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25-09-2018 | La Cuarta Cátedra de Medicina Interna | |||
UBA: Cumple 120 años la cátedra de la universidad en la que se realizó la primera transfusión de sangre del mundo | |||
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La Cuarta Cátedra de Medicina Interna de la Universidad de Buenos Aires (UBA) cumplió 120 años de una destacada trayectoria de docencia, investigación y asistencia clÃnica. Entre sus hitos cuenta con un aporte de trascendencia mundial para la medicina como fue la primera transfusión de sangre exitosa del mundo, práctica que estuvo a cargo del entonces segundo profesor titular el doctor Luis Agote, el 9 de noviembre de 1914, quien fue considerado un benefactor de la humanidad. Por ese logro, desde 2004 cada 9 de noviembre se celebra en todo el paÃs el DÃa Nacional del Donante Voluntario de Sangre.
Es que, en aquel momento, con la Primera Guerra Mundial iniciada apenas cuatro meses antes, el descubrimiento de Agote constituirÃa un gran aporte para la cirugÃa de guerra. Consciente de ello, el médico decidió dar a conocer su descubrimiento al mundo, sin siquiera intentar patentar su hallazgo. De hecho, su descubrimiento ha logrado salvar millones de vidas a lo largo y ancho del mundo.
Agote llegó a su descubrimiento desvelado por un caso que le tocaba de cerca: un niño hemofÃlico con quien el médico tenÃa lazos familiares y que sufrÃa profusos sangrados nasales que le provocaban un gran deterioro general. Por ello, el profesor se abocó a encontrar alguna sustancia que sirviera para conservar la sangre incoagulable, pero que a su vez no fuera tóxica para el receptor y pudiera preservar inalterables las propiedades esenciales del fluido. Hasta ese momento ya se sabÃa, gracias al investigador austriaco Karl Landsteiner, que existÃan diferentes grupos sanguÃneos. Agote sabÃa que el citrato neutro de sodio impedÃa la coagulación de la albúmina del huevo. Entonces planteó la hipótesis de que siendo la sangre un albuminoide, el citrato deberÃa comportarse de igual manera con la sangre.
Y tenÃa razón. Lo comprobó tras mezclar en un frasco de vidrio 100 ml de sangre fresca con cristales de citrato de sodio neutro. Dejó la mezcla durante 15 dÃas en su caja fuerte. Cuando fue a retirarlo, comprobó que la sangre se encontraba tan fluida como el primer dÃa del experimento. Además, su colega Emilio Lorenz, jefe de laboratorio de HematologÃa del Instituto Modelo de ClÃnica Médica que él mismo habÃa impulsado, comprobó que se habÃan conservado las propiedades biológicas de la sangre. Luego llegó el momento de probar la tolerancia en animales. El Dr. Ignacio Imaz Appathie demostró que la tolerancia era total. Faltaba demostrar que el citrato de sodio no provocarÃa reacciones adversas en el organismo humano. Para ello, el propio Agote puso el cuerpo y recibió, por vÃa intravenosa, altas dosis de citrato en repetidas oportunidades, que fue perfectamente tolerada sin provocar efectos adversos ni toxicidad.
Asà fue que el 9 de noviembre de 1914 se realizó la primera transfusión en un paciente con tuberculosis pulmonar que ocupaba la cama 14 de la Sala Fernández del Instituto Modelo. El dador fue el portero del Instituto, Ramón Mosquera. El paciente toleró el procedimiento sin problema. Cinco dÃas después una mujer con anemia aguda por metrorragia, producto de una placenta previa, fue transfundida. En este segundo caso, el dador fue el carpintero del Instituto. La mujer recibió el alta tres dÃas después.
La repercusión del hallazgo tuvo trascendencia mundial. Agote entonces pidió al Gobierno Nacional que diera a conocer a los paÃses en guerra su descubrimiento. El médico ni siquiera intentó patentar el resultado (al año siguiente dos médicos intentaron quedarse con el mérito) y decidió comunicarlo de inmediato a los medios de prensa y a las representaciones diplomáticas de los paÃses en guerra.
La Cuarta Cátedra de Medicina Interna de la UBA fue creada en septiembre de 1898, en el antiguo Hospital San Roque (hoy Ramos MejÃa). El primer profesor titular fue Francisco Sicardi, médico clÃnico y escritor. La cátedra funcionó allà hasta el año 1915, en que asume Luis Agote y la traslada al Instituto Modelo de ClÃnica Médica, dentro del predio del Hospital Rawson. A partir de 1978 se establece en el Hospital de ClÃnicas de la Universidad de Buenos Aires.
En la conferencia en la que Agote asumió como profesor titular de la histórica cátedra, en 1915, el médico se dirigió a los jóvenes alumnos con las siguientes palabras: "La atención el enfermo pide algo más que la ciencia, muchÃsimo más delicado y más bello, que tiene sus raÃces profundas e intensas en el sentimiento exquisito de la bondad, del amor, y que adquiere energÃas intensas ante la esperanza de contribuir a un alivio, mitigar un sufrimiento, enjugar una lágrima…"
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