24-04-2024
"Macri, Lanata y la decisi贸n de dinamitar el Astillero R铆o Santiago"
Por Claudio Lozano (*) @Lozano_Claudio

Primero fue el Presidente de la Naci贸n Mauricio Macri, quien comparti贸 con  los empresarios de la Federaci贸n de la Industria Naval la sugerente idea de dinamitar el Astillero R铆o Santiago, luego fue el programa de televisi贸n de Jorge Lanata que se dedic贸 a negarle toda utilidad al Astillero y a acusar a sus trabajadores de vagos por no haber producido barcos en los 煤ltimos a帽os. 

Insisti贸 luego con esos argumentos en un di谩logo radial con el Secretario General de ATE Hugo Cachorro Godoy. Di谩logo en el que estuvo acompa帽ado por "el joven economista de las viejas ideas" Mart铆n Tetaz. Por 煤ltimo, fue la gobernadora Vidal quien reprimi贸 a los trabajadores cuando estos pretend铆an ser recibidos en el marco de las paritarias reclamando salarios y pidiendo un debate serio sobre la perspectiva del Astillero. En ning煤n caso, ni el Presidente, ni Lanata (tampoco Tetaz), menos a煤n la Gobernadora, hicieron esfuerzo alguno para tratar de entender en profundidad de qu茅 hablaban. Opinaban sobre el Astillero como si estuvieran hablando de una fabrica de caramelos y no de una empresa estatal clave para el desarrollo de la Industria Naval. La ignorancia desplegada al tocar el tema es de tal magnitud que sorprende al tratarse de quien maneja los destinos del pa铆s y que adem谩s es ingeniero, o de un periodista como Lanata a quien todos, mas all谩 de cualquier juicio de valor, asumimos como un periodista inteligente. La ignorancia evidenciada y transformada en burda operaci贸n medi谩tica y represiva dirigida al objetivo de privatizar y/o cerrar el Astillero, obliga a realizar algunas precisiones.

El primer punto a situar para hablar con sensatez del Astillero es entender que al igual que el complejo ferroviario destruido en los noventa, la Industria Naval no es una industria m谩s. Es un complejo que act煤a como madre de industrias. Su producci贸n se asemeja a la creaci贸n de una peque帽a ciudad flotante que debe atravesar oc茅anos. Gracias a su actividad un conjunto de otras ramas industriales pueden producir. A saber, sectores como equipos el茅ctricos y electr贸nicos, aparatos de transmisi贸n, maquinaria de cubierta, compresores, gr煤as, equipos de fondeo, productos laminados de hierro y acero, qu铆micos b谩sicos, y muchos mas. Es decir, que el efecto multiplicador de la actividad naval es significativo al promover la producci贸n de un conjunto importante de actividades del entramado industrial que proveen materias primas e insumos al proceso productivo as铆 como tambi茅n fomentan el desarrollo de servicios profesionales como la ingenier铆a naval, hidr谩ulica y neum谩tica  que la hacen portadora de progreso tecnol贸gico. Por otra parte, el aporte de la industria en t茅rminos de Seguridad y Defensa nacional (produciendo desde lanchas para la prefectura hasta buques de guerra) y en el comercio internacional (asociado al mercado de fletes) la convierten en un sector estrat茅gico. Es f谩cil imaginar que tama帽o sector, de vital importancia para el desarrollo econ贸mico y la defensa de la Naci贸n, no puede quedar a merced de la leyes de la competencia del supuesto Dios mercado al que invocaba Mart铆n Tetaz en sus intervenciones en el programa de Lanata. Leyes que en este sector no tienen nada de "competencia perfecta" ya que la flota extranjera es apoyada por una legislaci贸n de origen que la asiste, con un mercado interno de fletes protegido y con cr茅ditos y subsidios espec铆ficos para la construcci贸n de sus bodegas. China, por ejemplo, el primer productor mundial de barcos, determina que la mitad de sus importaciones de crudo se realicen en buques petroleros propios y adicionalmente la construcci贸n naval tiene la categor铆a de "restringida" lo que significa que se promueve la fabricaci贸n en astilleros propios a partir del financiamiento que otorga un sistema financiero adaptado a los requerimientos de la industria. Por su parte, en Corea del Sur, el segundo productor de barcos a nivel mundial, el Estado tiene importantes programas de financiamiento en investigaci贸n y desarrollo naval as铆 como tambi茅n en capacitaci贸n del personal. Tambi茅n participa activamente en el financiamiento de sus armadores y astilleros. Para ser precisos, los pa铆ses l铆deres en la producci贸n mundial de barcos no vieron florecer sus Astilleros por generaci贸n espont谩nea, sino que tomaron la decisi贸n pol铆tica, y el Estado actu贸 en consecuencia, para desarrollar la industria naval. Decisi贸n tomada casualmente por el impacto favorable que 茅sta produce en t茅rminos de industrializaci贸n y cambio tecnol贸gico.

