales con un contacto desconocido en tierra. Una patrulla sali贸 a investigar y apres贸 en la playa a un ciudadano alem谩n que no tard贸 en confesar que esperaba visitas desde el mar. A 15 kil贸metros del lugar donde fue detenido, otra patrulla hall贸 huellas provenientes del mar y de un bulto de gran tama帽o que hab铆a sido arrastrado por la arena.

Los rastros se perd铆an donde comenzaban las huellas de los neum谩ticos de un cami贸n que se internaban en un camino vecinal. Al seguir el camino llegaron a la puerta de una estancia en donde fueron interceptados por cuatro hombres armados que les impidieron seguir. Cuando pidieron por radio una orden para detener a quienes los amenazaban, su superior les orden贸 retirarse del lugar.

El misterio del submarino fantasma pareci贸 resolverse con la entrega del U977 el 17 de agosto. No obstante, al d铆a siguiente se report贸 otro avistamiento frente a Claromec贸, seg煤n los documentos de la polic铆a provincial. El reporte de submarinos y camiones avistados en Caleta de los Loros procede de la misma 茅poca.

Y si se analizan las fechas y horas de los avistamientos,se llega a una conclusi贸n sorprendente. En las condiciones en que estaban los submarinos y al verse obligados a navegar sumergidos, su velocidad a duras penas alcanzaba los 8 a 10 nudos. Es decir que viajaban a un ritmo de 14 a 18 kil贸metros por hora; m谩s que insuficientes para estar en la ma帽ana en San Clemente y por la tarde en Claromec贸. Y mucho menos aun escapar a las explosiones frente a San Antonio en la jornada siguiente, para luego regresar y entregarse en Mar del Plata intactos y reci茅n pintados.

Todo hace sospechar que el U530 y el U977 eran parte de una flota mayor de entre cuatro y seis naves.

En el museo de la ciudad alemana de Loebe en donde se re煤ne la mayor colecci贸n de objetos y datos sobre los U-Boote alemanes, hay una pista sobre los submarinos perdidos. En un mapa en donde se registran los sitios donde naufragaron los submarinos nazis se se帽ala una ubicaci贸n en la costa patag贸nica. Se trata de Caleta de los Loros, el lugar en donde muchos dicen es todav铆a posible hallar a los legendarios U-Boote fantasmas.


Un lugar llamado Caleta de los Loros

El misterio de los submarinos se mud贸 al sur, a una remota regi贸n de la costa de R铆o Negro llamada Caleta de los Loros. Fue en esa zona que el piloto Mario Chironi inform贸 haber avistado dos submarinos frente a la costa en un d铆a de "sicigia", nombre con el que se conoce a una baja excepcionalmente pronunciada de la marea cuando el sol y la luna alineados empujan el mar hacia otras regiones. Sucedi贸 durante el a帽o 1957 cuando el aviador sobrevol贸 la Caleta con su Piper P11 y pudo observar la proa afilada de un barco que emerg铆a del mar. Un juez de la zona, C谩ndido C谩mpano, le hab铆a dicho unos a帽os antes que hab铆a submarinos en esa costa. Chironi pudo corroborar que era cierto.

El autor de esta nota revis贸 la "derrota" de la zona, en donde se anotan los barcos hundidos que pudieran ser un riesgo para la navegaci贸n. En la zona que rodea a la Caleta no se reportan naufragios.

En agosto de 1978, el buzo especializado en rescates submarinos Carlos Massey fue citado a una reuni贸n reservada con jefes de la Armada en la base de Puerto Belgrano. Seg煤n el testimonio del oficial retirado de Prefectura Nacional, se le interrog贸 sobre la posibilidad de reflotar dos submarinos alemanes hundidos en el Golfo de San Mat铆as. Las coordenadas correspond铆an a la misma caleta donde Chironi hab铆a visto el naufragio. Luego de presentar su soluci贸n, Massey no volvi贸 a ser llamado.

En 1980, un empleado de una estancia Lahusen de apellidos Vidal Pereyra, lleg贸 a Caleta de los Loros para pescar junto a unos amigos. Otra vez, la marea hab铆a bajado m谩s de lo habitual ayudado por el viento norte y pudo acercarse a un centenar de metros de las naves, al punto de poder reconocer los restos de un puente, barandillas y las escotillas abiertas por donde se filtraban las olas que no tardaron en volver a tapar al naufragio.

Dos a帽os despu茅s, durante la Guerra de Malvinas, el buque petrolero de la empresa YPF "Campo Duran" aprovisionaba al destructor del ARA Sant铆sima Trinidad, navegando por el litoral de poca profundidad para evitar una emboscada de alg煤n submarino nuclear brit谩nico. De manera inesperada, lleg贸 un mensaje de un helic贸ptero que vigilaba la zona que les anunciaba "tienen compa帽铆a". En cuesti贸n de segundos sonaron las alarmas y se iniciaron las maniobras de emergencia por la presencia de dos siluetas submarinas sospechosas detectadas por el helic贸ptero. Fue una falsa alarma. En el momento del incidente, estaban en la zona de Caleta de los Loros.

Tal fue la cantidad de indicios que durante el gobierno de Carlos Menem se orden贸 a la Armada organizar la "Operaci贸n Calypso" a partir del 19 de agosto 1997. Los resultados de la b煤squeda realizada por el aviso ARA Gurruchaga y aviones antisubmarinos S2 Tracker de la Armada no fueron dados a conocer y ello alent贸 a por lo menos dos expediciones privadas a Caleta de los Loros que no lograron hallar nada. En 2010, la entonces Ministro de Defensa Nilda Garr茅 orden贸 desclasificar los documentos de la "Operaci贸n Calypso". Seg煤n la Armada, la confusi贸n sobre la presencia de submarinos se origin贸 en las "restingas" o dep贸sitos de alto contenido ferroso que se acumulan frente a la costa. Parte de los documentos referentes a los avistamientos durante y luego de la guerra siguen siendo secretos.

De tanto en tanto, se organizan nuevas expediciones a Caleta de los Loros para intentar hallar a los dos submarinos, que seg煤n algunos testigos permanecen semienterrados en la arena, formando una "v". Otros testimonios afirman que hay submarinos hundidos al norte de la Pen铆nsula de Vald茅s e incluso sit煤an otro naufragio en la desembocadura del r铆o Negro o frente a San Clemente o Miramar.

La leyenda se fortalece con la aparici贸n de alemanes salidos de la nada en aquellos a帽os, cuyas historias son repetidas por los historiadores locales. Es el caso de un mozo alem谩n y experto en c谩lculos mar铆timos que apareci贸 s煤bitamente a mediados de 1945 en la localidad costera de Miramar. Cuentan los viejos lugare帽os, quienes llegaron a conocerlo cuando trabajaba en un bar de la ciudad, que sol铆a golpear los tacos de sus zapatos antes partir hacia la cocina en busca de cada pedido.

Son muchos los que quieren encontrar los submarinos alemanes perdidos frente a la costa argentina. Algunos abrigan la secreta esperanza de hallar los restos de alg煤n tesoro nazi o un rastro que les permita develar el misterioso motivo que llev贸 a los U-Bootes nazis en la costa Argentina meses despu茅s de la muerte de Hitler en Berl铆n. Quiz谩s alguien los encuentre finalmente en Caleta de los Loros, enterrados bajo los m茅danos de una playa que avanz贸 a lo largo de las d茅cadas o a unos pasos de la costa, en donde decenas de testigos juran haberlos visto. Mientras tanto, los naufragios siguen desafiando a los buscadores de tesoros en un territorio inmenso, perfecto para esconder los secretos debajo del mar. (I)