25-04-2024
"Econom铆a, deriva social y sufragio: Incluidos, Recluidos y Excluidos"

Por Carlos A. Sortino (*) @CarlosASortino 

Parto de la hip贸tesis de que nuestra billetera individual condiciona nuestra conducta social (con sus opciones electorales contenidas), regla que, por supuesto, tiene sus excepciones. Y s贸lo tomo para este ensayo informaci贸n y metodolog铆a oficial del Estado Argentino, que clasifica a la poblaci贸n en estrato alto (los incluidos), estrato medio (los recluidos) y estrato bajo (los excluidos).

El marxismo es puro cuento

La estratificaci贸n en clases de la sociedad no es un delirio marxista: es consentida y alimentada por el propio Estado burgu茅s a trav茅s del INDEC, el organismo que se ocupa de colocarnos a cada uno en el casillero que nos corresponde, en consonancia con protocolos internacionales.

Al estudiar la distribuci贸n del ingreso, previamente clasifica a la poblaci贸n en estrato bajo, estrato medio y estrato alto, estableciendo para los dos primeros una subclasificaci贸n en cuatro deciles cada uno, mientras que para el tercero asigna s贸lo dos deciles. Cada decil contiene a un 10% de la poblaci贸n.

Con esta metodolog铆a, por m谩s fundamentos que descarguen en su defensa, los clasificadores ya est谩n expresando algo importante sobre la concepci贸n social, econ贸mica y pol铆tica a la que deben sujetarse por mandato patronal.

Hay que decir que esta "torta" no es un invento del actual gobierno: no ha cambiado nunca. Lo que s铆 cambia, seg煤n cada gobierno, es su contenido, es decir, el pedazo de "torta" que nos toca a cada uno.

Me estoy refiriendo exclusivamente a la distribuci贸n del ingreso, esa parte de la riqueza producida que se mide en  t茅rminos monetarios y no contempla el patrimonio total, aunque bien puede deducirse del ingreso.

La vida es una moneda

Con los datos del INDEC a la vista, observamos que los dos deciles del estrato alto (20% de la poblaci贸n) se llevaban en 2003 el 53% del ingreso, pero que a fines de 2015 hab铆a ca铆do al 43%. S贸lo en sus primeros seis meses de gobierno, la revoluci贸n de la alegr铆a ya se not贸: aument贸 al 45%, con expectativas mayores.

En cuanto al estrato medio (40% de la poblaci贸n), en 2003 lograba el 35% del ingreso y en 2015 lleg贸 al 40%. Pero el cambio le depar贸 un par de puntos de ca铆da, con expectativas de plano inclinado.

Mientras tanto, el estrato bajo (40% de la poblaci贸n), en 2003 ten铆a un ingreso del 12% y lleg贸 al 17% en 2015. El sinceramiento, sin embargo, le hizo perder un punto en tan s贸lo seis meses, con expectativas de mera supervivencia.

Esto significa que en aquellos funestos tiempos en que se robaban todo, esa 茅poca funesta que nos leg贸 una pesada herencia, el estrato bajo increment贸 sus ingresos en m谩s del 40% y el estrato medio experiment贸 un crecimiento en el mismo rubro de m谩s del 14%, mientras que el estrato alto vio reducido en m谩s del 18% su peculio.

Dicen los que saben que, afortunadamente, el pa铆s est谩 volviendo a la normalidad.

Aqu铆 dejo en detalle la manera en que nos clasifican y c贸mo se ha ido repartiendo la "torta", copiando y pegando los datos oficiales del INDEC:

 

2003 (*)

2015 (**)

2016 (**)

Grupo dec铆lico

% Ingreso

% Ingreso

% Ingreso

1

1,3

2,3

2,1

2

2,4

3,7

3,6

3

3,6

5,1

4,9

4

4,7

6,1

5,8

Total estrato bajo

11,9

17,0

16,4

5

6,0

7,3

7,0

6

7,5

8,8

8,5

7

9,4

10,7

10,4

8

12,3

13,0

12,7

Total estrato medio

35,2

39,8

38,6

9

17,3

16,5

16,5

10

35,6

26,6

28,5

Total estrato alto

52,9

43,1

45,0

Total estratos

100,00

100,00

100,00

(*) Datos correspondientes al tercer trimestre.

(**) Datos correspondientes al segundo trimestre.

Un sinceramiento ideol贸gico

Retomo la hip贸tesis original, bosquejo a su luz esta clasificaci贸n alternativa y conjeturo lo que probablemente ocurre en cada casillero y entre ellos:

Los INCLUIDOS establecen las pol铆ticas directrices de nuestra vida en sociedad y garantizan su "desarrollo sustentable". Es el "estrato alto" de la poblaci贸n, seg煤n la clasificaci贸n del INDEC, integrado por la clase dominante y por quienes, sin pertenecer a ella, comparten sus imperativos materiales e ideol贸gicos y se benefician por ejercerlos en la pr谩ctica social concreta.