Hecha esta precisi贸n sobre la relevancia de la industria naval, corresponde se帽alar que uno de los actores centrales en este sector son, casualmente, los Astilleros. Establecimientos estos donde justamente se dise帽an, se construyen y se reparan las embarcaciones. 驴C贸mo se articulan estos con el resto de los actores de la cadena de valor? Normalmente los astilleros dependen de las demandas de lo que se denomina "armadores" o "navieros", es decir, que la producci贸n se activa cuando existen pedidos expresos de dise帽o y construcci贸n de barcos, que pueden obedecer a necesidades o de la Marina Mercante, o del Estado a trav茅s de sus empresas p煤blicas o pesqueros. Por lo tanto, sin la generaci贸n por parte del Estado de una demanda dirigida a favorecer la producci贸n nacional, los astilleros NO PUEDEN producir barcos por m谩s que lo deseen. Para poner un ejemplo de un pa铆s lim铆trofe como Brasil, la industria naval brasile帽a tiene actualmente un peso mayor que la vern谩cula porque el Estado a partir del a帽o 2003, luego de haber transitado durante los '90 un per铆odo de desregulaci贸n y desguace, implement贸 una pol铆tica de compras por parte de Petrobras que privilegi贸 a los astilleros locales al momento de equiparse. Es decir, lo que Macri y Lanata debieran saber es que Brasil gener贸 esa demanda que precisan los astilleros para funcionar EN TODAS PARTES DEL MUNDO. No se le ocurri贸 a Brasil dinamitar sus astilleros. Decidieron dinamizarlos, reconvertirlos y potenciarlos.

A su vez, existe una caracter铆stica distintiva de la actividad de construcci贸n de barcos y es que, por su propia naturaleza, los mismos requieren de extensos plazos para su realizaci贸n, por lo cual quien invierte no cuenta con una garant铆a real o un retorno de la misma por un largo periodo, a lo cual se suma el alto valor unitario de las embarcaciones. Esto implica que el esquema de financiamiento de esta actividad requiere de significativos montos de capital, adem谩s de que conlleva riesgos y plazos muy espec铆ficos. En este sentido, se sabe que para que los armadores nacionales demanden barcos a los astilleros locales, primero deben ser abastecidos de financiamiento acorde a las caracter铆sticas enunciadas as铆 como tambi茅n debe garantizarse a trav茅s de la legislaci贸n una Ley de Reserva de Cargas que proteja la flota local otorg谩ndole el derecho de transportar una porci贸n del tr谩fico mar铆timo del pa铆s. M谩xime en el caso argentino donde el 90% de nuestro comercio exterior se transporta por agua. Por lo tanto, sin una pol铆tica de Estado de financiamiento y promoci贸n de la actividad del sector, no hay industria naval ya que no hay capitalista altruista dispuesto a invertir sin recibir retorno por a帽os.

