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"La maldad insolente", sobre reportaje a CFK | |||
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La entrevista que dio Cristina Fernández de Kirchner en Infobae se parece a la historia universal de la infamia. El hecho, en sà mismo, no deberÃa ser espectacular: un candidato polÃtico que se sienta frente a un periodista con agenda abierta. En las democracias del mundo ocurre todos los dÃas, en la Argentina de hoy también.
SerÃa una tentación refutar todas y cada una de las respuestas que dio la ex Presidenta a la muy buena entrevista que llevó adelante Luis Novaresio, y créanme que serÃa posible hacerlo. ¿Cómo no poder refutarla cuando afirma que no dijo que en Argentina habÃa menos pobres que en Alemania? En la nota en cuestión dijo Cristina: "No recuerdo que [AnÃbal Fernández] lo haya dicho pero si lo dijo yo no estoy de acuerdo. Yo nunca dije eso." Pero resulta que sà lo dijo, fue en el 39º perÃodo de sesiones de la Conferencia de la FAO en Roma, del 6 al 13 de junio de 2015. Cristina habló el 8.
En honor a la verdad, en aquella reunión internacional Cristina mencionó a Dinamarca y a las tasas de pobreza de los paÃses más desarrollados. Lo hizo apoyada en un informe del INDEC. Lo recuerdo como si fuera hoy, porque fue una cachetada a la racionalidad. Dijo, concretamente, que "las personas con necesidades básicas insatisfechas son menos del 5%" y que la indigencia, apenas superaba el 1%. AnÃbal sólo completó el concepto, pero fue Cristina quien lo dijo sin ponerse colorada en uno de los foros más prestigiosos del mundo. Ahora no está de acuerdo.
Por eso, serÃa simple hacer este ejercicio de refutación. Basta tener a mano Internet, ni siquiera documentos clasificados o secretos. PodrÃamos encontrar inconsistencias en su definición de Estado de Derecho, en su definición de Libertad de Expresión, en su concepción de los derechos humanos. En Justicia LegÃtima, en los aprietes de la AFIP, y asà podemos seguir largo rato. Pero usted ya la escuchó, y usted también vivió en Argentina en los últimos años.
Creo que lo más importante de la nota fue la exposición descarnada de quien supone que la realidad se adapta a sus ideas porque no hay verdad. Lo que antes se llamaba "el relato", que se suponÃa era un esfuerzo comunicacional del gobierno anterior para construir una ficción adicta, ahora vemos que es un mecanismo propio de su lÃder que puede negar haber dicho lo que dijo, haber callado lo que calló y acusar: "han pasado 42 dÃas o 43 y no hemos escuchado una sola palabra, una sola mención del presidente" sobre el caso Maldonado.
Pero cuando se le pregunta por qué no condenó los "juicios populares" contra periodistas y opositores, o no puso el poder del Estado a trabajar para el inmediato esclarecimiento de la muerte de Nisman, o no hizo públicos los términos del acuerdo con Irán, se defiende hablando de división de poderes, de libertad, de no interferencia en la justicia. Quizá sea bueno recordarle que desde el 22 de febrero de 2012 pasaron 2032 dÃas y nunca - tampoco en esta entrevista- dijo nada, y mucho menos pidió perdón por la tragedia de Once.
Detrás de la infamia emerge la verdad, como siempre ocurre: Cristina acepta dar entrevistas porque debe dejar de hablarle a los votantes convencidos, que cada vez son menos. En la trastienda de su gesto democrático de dialogar con la prensa -a la que desprecia- está exactamente el análisis que ella hace de los resultados electorales en detrimento del gobierno: "3 de cada 2 no votaron al oficialismo", sostiene. La misma proporción que marca su techo electoral en la provincia y la lleva a exponerse en la brutalidad de su maldad insolente.
(*) Diputado provincial marplatense de la UCR en Cambiemos
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