El conflicto entre el gobierno de Mauricio Macri y el líder del sindicato de Camioneros, Hugo Moyano, sigue escalando en la Casa Rosada. El viceministro del Interior, Sebastián García De Luca, dijo que "Moyano hace mucho tiempo dejo de defender a los trabajadores. Hoy es un empresario millonario que debe explicar lo que tiene a la Justicia".

En uno de los pasillos de Balcarce 50, y al expresar un visible malestar del Gobierno, el viceministro señaló también que "es coherente que Moyano se junte con los kirchneristas".

Desde el Presidente hacia abajo, ministros y secretarios de Estado, no digieren las declaraciones del líder camionero del fin de semana. Moyano dijo que "al Gobierno le queda poco tiempo, están fracasando y no tienen respuesta". Se interpretó esa frase como una amenaza de que radicalizará su protesta para que Macri no termine su mandato.

Con el respaldo del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y en una intención clara de escalar el conflicto con el camionero, el viceministro García De Luca dijo que el gobierno nacional "no se va a dejar apretar", en sintonía con lo que el jefe del Gabinete, Marcos Peña, había dicho en un reportaje publicado por LA NACION el sábado último.

Dentro del esquema de poder del Gobierno, García De Luca es un dirigente clave del interior bonaerense enrolado en las huestes del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, pero alineado con Peña.

"Moyano hace mucho tiempo dejo de defender a los trabajadores. Hoy es un empresario millonario que debe explicar lo que tiene a la justicia", dijo García De Luca, en una fuerte embestida.

"Los trabajadores no pueden ser un instrumento de extorsión. Moyano fue cómplice del kirchnerismo para que tengamos millones de argentinos en la informalidad. Por eso es coherente que ahora se junte con los kirchneristas, los dueños de la corrupción en nuestro país y quieren en conjunto transformar sus problema judiciales en un problema político", dijo el viceministro y número dos de Frigerio.

Las declaraciones de García De Luca desnudan que el Gobierno no terminó su ofensiva contra Moyano y se siente cómodo polarizando poder contra un jefe sindicalista desgastado en las encuestas. "Nos encantaría tener una CGT con la que sigamos discutiendo medidas para que muchos trabajadores ingresen al sistema formal, con mayor capacitación, para seguir creando y mejorando las condiciones de empleo", dijo el funcionario a LA NACION.

La embestida oficial comenzó anteayer cuando Marcos Peña calificó de "amenaza mafiosa" la frase de Hugo Moyano . También se sumaron al coro de críticas los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne , de Seguridad, Patricia Bullrich , la diputada de Cambiemos Graciela Ocaña , y el gobernador peronista de Salta, Juan Manuel Urtubey .

"Un exabrupto parece poco. Creo que es la línea de una amenaza mafiosa, es un accionar que repudiamos profundamente como demócratas y como deberían repudiar todos los sectores políticos de este país", dijo Peña anteanoche. (La Nación)