19-04-2024
PASO Bonaerenses: "Riesgos y necesidad de pescar en estanque ajeno"
Por Andrés Lavaselli @Lavaselli (Agencia DIB @AgenciaDib)
La victoria es el otro. O, si se prefiere: para ganar, hay que convencer a los que, de movida, no piensan igual. Si, en el mismo movimiento, se resta votos a los rivales, mejor. Obvio, pero perdido entre el ruido de ciertas declaraciones y la sorpresa de algunas apariciones, ese parece haber sido el axioma que ordenó la estrategias de Cambiemos y de Unidad Ciudadana en la primera semana de campaña formal en territorio bonaerense.

Una primera constatación de ese enfoque es territorial. El distrito que Mauricio Macri y María Eugenia Vidal eligieron para dar el puntapié inicial fue La Matanza. Es bastión histórico del peronismo y centro de gravedad política de la tercera sección electoral, compuesta por los distritos del oeste y el sur del Conurbano, que concentran los mayores niveles de pobreza. Allí, Cristina hace la diferencia que puede llevarla al triunfo, según todas las encuestas.

En contraste perfecto, Cristina eligió Lincoln, un pueblo del interior rural profundo. Es la porción de la provincia donde en 2015 Cambiemos fue hegemónico, con diferencias respecto del kirchnerismo similares a las que obtuvo en Córdoba, la provincia que puso a Mauricio Macri en la Casa Rosada. Lo combinó con una apertura en Mar del Plata, que tiene indicadores sociales equivalentes a las zonas más castigadas del Conurbano. Y lo repetirá en Bahía Blanca, de condiciones similares aunque con una gestión oficialista menos desastroza que la de Carlos Arroyo.

En ambos casos, la idea es sumar doble: cada voto extra respecto de 2015 conseguido allí, impacta como si fuese uno menos para el oponente directo. El procedimiento es, desde ya, riesgoso: Macri y Vidal pisaron La Matanza custodiados por 800 policías, un operativo comparable al de un superclásico, al que suelen destinarse mil. Cristina directamente mantuvo el viaje en secreto hasta que desembarcó… en el tambo de un exintendente K. 

Es el costo de conseguir un contexto que refuerce el mensaje. Para Macri y Vidal, que no causalmente tienen un nivel de visibilidad inversamente proporcional al del verdadero candidato, Esteban Bullrich, fue la chance de decir delante de Verónica Magario, intendenta, hija de uno de los responsable de finanzas de Montoneros, que la correlación entre nivel de pobreza, ausencia de infraestructura social y seguidilla de gobiernos peronistas no es causal.

En el caso de Cristina, que sigue sin contestar preguntas, se trató de buscar la mejor manera de desarmar el discurso según el cual  la peor de la crisis se encapsula en los bolsones de pobreza del (los) conurbano (s). "Si cae el consumo de leche, eso es un promedio, lo que implica que en algunas zonas la cuestión es aguda", traducen en el comando de campaña de la UC. Más sencillo: hay chicos que están comiendo mal.

Trueque y ansiedades

Las simetrías, claro, no son completas: en Cambiemos parece haber más ansiedad. Eso, al menos, es lo que trasunta la decisión de reintroducir a Elisa Carrió en el juego. La progresión es sugestiva: Vidal la vetó porque temía que un triunfo bonaerense de "Lilita" mellara su autoridad política. Macri impuso a Bullrich por razones similares, pero referidas a la proyección eventual de la gobernadora en 2019. Ese dibujo enmarañado sea, tal vez, un modo críptico de reescribir la vieja fábula de la lecherita. Una versión  en la cual lo que se cuenta antes de tiempo son votos.

Que ese cuento describa la realidad, dependerá de hasta qué punto Vidal pueda transferir su buena imagen a sus candidatos. Un intercambio del que se habla desde marzo, solo que ahora, desde un sector peronista de Cambiemos, mencionan la posibilidad de que la gobernadora tome distancia si los números no mejoran.

Mientras, Carrió, seguramente con delectación si se repara en que sus blancos son Sergio Massa y Margarita Stolbizer, dispara contra 1Pais. Es la confirmación de la lectura según la cual el perfil de votantes de esa fuerza podría aportarle a Cambiemos el empuje que necesita. Pero con dos salvedades: 1) se suponía que ese discurso debía desplegarse después de la PASO. 2)  aparecieron encuestas que dan a los renovadores en alza. De ahí, la soltura para ir contra el socio de la gobernabilidad. (DIB)