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"Vidal: la gran anfitriona del Cambio" | |||
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"... las personas de hoy no buscan Ãdolos a los que venerar, sino dirigentes que les sirvan" Jaime Durán Barba (La polÃtica en el siglo XXI, Debate, 2017) Las mujeres en la polÃtica han cobrado un papel protagónico en nuestro paÃs, y ni que hablar en la provincia de Buenos Aires en la que los "barones del conurbano", esa categorÃa sociológica pensada para describir a quienes han manejado los destinos de los grandes centros urbanos como Hugo Curto, Eduardo Duhalde, o sindicalistas como Hugo Moyano, solo por citar algunos. Nada parecÃa estar pensado para cambiar hasta que la "Heidi de Castelar" con un discurso claro y pacÃfico pero con la firme convicción de ir a contracorriente frente a las mafias y a un sistema corrompido como lo es en general en de la administración pública de la provincia irrumpió con silencioso estruendo, por lo que pasó a ser una auténtica "Leona" Las Elecciones legislativas de este año parecen ser la gran encuesta de gestión de parte de quienes buscan cambiar la realidad de los bonaerenses y entre quienes prefieren quedar atados al pasado, vÃctimas y cómplices de la corrupción y el olvido. En este marco y con una campaña que se avecinaba tibia en su contenido pero feroz en sus formas MarÃa Eugenia Vidal se cargó al hombro no solo a miles de efectivos de la policÃa, a los sindicatos docentes en la negociación paritaria, y a los intendentes que pretendÃan humillarla con el aparato, ficticio por cierto, sino con la campaña para las PASO y la que promete ser para las Generales de octubre. Sin lugar a dudas la polÃtica con mejor imagen positiva del paÃs, a quien le toca remar con la más fea y enfrentar a un sistema anquilosado y anclado en estructuras caducas de poder, ha sabido saltaear esa cruda realidad para por un lado ir llegando a la solución concreta de los problemas de los ciudadanos como es la falta de agua potable o de cloacas, al tiempo que dejar los despachos para los guardianes de la ortodoxia polÃtica y hacer propio el manual duranbarbista de mostrarse como una lÃder cercana a la clase media que paga las consecuencias de la crisis que pareciese repuntar y a los más pobres, la contracara más delicada de décadas de exclusión social. Vidal se mueve como una mujer común, le preocupan las mismas cosas que a todos, habla y se ocupa personalmente de sus hijos, rara vez utiliza vestidos llamativos, dirÃamos mas bien que repite una y otra vez la misma ropa, es una lÃder de jean y sonrisa transparente pero de mirada penetrante. Cuando habla no lo hace desde libretos clásicos sino desde las preocupaciones de los vecinos y a diferencia no solo de gran parte del arco polÃtico, incluido algunos de los pilares de Cambiemos, no tiene pasado y eso la hace libre al tiempo que la potencia como lÃder indiscutida dentro de la polÃtica nacional. No persigue metas personales, o al menos no son evidentes, sino que más bien busca apuntalar un proyecto que la supera y que tiene a Mauricio Macri como cabeza, dialoga con intendentse propios y opositores y los encanta por igual, le dice que no a Cristina Kirchner en su deseo de regresar a la provincia y asumirse como la principal fuerza polÃtica asà como le dijo que no a la propia Lilita Carrió en su ambición presidencialista 2019 relegándola a una exitosa pelea, pero en distrito ajeno. Sin lugar a dudas MarÃa Eugenia Vidal será una vez más el personaje del año y su figura quedará marcada como una de las grandes lÃderes de nuestro tiempo, pues además de su gestión ha sabido capitalizar un bien raÃz de nuestros dÃas: el ocaso de las ideologÃas y de los partidos polÃticos tradicionales, tomando como propia la bandera de los "sin otra causa más que soluciones concretas", esto le depara un gran futuro y la propone como la gran anfitriona del cambio, aun cuando otros se adjudiquen su paternidad o su maternidad. (*) Emilio RodrÃguez Ascurra, exclusivo para Cadena BA. 22 de agosto de 2017. Filosofo, docente en la Facultad de Humanidades de la UCALP y en la Universidad del Este. |