20-04-2024
14-09-2018 | EL DEBATE
Diputados bonaerenses quieren una educación sexual que incluya la "crítica a toda perspectiva religiosa"
El proyecto tiene media sanción de la Cámara baja de la Provincia. La materia ya es obligatoria desde 2006. Pero se busca modificar la ley para restringir la autonomía de las escuelas.
Por Claudia Peiró
En medio del fragor del debate por la legalización del aborto, esta iniciativa bonaerense no llamó mucho la atención y, a juzgar por su contenido, cabe preguntarse si éste no pasó inadvertido hasta para los propios legisladores que la aprobaron.

Es que el proyecto del diputado provincial Guillermo Kane (Partido Obrero, Frente de Izquierda y de los Trabajadores) equipara la religión con la discriminación y la coerción, además de brindar una visión curiosamente sombría de las relaciones sexuales al asimilarlas a "la opresión, la explotación y la violencia en las relaciones entre las personas" (art. 3, b). Es difícil creer que dos tercios de los diputados bonaerenses, que aprobaron el proyecto sobre tablas, compartan esa visión.

La propuesta de modificación de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) a nivel provincial obtuvo sin embargo una cómoda media sanción, el 7 de junio pasado, y pasó al Senado.

Ambos proyectos, el provincial y el nacional, apuntan a eliminar el artículo 5° de la ley actual que fue la base del consenso para promulgarla en 2006

Ahora, a nivel nacional, se presentaron varios proyectos de reforma, y la semana pasada hubo un dictamen de comisiones.

El proyecto nacional no incurre en ataques tan explícitos a las confesiones religiosas como el bonaerense, pero también apunta a la eliminación de un artículo que fue la base de la negociación e hizo posible la sanción de la ley actualmente vigente, desde hace ya más de diez años.

Se trata del artículo 5° de la Ley 26.150 (aprobada en octubre de 2006): "Cada comunidad educativa incluirá en el proceso de elaboración de su proyecto institucional, la adaptación de las propuestas a su realidad sociocultural, en el marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros".

Para el diputado Kane, este era el "defecto" (sic) de la Ley Nacional de Educación Sexual Integral que su proyecto viene a remediar porque, dijo, el planteo de que "las instituciones incorporan estos contenidos según la cosmovisión de sus autoridades" implica que "en algunos casos, (…) directamente no se dicten los contenidos".

Las iniciativas de reforma de estas leyes, tanto a nivel provincial como nacional se fundan en la afirmación de que, desde su vigencia, en 2006/7, la ESI no se dicta o se dicta muy defectuosamente. El diagnóstico se basa en encuestas, no en estadísticas, aunque podría haberlas, si los respectivos ministerios se tomaran el trabajo de recopilarlas.

Aun así, se afirma, por ejemplo, que sólo "dos de cada diez alumnos de la provincia de Buenos Aires" han recibido efectivamente clases; tal fue el argumento del diputado provincial Kane.

La siguiente premisa -o más bien preconcepto- de estas reformas es que, si el contenido no se dicta, ello se debe a la existencia de escuelas privadas confesionales que se amparan en el bendito artículo 5° de la ley. Pero si es cierto que ocho de cada diez alumnos no reciben clases de Educación Sexual, se trata de un porcentaje que superaría ampliamente al número de alumnos que asiste a escuelas privadas confesionales, por lo que el problema estaría más bien en las públicas; o tanto en unas como en otras.

Por otra parte, el artículo 5° no está referido a los contenidos de la ESI que son elaborados centralmente y son comunes a todas las escuelas, sino al marco y al enfoque con que se dictan.

En las pocas instituciones donde se dicta, se aborda la ESI desde una perspectiva biologicista, omitiendo una crítica a las relaciones sociales subyacentes que son la razón de fondo de la naturaleza discriminatoria y opresora que adquiere la sexualidad en la actual sociedad (Guillermo Kane)
 
"En las pocas instituciones donde se dicta (ESI) -se lee en los fundamentos del proyecto bonaerense- se aborda la temática desde una perspectiva biologicista, omitiendo una crítica a las relaciones sociales subyacentes que son la razón de fondo de la naturaleza discriminatoria y opresora que adquiere la sexualidad en la actual sociedad"; afirmación que lleva a preguntarse si lo que se quiere dictar es Educación Sexual o lucha de clases.