Es lo que ortodoxamente llamar铆amos clase capitalista o burguesa (10% del estrato alto), junto a sus "intelectuales org谩nicos", expresi贸n muy poco ortodoxa para este caso (el otro 10% del estrato alto). Pero hay una marcada diferencia en el interior de este estrato social: la clase dominante se lleva el doble de lo que se llevan sus "intelectuales org谩nicos".

Los RECLUIDOS trabajan y se comportan de acuerdo con estas pol铆ticas directrices, aun con quejas y peticiones de cambio (casi siempre formal, casi nunca estructural). Es el "estrato medio" de la poblaci贸n, un sector de formaci贸n social compleja, que, aun sin compartir los imperativos materiales e ideol贸gicos de los incluidos (o comparti茅ndolos idealmente, pero sin esperanza alguna de lograrlo en la realidad), no ve otra posibilidad que adaptarse a ellos, m谩s por temor a una ca铆da en su poder adquisitivo que por proyectar su traslaci贸n al sector de los incluidos.

Hay en este sector profesionales, peque帽os y medianos comerciantes, t茅cnicos, cient铆ficos, trabajadores asalariados (del sector p煤blico y del sector privado) de mediana y alta remuneraci贸n, etc. Pero tambi茅n al interior de este estrato social hay marcadas diferencias, porque muchos de ellos caen bajo la l铆nea de pobreza, otros muchos tratan de mantenerse "a flote" y una minor铆a "calificada" se coloca a corta distancia de los "intelectuales org谩nicos", pero sin expectativa alguna de alcanzarlos, dado que estos tienen m谩s posibilidades de "caer" que aquellos de "subir".

Los EXCLUIDOS no hacen m谩s que subsistir con las sobras de incluidos y recluidos. Es el "estrato bajo" de la poblaci贸n, sector integrado por las capas sociales que no s贸lo no comparten los imperativos materiales e ideol贸gicos de los incluidos (o que ni siquiera se plantean la existencia de esos imperativos), sino que tampoco pueden ser funcionales a ellos, como lo son los recluidos, aunque s铆 pueden ser cooptados, a cambio de satisfacer alguna necesidad que no podr铆an saldar de otra manera.

Hay en este sector fundamentalmente desocupados y trabajadores asalariados (del sector p煤blico y del sector privado) de media y baja remuneraci贸n (en "blanco", los menos; en "negro", los m谩s). Las diferencias tambi茅n existen al interior de este estrato social, ya que generalmente sus habitantes luchan por mantenerse "arriba" de la l铆nea de indigencia como 煤nico objetivo, porque dif铆cilmente puedan superar la l铆nea de pobreza.

Los espejos y las m谩scaras

Ni siquiera los indicadores que propone el mismo "sistema" pueden encubrir su comportamiento: el estrato medio (los recluidos) va aportando al constante crecimiento poblacional del estrato bajo (los excluidos), para darle cabida en su seno a los "ca铆dos" del estrato alto (los incluidos), cuyos integrantes son cada vez menos y tienen cada vez mayor ingreso, proveniente del recorte en la participaci贸n de la "torta" de los dos primeros estratos (recluidos y excluidos).

Los recluidos se miran en el espejo de los excluidos y ven su probable futuro. Se miran en el espejo de los incluidos y ven su imposible porvenir. Su reclusi贸n les siembra la repulsa por la pobreza (que puede encubrirse con caridad cristiana o con asistencialismo) y la renuncia a la riqueza (que puede camuflarse de esperanza en la movilidad social o en los juegos de azar).

Esta tensi贸n se resuelve en una suerte de alianza estrat茅gica -consciente o inconsciente- con los incluidos, de manera que las posibilidades de cambio -visualizado casi siempre como un riesgo para la propia condici贸n- sean m铆nimas.

驴Qu茅 decir de los excluidos que no haya sido dicho en el apartado anterior? 驴Qu茅 interpretar de su conducta que no pueda, a esta altura, imaginarse? Tambi茅n aqu铆 los excluimos. Por respeto.

Y ya que estamos en a帽o impar, podemos decir que la deriva electoral de la poblaci贸n es bastante semejante a esta deriva social y es por eso que no podemos despreciar este tipo de an谩lisis. Aunque siempre hay excepciones: ellas son las que alimentan expectativas distintas. Ya sabemos que tanto la expectativa como la necesidad son motores hist贸ricos. Juntos o separados.

(*)  Carlos Sortino exclusivo para Cadena BA. 20/07/2017

Periodista, ex docente de la UNLP. Referente de la Agrupaci贸n Municipal Compromiso y Participaci贸n de La Plata (COMPA).