Luego de la polémica por el gesto de respaldo que dieron Juan Grabois y Eduardo Valdés a Cristina Fernández de Kirchner en Tribunales, el arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández, un prelado de gran cercanía con el Papa Francisco, recibió en la sede de la curia de la capital provincial a la gobernadora María Eugenia Vidal.

El encuentro, que fue informado por el Arzobispado y confirmado por altas fuentes del Ejecutivo, se prolongó durante dos horas y, a diferencia de lo que había ocurrido en la primera entrevista privada entre ambos, que se desarrolló hace un mes en la Casa de Gobierno, está vez incluyó una foto en la que el Fernández y Vidal aparecen sonrientes, con un foto de Francisco detrás.

Oficialmente se informó que durante la reunión se analizaron  "cuestiones relacionadas con las fuentes de trabajo en la Provincia" y el "desarrollo de los sectores que más crean empleo", y también  abordaron "distintas formas de cooperación en orden a afrontar problemáticas sociales de los sectores más pobres, prevención de adicciones y acceso a los servicios básicos".

La Iglesia presentó el encuentro como una "devolución" de la visita que Fernández había hecho a Vidal el 11 de julio pasado y desde gobernación aclararon que había sido agendada días atrás. Pero lo cierto es que ocurrió -y se difundió- apenas 24 horas después de la presencia de Grabois y Valdez fuese interpretado como un respaldo del Papa a Fernández de Kirchner, aunque ellos lo negaron.

En ese marco se habían hecho sentir voces críticas, ya que la ex presidenta fue a Tribunales en el marco de una causa que la vincula a una presunta red de corrupción montada durante el gobierno de su marido, Néstor Kirchner y prolongado en el suyo, aunque ella ha alegado que se trata de una persecución política.

Grabois es uno de los líderes de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular -una organización social- con cercanía al Papa, al punto que incluido en uno de los dicasterios vaticanos, el Pontificio Consejo Justicia y Paz. Valdés, por su parte, se desempeñó como el último embajador ante la Santa Sede del gobierno de la Expresidenta, nombrado cuando Bergoglio ya era Papa.

El arzobispo Fernández, en tanto, es un prelado del círculo íntimo histórico de Bergoglio, que lo designó en reemplazo del ultraconservador Héctor Aguer al frente de la estratégica sede arzobispal platense, una pieza clave en el esquema de conducción de la Iglesia argentina, cuyo Conferencia Episcopal el pontífice está renovando.

El propio Pontífice había recibido a Vidal en Roma  en una audiencia privada que duró 80 minutos, el 7 de junio pasado. Fue en aquella oportunidad un gesto hacia la gobernadora -que estuvo con su jefe de Gabinete, Federico Salvai y la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley- que el Pontífice no tiene con otras figuras del oficialismo.  (DIB)