20-04-2024
"Agenda electoral y m谩s all谩: 'La Heladera y el Televisor'"

Por Carlos A. Sortino (*) @CarlosASortino 

El objetivo a cumplir en las primarias era evitar el t铆tulo "gan贸 Cristina" y el objetivo se cumpli贸. Son esas cosas de la "post-verdad", que funcionan para una gran parte de la poblaci贸n y que, como lo ha sido siempre, de distintos modos, no es m谩s que una proyecci贸n ideol贸gica de los centros de poder, que genera y/o refuerza el "sentido com煤n" y/o las expectativas comunes de la mitad de los electores ("hay que frenar a Cristina"). Y de ellos, con poco m谩s de un tercio de sus votos es suficiente para que nada cambie en lo inmediato.

Es por eso que en el partido entre la heladera y el televisor, gana el televisor. Por penales. Pero gana. El ser humano que vota no es un ser meramente instintivo, con su propia sobrevivencia como 煤nico objetivo. No: el ser humano que vota es un ser fundamentalmente ideol贸gico. Y la ideolog铆a no es otra cosa que una manera de concebir la realidad y actuar en ella, as铆, lisa y llanamente, sin contorsiones literarias.

Esta concepci贸n de la realidad es estructurada por los otros que fueron y tambi茅n es estructurante de los otros que vienen. Pero no pensemos en una estructuraci贸n cerrada, en un mandato a cumplir obedientemente. Pensemos, m谩s bien, en un sentido com煤n que se proyecta desde los centros de poder y contamina a toda la poblaci贸n, pero s贸lo surte efecto en una gran parte de ella, la suficiente para establecer una "cultura dominante" y sostenible en el tiempo.

As铆 las cosas, el votante siente que lo desprecian y nadie le da su voto de confianza a alguien que 茅l sienta que lo desprecia. Nadie deber铆a despreciar a este votante, si pretende ganar su voto. Al contrario: lo debe apreciar en toda su dimensi贸n y trabajar ideol贸gicamente en funci贸n de ese aprecio, fabricando el sentido com煤n que lo favorezca (al votado, no al votante), sobre todo si cuenta con todos los recursos del Estado y del Mercado para s铆.

Cuando se tienen los recursos del Estado, pero no los del Mercado, como sucedi贸 durante doce a帽os y medio de gobierno "K", la cosa es m谩s dif铆cil y es precisamente por eso que fracas贸 la "batalla cultural" que se intent贸 plantear (si es que ciertamente se plante贸 una "batalla cultural", discusi贸n que hoy no viene al caso).

En alg煤n momento y desde alg煤n lugar del Frente para la Victoria se alent贸 la creaci贸n y el preg贸n de frases que intentaban comunicar un sentimiento de pertenencia a un colectivo, as铆 como el rechazo a cualquier personalismo. Claros ejemplos son "El Candidato es el Proyecto" (un slogan hacia adentro de la organizaci贸n, para soportar -en todos sus sentidos- la candidatura de Scioli) y "La patria es el Otro" (un slogan hacia afuera de la organizaci贸n, para contener todos los votos posibles), ambos complementarios.

Pero ese gran esfuerzo ideol贸gico que tuvo su fragua en el Frente para la Victoria, se enfrent贸 con ese otro gran esfuerzo ideol贸gico que tuvo y tiene su fragua en una historia bicentenaria que todav铆a lo resiste, lo expulsa, lo deforma.

As铆, "El Candidato es el Proyecto" pas贸 a ser, para propios y ajenos, simplemente una mascarada cuyo verdadero sentido era que el ganador de las elecciones s贸lo ser铆a una marioneta de la 煤nica conducci贸n posible, de la 煤nica candidata posible, que era (y sigue siendo) Cristina. As铆, "La Patria es el Otro" pas贸 a ser, para propios y ajenos, simplemente una mascarada cuyo verdadero sentido era que ello ser铆a as铆, siempre y cuando el "otro" aceptara que "uno" est谩 en lo cierto y debe ser acompa帽ado, s贸lo acompa帽ado, de ning煤n modo siquiera aconsejado.

 

Aquel esfuerzo ideol贸gico se completa con las interpelaciones de la misma Cristina: te dice que te empoderes. Te dice que va a pasar lo que vos quieras que pase. Te dice que vos sos tu propio dirigente pol铆tico. Te dice que se acabaron los liderazgos individuales. Te dice que en la construcci贸n pol铆tica debe primar la horizontalidad y no debe haber lugar para el predominio de una fuerza sobre otra. Te dice que resistas para avanzar, no s贸lo para aguantar.

Pero no hay caso: el sentido com煤n dominante coloca al ciudadano como 煤nico responsable de su propio destino, y, al tiempo que lo enaltece en apariencia, lo envilece en la realidad, porque si es el 煤nico responsable de su propio destino, el otro no le importa nada, el otro es tan s贸lo un obst谩culo que debe ser removido, que debe ser desaparecido de la ruta.

El personalismo no se diluye. Lo colectivo no se materializa. Porque estas son las caracter铆sticas dominantes de nuestra cultura, de nuestro sentido com煤n: el individualismo y la exclusi贸n, aun en movimientos populares, nacionales, democr谩ticos. Es la fragua bicentenaria. 

(*)  Carlos Sortino exclusivo para Cadena BA. 27/09/2017

Periodista, ex docente de la UNLP. Referente de la Agrupaci贸n Municipal Compromiso y Participaci贸n (COMPA)