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"La única verdad es la realidad que se transforma" | |||
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Aquellas patas en la fuente no eran peronistas: eran socialistas, comunistas, radicales, conservadoras (sin sus estructuras orgánicas), algunas eran anarquistas y muchas (no sé si la mayorÃa) carecÃan de terminal polÃtico-partidaria. El peronismo nació de ese crisol ideológico y de allà su compleja heterogeneidad. Por eso, el peronismo es, al mismo tiempo, el problema y la solución. Los que insisten en achacarle sólo una de estas propiedades, no están buceando en su profundidad cultural ni serán efectivos a la hora de organizarse con él o combatirlo. No sé si habrá peronistas y anti peronistas que suscriban mi lectura de su historia común, porque ambos son, a mi juicio, sentimientos irreversibles. Sólo sé que hablar del peronismo sin pertenecer a él es pertinente. Porque a muchos nos sigue pareciendo que un proyecto polÃtico nacional y popular, por ahora, no puede prescindir de ese movimiento. Simplemente, porque somos descendientes y herederos de aquellas patas socialistas que hallaron alivio en aquella fuente, luego de marcarle el culo a sus rancios y retrógrados dirigentes. Obstáculos Nos ocupa un miserable chisperÃo de vanidades, contaminados como estamos por ese combustible ideológico de la clase dominante, que mantiene aceitados los ejes constitutivos de nuestra cultura, de nuestro sentido común: el individualismo y la exclusión, aun en movimientos populares, nacionales, democráticos. El personalismo no se diluye. Lo colectivo no se materializa. Porque el sentido común hegemónico coloca al "ciudadano" como único responsable de su propio destino, y, al tiempo que lo enaltece en apariencia, lo envilece en la realidad, porque si es el único responsable de su propio destino, el otro no le importa nada, el otro es tan sólo un obstáculo que debe ser removido, que debe ser desaparecido de la ruta. Y en esta atmósfera viciada olvidamos que la polÃtica, en tanto praxis de un posicionamiento ideológico, no se agota en la gestión ni se degrada por la corrupción, y corremos detrás de la zanahoria de relatos polÃticos hegemónicos que sólo dan cuenta, para bien o para mal, de "la gestión" y/o de la "corrupción". En ambos casos, el proyecto polÃtico se esfuma y la pertenencia ideológica se diluye. Es una manera de hacer polÃtica sin decirlo: gestionar eficazmente todos los medios necesarios para fabricar y sostener un sentido común que rechace la polÃtica. Será por eso que son hegemónicos. Porque articulan con el "sentido común", que no es otra cosa que una producción cultural añeja de los centros de poder, para que nadie hable de polÃtica. Para que nadie sienta ni piense que pertenece a un campo ideológico conservador y retrógrado. Para que nadie sienta ni piense que puede pertenecer a un campo ideológico transformador y actuar en consecuencia.
Iluminaciones
Pero no es necesario renunciar a ninguna identidad ni a ninguna autonomÃa, no es necesario diluirse en ningún sello, no es necesario convertirse en adorador de un lÃder carismático, no es necesario confluir en una alianza electoral, no es necesario nada de eso para articular una fuerza polÃtica alternativa. Es suficiente con reconocer un objetivo inmediato común, sin confundir táctica con estrategia, y poner manos a la obra. Ellos, los que gobiernan, lo comprendieron perfectamente, lo pusieron en práctica y gobiernan sin fisuras. SÃ, lo afirmo: sin fisuras. Sólo se ejerce el poder cuando se administran los propios intereses económicos y hay conciencia de clase. AsÃ, no hacen falta lÃderes carismáticos. Sólo es necesario organizarse en "equipo" y crear una marca potente. Los que no pueden ejercer el poder, dicen luchar por la necesidad ajena (nunca por la propia, porque no existe) y apelan a un lÃder carismático para que los ordene y los conduzca, porque su conciencia de clase reprimida (pequeño-burguesa, o sea, progresista, o sea, nada) y la ausencia de necesidades materiales sólo les permite dar testimonio de su impotencia polÃtica y echarle la culpa al lÃder, sin hacerse cargo de nada. A pesar de esta evidencia, el peronismo (no sé si todo) sigue sosteniendo la antinomia "Pensamiento nacional vs. Pensamiento colonial" y deja de lado la lucha de clases. Eso es la vieja tercera posición, ni yanquis ni marxistas, burguesÃa nacional en alianza con trabajadores patriotas, etc. Será cuestión de seguir discutiendo cuál es el verdadero conflicto. Pero, mientras tanto, hay que juntarse para desbancar a quienes están destruyendo nuestra vida y las vidas de nuestros hijos. Cristal
Quizás este micro relato de Héctor Oesterheld, titulado "Ciencia", pero que bien podrÃa titularse "PolÃtica", sea ilustrativo:
"En algún lugar de los vastos arenales de Marte hay un cristal muy pequeño y muy extraño.
((*) Carlos Sortino exclusivo para Cadena BA. 2/12/2017 Periodista, ex docente de la UNLP. Referente de la Agrupación Municipal Compromiso y Participación (COMPA): https://www.facebook.com/COMPALaPlata/ |