De aprobarse en el Senado provincial, la nueva ley reflejará en su espíritu una insólita concepción de las relaciones sexuales expuesta por el diputado Kane ya que la ESI se basará en principios tales como el contenido en el artículo 3°, inciso b: "La erradicación de la opresión, la explotación y la violencia en las relaciones entre las personas, y como parte de ellas las relaciones sexuales, requiere de un proceso de transformación donde los propios oprimidos y violentados tomen conciencia de su situación y sean los protagonistas de esa transformación".

La nueva Ley incluiría 'la crítica a toda perspectiva religiosa, discriminatoria o coercitiva en la sexualidad y a todas las formas de abuso y violencia sexual'

Otro principio de la ley proyectada es que "la educación sexual debe abonar a esa toma de conciencia a través del debate con un abordaje laico y científico y la crítica a toda perspectiva religiosa, discriminatoria o coercitiva en la sexualidad y a todas las formas de abuso y violencia sexual" (art.3°, inciso c).

La religión queda así asociada a lo peor; sin mencionar la contradicción de combatir la discriminación estigmatizando a la religión.

Tampoco se entiende la crítica al "biologicismo" en paralelo con la exigencia de un enfoque científico.

El artículo 4° establece que "la Educación Sexual Integral, Científica, Laica y con Perspectiva de Género será de carácter obligatorio, como materia con espacio curricular propio y contenidos transversales en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo de la Provincia".

Cabe reiterar en este punto que la ESI ya es obligatoria, "detalle" que los reformistas no aclaran; así, quienes critican la reforma propuesta aparecen como contrarios a la inclusión de la educación sexual en la enseñanza.

Por otra parte, según la ley actual, y según el sentido común, la ESI no es ni puede ser una materia en sí, sino un contenido que puede ser abordado en diferentes materias.

Otra innovación de la reforma propuesta es que, en todas las instancias -diseño curricular, actividades, control de  cumplimiento- está prevista la participación de "los centros de estudiantes, los sindicatos docentes, las organizaciones de los derechos de las mujeres y de la diversidad sexual, y de género y (finalmente) de especialistas en la temática.

Se crea un organismo de aplicación que no sólo deberá velar por el cumplimiento de la ley sino del que se espera, ambiciosamente, que asegure "el efectivo cumplimiento del derecho a la libertad sexual; el derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexual; el derecho a la privacidad sexual; el derecho a la equidad sexual; el derecho al placer sexual; el derecho a la expresión sexual emocional; el derecho a la libre asociación sexual: el derecho a la toma de decisiones reproductivas libres y responsables; el derecho a la información basada en el conocimiento científico y [de nuevo] la crítica a toda perspectiva religiosa; y el derecho a la atención de la salud sexual" (art. 5°, inciso b).

Hace doce años, cuando se debatió la Ley actualmente vigente, y contra lo que se quiere dar a entender, las diferentes confesiones religiosas tuvieron protagonismo en el debate. El artículo 5° transcripto más arriba fue la expresión de un consenso alcanzado que hizo posible la sanción de la Ley.

Como lo explicó recientemente José María del Corral, quien en 2006 era director del Colegio San Martín de Tours y secretario de Educación del Arzobispado de Buenos Aires, "donde más costó aplicarla fue en general en la escuela pública, al revés de lo que todo el mundo podría pensar, porque había diferencias de criterio", entre docentes, padres, directivos. "Costaba trabajarlo como proyecto de la comunidad", a diferencia de "la escuela confesional, donde suele haber más unidad en cuanto al proyecto educativo".

Ahora, enterado de estos extemporáneos proyectos de reforma, Del Corral dice: "Si no se respeta el ideario de los colegios, no se respeta la voluntad de los padres al elegirlos".

Cuesta pensar que la supresión de espacios de autonomía para que cada establecimiento educativo dicte la ESI según su ideario -un ideario que, se supone, incide en la preferencia de los padres por determinado establecimiento educativo- vaya a redundar en un más eficiente dictado de esos contenidos. Más bien cabe esperar lo contrario. (I)