A diferencia del caso brasile帽o, en Argentina el abandono lleva d茅cadas sin revertirse. Comienza con la puesta en marcha de la doctrina neoliberal con la 煤ltima dictadura militar que avanz贸 con un proceso de desregulaci贸n del sector dejando sin efecto los programas de promoci贸n de la actividad de las d茅cadas anteriores. Luego, se profundiza con los decretos desreguladores de los '90 (especialmente los Decretos 1772/91 y 2687/93) que entre otras medidas, disuelven el Fondo de la Marina Mercante que era el instrumento de financiamiento de los armadores para la construcci贸n de buques en el mercado local. En simult谩neo, se elimina el sistema de reserva de cargas, se autoriza a los armadores argentinos a cambiar de bandera para bajar los costos operativos, se le otorga el mismo trato a los buques extranjeros que a los nacionales, se habilita la importaci贸n de embarcaciones enteras sin pago de arancel y se habilitan l铆neas mar铆timas extranjeras. Como si fuera poco, en el a帽o 1994 se firma un convenio con la Uni贸n Europea que permite intercambiar cupos anuales de pesca a cambio de contribuciones financieras y ventajas arancelarias que en la pr谩ctica derivan en asociaciones de empresas locales con europeas que ingresaban barcos haciendo disminuir la demanda hacia los astilleros locales. Por otra parte, el proceso privatizador afect贸 tanto a la demanda de barcos (a partir de la privatizaci贸n de las empresas p煤blicas ELMA, YCF e YPF) como la oferta (Tandanor -reestatizada en el 2007-). De esta manera, deliberadamente se orquest贸 la agon铆a de la industria local naval que deriv贸 en el estado de abandono de los astilleros estatales que fueron liquidados o privatizados casi en su totalidad con excepci贸n del Astillero R铆o Santiago (ARS) ubicado en la localidad de Ensenada, provincia de Buenos Aires. Las consecuencias fueron dram谩ticas para el sector. Mientras en 1990 del total facturado por el mercado de fletes, el 50% se hac铆a en flota nacional, este porcentaje pas贸 a representar apenas el 1% en la actualidad. Desde comienzos de los '90 se ha experimentado una estampida de bodegas de bandera argentina con una p茅rdida inicial de nada menos que de 133 barcos en el primer a帽o. La marina mercante nacional se redujo a la mitad entre 1991 y el 2003 quedando con tan s贸lo 66 unidades. As铆, durante todo el decenio de los '90 se pas贸 del 100% de buques argentinos que integran la Flota de Bandera a tan s贸lo el 8%. Por otra parte, el volumen de producci贸n f铆sica de la industria representa actualmente apenas el 20% de lo que se produc铆a con anterioridad a los decretos reguladores mientras el personal ocupado pas贸 de 75.000 en la d茅cada del '70 a tan s贸lo 6.500 seg煤n los 煤ltimos datos disponibles.

De esta manera, la dirigencia pol铆tica asociada con la apertura del sector al capital extranjero, triunfaron en el prop贸sito de conseguir que la bandera argentina sea una "rara avis" en el propio mercado interno de fletes dando lugar a las "banderas de conveniencia" que como su nombre lo indica, favorecen la explotaci贸n de los buques flexibilizando tributos, reg铆menes laborales y controles. En este marco, resulta casi infantil orientar el an谩lisis del Astillero hacia los sueldos de los trabajadores o el funcionamiento del comedor de la empresa, o las jubilaciones de los trabajadores (enfoque que priorizara el Programa de Lanata) cuando estamos hablando de un establecimiento clave para el complejo de la industria naval y por tanto, para la reindustrializaci贸n y el desarrollo tecnol贸gico del pa铆s. Establecimiento que tambi茅n, si se incorporara en el mercado de fletes permitir铆a un importante ahorro de divisas, tan esenciales para un pa铆s como el nuestro. Pero claro, ni a Macri ni a Lanata, parece preocuparles el costo multimillonario que al fisco le ocasiona sostener una industria con estos niveles de desregulaci贸n. Argentina pierde miles de millones de d贸lares pagando fletes que podr铆amos garantizar nosotros, pierde vidas al no regular el envejecimiento de la flota pesquera local y permitir la seguidilla de hundimientos que se han dado en los 煤ltimos tiempos, y pierde tambi茅n industria, tecnolog铆a y trabajo calificado con buenas remuneraciones. Con una mirada estrecha, solo les preocupa el gasto en salarios que el Estado realiza para los trabajadores del Astillero, as铆 sea para sostenerlos hasta que se efectivicen las jubilaciones en tr谩mites que el propio Estado demora, o por las eventuales exenciones del impuesto a las ganancias de algunos conceptos adicionales del salario. Uno de los argumentos claves para denigrar el Astillero y a sus trabajadores, es afirmar que hace una d茅cada que no se produce ning煤n barco. No est谩 dem谩s se帽alar que cuando se habla de producci贸n de un astillero, no s贸lo se deben contar "los barcos finalizados", porque como es sabido, hacer barcos que tienen una vida 煤til de entre 50 y 60 a帽os no es como hacer lamparitas o l谩pices. Parte de la producci贸n ordinaria de los astilleros consiste en reparar las embarcaciones, las cuales dada su larga duraci贸n requieren de permanente mantenimiento para poder ser explotadas como corresponde. No obstante, asombra que Macri y Lanata, que tanto fervor han puesto en describir la corrupci贸n del per铆odo Kirchnerista, no hayan reparado en el impacto que la corrupci贸n k tiene en la historia reciente del Astillero. Ciertamente hubo fondos importantes aportados por Venezuela que deber铆an haber dinamizado la producci贸n del Astillero. El desv铆o de esos fondos respecto de su objetivo original explica la par谩lisis del astillero. En el gobierno anterior, y pese al discurso industrialista, la corrupci贸n debilit贸 el desarrollo del ARS y le sirvi贸 en bandeja la argumentaci贸n al neoliberalismo de hoy para justificar el cierre del establecimiento.

