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"Las dos certezas del comienzo" | |||
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La campa帽a electoral arranca en la provincia montada en un par de certezas, provisionales pero bastante extendidas. Una tiene que ver con la estructura de la oferta que termin贸 de cerrarse hace una semana: su dise帽o responde a la pelea de poder actual, pero a la vez es el fruto de movimientos internos en cada frente que anticipan la batalla de 2019. Otra, contrar铆a una larga presunci贸n: m谩s que polarizado, el electorado asoma dividido en tercios imperfectos, con dos fuerzas, Unidad Ciudadana y Cambiemos, m谩s consolidadas que el resto,
La decisi贸n de entronizar como primer candidato a senador al ministro de Educaci贸n, Esteban Bullrich, justo el a帽o en que recrudeci贸 el conflicto docente, puede parecer un despiste. Pero es todo lo contrario: se trata de una apuesta de fondo a representar a esa mayor铆a silenciosa a la que Cambiemos supone harta del sentido com煤n progresista que funcion贸 como una suerte de piso compartido del discurso pol铆tico mayoritario de los 煤ltimos a帽os. Es la misma l贸gica detr谩s del endurecimiento de la posici贸n ante los piquetes.
Se trata, al mismo tiempo, de un movimiento significativo en la econom铆a del poder interno de la coalici贸n gobernante: Bullrich es un hombre de Mauricio Macri, que se impuso como primer candidato a Gladys Gonz谩lez, una pieza que el jefe de Gobierno porte帽o, Horacio Rodr铆guez Larreta, mueve en el tablero bonaerense, estelarizado por otra invenci贸n pol铆tica suya: Mar铆a Eugenia Vidal. La gobernadora y el ministro, se sabe, mantienen relaciones tensas desde que se sucedieron en el Ministerio de Acci贸n Social del Gabinete porte帽o del ahora Presidente.
Si, como creen con m谩s 茅nfasis en el gobierno nacional que en el provincial, Cambiemos se impone por buen margen en octubre, entonces la elecci贸n de Bullrich adquirir谩 pleno sentido: ser谩 un hombre de Macri quien haya derrotado al peronismo por cuarta vez en la provincia. Lo que equivale a decir que Vidal no ser谩 la 煤nica carta de triunfo en el basti贸n de la oposici贸n. Si se proyecta a 2019, no se trata de un dato menor. Es, eso s铆, una confirmaci贸n indirecta de la centralidad pol铆tica de la Gobernadora bonaerense.
Cristina Fern谩ndez de Kirchner, que comenz贸 ahora a jugar su intento de retornar al poder en 2019, parece creer lo mismo. Contra lo que pudiera parecer, ella no hizo un planteo comunicacional tan novedoso: su campa帽a de 2015 transcurri贸 sin grandes actos masivos, con uso intensivo de las redes sociales y b煤squeda de contacto "directo" con los votantes. Ni hablar de la exclusi贸n del PJ de su frente electoral. En 2005 hizo exactamente lo mismo y venci贸 a Hilda "Chiche" Duhalde por m谩s de 20 puntos. Uno de sus coroneles en esa pelea fue Florencio Randazzo.
Aunque los escenarios no son trasladables mec谩nicamente, Cristina aparece, como entonces, apoyada por el poder territorial de la tercera secci贸n electoral, especialmente el que surge de La Matanza. Y, a diferencia de entonces, se alista a "trabajar" pol铆ticamente la provincia desde la oposici贸n. Lo que queda claro es que cree que ese territorio es la llave de su resurgimiento y que Vidal puede ser su rival de fondo. De ah铆, la decisi贸n de poblar las listas seccionales del Conurbano con incondicionales hist贸ricos de peso pol铆tico propio.
Esa jugada no tiene pron贸stico sencillo: CFK probablemente pierda por mucho en el interior (tal vez con excepci贸n en la segunda secci贸n) que elige gran cantidad de legisladores, lo que complicar铆a el plan. La Legislatura, por cierto, est谩 en el centro de las miradas. Es el territorio donde Sergio Massa expres贸 su alianza estrat茅gica con Vidal. Ahora, la gobernadora podr铆a ver aumentada all铆 su fuerza propia. Massa, en cambio, podr铆a verla reducida, porque renuevan los legisladores que entraron empujados por la victoria de 2013, aunque algunos ya se le alejaron.
Pero la posici贸n de Massa -y con menor intensidad, la de Randazzo- se entiende mejor si se los ubica en un escenario que las encuestas definen hoy como tripartito, aunque de un modo espec铆fico: un tercio del electorado est谩 alineado con CFK (que tiene un piso alto pero un techo bajo), otro con Cambiemos (que debe superar la prueba de la transmisi贸n de capital pol铆tico-simb贸lico de Vidal a Bullrich) y, el tercero, difuminado entre Masa (de modo predominante), Randazzo y la izquierda, especialmente el FIT.
Esa tripartici贸n imperfecta explica, por lo dem谩s, la din谩mica de la primera semana de campa帽a, que seguramente se profundizar谩 de ahora en m谩s. Cambiemos y UC (Bullrich y Cristina), que por lo mismo que tienen sus espacios m谩s consolidados no pueden perforarse entre s铆, buscan lo que se falta para ganar en el tercio restante. Massa y Randazzo denuestan la corrupci贸n y el ajuste, que funcionan como dos eufemismos de quienes pueden licuarles la elecci贸n. Sobre todo en octubre, cuando vuelva a tallar el conocido "voto 煤til". (DIB)
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