19-04-2024
"Vulgata de Bourdieu"
Por Carlos A. Sortino (*) @CarlosASortino 

El sociólogo francés Pierre Bourdieu se paró sobre los hombros de Marx y vio más allá. En nuestras tierras, quien se paró sobre los hombros de Bourdieu, parado sobre los hombros de Marx, es el vicepresidente de Bolivia, Alvaro García Linera. Aunque para ver más acá, para explorar y proyectar Latinoamérica. Por supuesto que no son los únicos. Por supuesto que son discutibles. Pero son imprescindibles.

Viene a cuento este berrinche para explicitar las fuentes de información que intentaré vulgarizar, con el fin de que podamos comprender con ejemplos simples el comportamiento social y también el marco teórico utilizado por estos hombres. Hay otro ensayo breve de mi autoría ("El juego de las reglas") con el que es posible relacionar este corto escrito y pueden acceder a él desde aquí: http://www.cadenaba.com.ar/nota.php?Id=42988

Vayamos al punto pensando que somos jugadores de fútbol (o de cualquier deporte por equipos): hay un campo de juego y un tiempo para jugar. Nada se puede hacer fuera de ese campo. Nada se puede hacer antes o después de ese tiempo. Campo y tiempo son pre existentes, igual que las reglas, no producidos con nuestra opinión ni cuestionados por nosotros, en tanto jugadores.

Cada uno de nosotros, en tanto jugadores, sabe qué posición debe ocupar dentro del campo de juego, cuál es su misión y cómo relacionarse con sus compañeros -y también con sus oponentes- para cumplir esa misión. Cada jugador sabe también cuáles son las reglas que debe respetar, pero también sabe que puede quebrantarlas. En algunas ocasiones, el quiebre de alguna regla nos expone a una sanción inevitable; en otras ocasiones, intentamos eludir la sanción.

En ambos casos, lo que pone en juego el jugador, en cuestión de segundos, es la conveniencia o no de quebrantar la regla, es decir, su relación "costo-beneficio". Ejemplos: hacer penal para que no te conviertan un gol, especulando con la posibilidad de que el arquero lo ataje o de que el otro lo erre, o hacerse amonestar para completar la acumulación de tarjetas y no jugar el próximo partido, pero sí el siguiente, que es más importante, o hacer un gol con la mano, esperando que el árbitro no se dé cuenta (¿les resulta conocido este episodio?).

Todo ello, desde una "estrategia sin cálculo estratégico", desde una repentización, que sólo es posible si el jugador está consustanciado: uno lee a primera vista cualquier papel impreso, porque está alfabetizado. Estas conductas (y muchas más) están directamente relacionadas con su mayor o menor habilidad futbolística, con su mayor o menor estructura física, con su mayor o menor velocidad mental, cualidades que, sin duda, conoce y pone en juego a la hora de acatar o quebrantar las reglas, a la hora de relacionarse con sus compañeros u oponentes.

Y esto es lo que también hacemos nosotros en nuestra vida social, política, económica. Ni más ni menos: el campo es otro, el tiempo es otro, las reglas son otras. Pero lo que hacemos en y con el campo, el tiempo, las reglas, es lo mismo: "jugar bien", es decir, procurar la satisfacción del interés de cada uno y del equipo del que formamos parte, que, además, pueden ser distintos y escindibles, aunque temporalmente vayan de la mano.

El interés individual de jugar bien tiene que ver con la aspiración a ser contratado por un club más importante y, por ende, acceder a un ingreso económico mayor y/o a un mayor reconocimiento social en un futuro cercano. Pero, mientras ese futuro se aproxima, "jugar bien" también satisface el interés colectivo del propio equipo.

Todos los "jugadores" del campo social nos comportamos más o menos así en el juego, tal como los jugadores de fútbol (o de cualquier deporte por equipos). Marx, Bourdieu y Linera (y muchos otros) lo explican a su manera (Linera, además, lo pone en práctica todos los días), con un lenguaje y un desarrollo teórico mucho más complejos.

Sólo falta decir que el campo y las reglas no las alteran los jugadores, sino los dirigentes. Si no nos satisfacen, habrá que desoírlos, sacárselos de encima e inventar nuevos campos y nuevas reglas. Tan sólo eso.

(*) Carlos Sortino exclusivo para Cadena BA. 10/11/2017

Periodista, ex docente de la UNLP. Referente de la Agrupación Municipal Compromiso y Participación (COMPA): https://www.facebook.com/COMPALaPlata/