Por otra parte, y de manera ins贸lita, tanto Macri como Lanata as铆 como los empresarios de la Federaci贸n de la Industria Naval coincidieron en responsabilizar a los trabajadores de la situaci贸n de abandono que vive el Astillero. De repente desconocen el rol de los trabajadores en una empresa dentro de una econom铆a capitalista. Hace m谩s de un siglo que las bibliotecas est谩n nutridas sobre la anal铆tica de la relaci贸n capital-trabajo en sociedades como las nuestras. Para ponerlo en t茅rminos sencillos: los Trabajadores son centrales en el proceso de valorizaci贸n del capital puesto que son quienes con su esfuerzo cotidiano agregan valor al producto durante el proceso de trabajo pero son los empresarios (en este caso el Estado empleador que Macri y Vidal conducen) quienes tienen a su cargo la direcci贸n, el control y la administraci贸n de la empresa. De lo contrario, si administrar la empresa (es decir, buscar clientes, trazar los planes de inversi贸n o negociar financiamiento) fuera responsabilidad absoluta y exclusiva de los trabajadores estar铆amos frente a una cooperativa. Los verdaderos responsables de la situaci贸n del astillero son los distintos gobiernos nacionales y provinciales que en ning煤n caso han entendido el papel que este astillero puede jugar en la reindustrializaci贸n del pa铆s.

Quienes s铆 lo entendieron fueron los trabajadores y su organizaci贸n ATE, que asumieron responsabilidades y tareas que claramente exced铆an su rol tradicional. Pasando por encima de la ignorancia, la corrupci贸n y la desidia de los gobiernos, as铆 como tambi茅n de la voracidad de los negocios privados, los trabajadores del Astillero R铆o Santiago no claudicaron y buscaron resistir y pensar alternativas para reconstruir la flota naviera de bandera nacional y promover as铆 la producci贸n del Astillero. Testimonio de ello lo da el trabajo denominado "Primer Plan Quinquenal del ARS y Bases para la Industria Naval Nacional" trazado por ellos mismos y plagado de documentaci贸n hist贸rica y propuestas. En este documento, queda resaltado como hito hist贸rico fundamental las jornadas heroicas protagonizadas por los trabajadores del ARS y la comunidad de Ensenada y Berisso, en septiembre de 1992, cuando lograron resistir el intento privatizador del gobierno. 

Por eso, no es por suerte que el ARS sobrevivi贸 al desguace de la industria. Ha sido la capacidad para resistir y proponer que han demostrado los trabajadores nucleados en ATE lo que explica en gran medida que el Astillero siga existiendo. Son ellos los que han presentado proyectos de ley para fomentar el transporte mar铆timo, la conformaci贸n de una flota de bandera, la disponibilidad de bodegas para el comercio, la creaci贸n del Fondo para el Desarrollo de la Industria Naval Nacional (FODINN), con afectaci贸n espec铆fica al financiamiento productivo de la actividad de los astilleros radicados en la Argentina y constituido por un impuesto al monto facturado por fletes de importaci贸n/exportaci贸n (impuesto al flete). Cabe mencionar aqu铆, frente a la alerta y preocupaci贸n demostrada por el joven liberal Tetaz en el programa radial de Lanata cuando el Secretario General de ATE os贸 hablar de impuestos a los fletes, que la pol铆tica brasile帽a (que por cierto ha tenido m谩s 茅xito que la nuestra) conform贸 un fondo de Marina Mercante que se integra por las tasas sobre fletes mar铆timos de sus importaciones. A partir de ese fondo, el BNDES otorga financiamiento de largo plazo para la construcci贸n de embarcaciones, exigiendo como m铆nimo 60% de contenido nacional para los nav铆os. En Brasil tuvieron claro que el flete m谩s caro es justamente el que no se tiene y por tanto, hay que importarlo. Ser铆a deseable que tanto el Presidente Mauricio Macri, como un periodista tan relevante como Jorge Lanata, abran sus cabezas y se informen adecuadamente sobre la historia y el significado del Astillero R铆o Santiago. No est谩n en discusi贸n solamente puestos de trabajo, se est谩 debatiendo la perspectiva industrial de la Argentina.

(*) Coordinador del Instituto de Pensamiento y Pol铆ticas P煤blicas (IPyPP). Presidente de Unidad Popular (UP). Diputado Nacional (MC).

Nota de opini贸n publicada en ACTA