Un fantasma recorre Argentina: el fantasma del fascismo. Sus células dormidas ya se estaban desperezando y bastaba un simple silbido para que entraran en acción. Porque si es grave la iniciativa del gobierno de habilitar un 0800 para que los padres denuncien a los maestros que hablan de Santiago Maldonado, más grave aún es que esa línea funcione y que se llegue al punto de que las "fuerzas del orden" entren a una escuela con la pretensión de detener por eso a un docente, que una madre acompañe esa intrusión, grite "que lo metan preso" y que ningún otro padre o madre alce su voz ante semejante descalabro.

Un fantasma recorre Argentina: el fantasma del fascismo. Sus células dormidas ya se estaban desperezando y bastaba un simple silbido para que entraran en acción. Porque si funcionarios, periodistas y ciudadanos dicen que a algún gendarme "se le fue la mano", están admitiendo que esa "mano" está permitida, pero con algún "límite" (¿el asesinato y la desaparición del cuerpo, pero no la golpiza o la tortura?). Y el concepto vale también para "excesos" y otras metáforas castrenses, ya conocidas por todos. La ignorancia no es excusa. Es sólo un camuflaje, es decir, la explotación del entorno para disimular y atacar por sorpresa. Y, en este caso, el entorno es ideológico.

Un fantasma recorre Argentina: el fantasma del fascismo. Sus células dormidas ya se estaban desperezando y bastaba un simple silbido para que entraran en acción. Porque si del desaparecido se dice que forma parte del plan terrorista de la Resistencia Ancestral Mapuche (de cuya existencia nos venimos a enterar recién ahora) y es financiado por las FARC (organización que ya no existe) o por "los kurdos" (que nadie sabe quiénes son), lo que se está diciendo es que bien merecido se lo tiene y que seguirán sus pasos quienes se obstinen en reclamar por él. El miedo es un potente ordenador social, porque ya sabemos que toda esa mentira organizada caerá sobre el próximo. Y nadie quiere ser el próximo.

Un fantasma recorre Argentina: el fantasma del fascismo. Sus células dormidas ya se estaban desperezando y bastaba un simple silbido para que entraran en acción. Porque si no es posible decir algo original sobre la desaparición de Santiago Maldonado, lo que hay que decir es que sólo importa que Santiago Maldonado aparezca con vida y que los responsables de su desaparición sean identificados, juzgados y condenados, aunque no esté nada claro este camino, porque hay un fantasma que lo está obstruyendo…

(*)  Carlos Sortino exclusivo para Cadena BA. 14/09/2017

Periodista, ex docente de la UNLP. Referente de la Agrupación Municipal Compromiso y Participación (COMPA)