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"El peronismo llegó al centro de su laberinto" | |||
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Producto evidente de la dificultad para procesar la derrota de 2015, el peronismo de la provincia transformó la posibilidad de una interna -bajo un formato que paradojalmente es creación propia- en una guerra de nervios que probablemente sortee la primera instancia de definición importante sobre la base de eventualidades judiciales más que polÃticas.
Por voluntad real de ser candidatos o producto de un posicionamiento negociador, lo cierto es que la intransigencia de Cristina Fernández de Kirchner y Florencio Randazzo llevó la puja hasta un lÃmite. Lo demuestra el hecho de que el viernes por la noche, el sector alineado con la Expresidenta llegó la evaluar la posibilidad de excluir al PJ del armado electoral, un modo leguleyo de sacar de la cancha al Exministro, que horas antes, en un extraño lanzamiento semi público, habÃa vuelto a afirmar que no facilitará la unidad sin competir.
Aunque la cuestión estará abierta hasta el miércoles, cuando deben presentarse los frentes electorales, es probable que la idea de un Frente Ciudadano para la Victoria (FCPV) sin el PJ no sea la opción elegida, lo que implicarÃa permitir que Randazzo compita. Eso, por un doble motivo: intendentes, varios de ellos del interior, son renuentes a dejar el sello histórico de lado, lo que se suma al hecho de que seguramente el Exministro judicializarÃa la cuestión con chances ciertas de que los tribunales le den la razón.
Por eso, en el análisis del sector del peronismo K que hizo el planteo de que conviene dejar jugar a Randazzo (que tiene también entre sus fundamentos la cernÃa a dos altos funcionario PRO que le atribuyen a Juan Manuel Culotta, el juez subrogante que deberÃa intervenir) la idea es encarar una PASO con un discurso hiperpolarizador, que ponga a Mauricio Macri -jamás a MarÃa Eugenia Vidal- como antagonista e ignore al Exministro. "Vamos por la posibilidad de dejarlo por debajo del 25%, para barrerlo de las listas de octubre", explican. Pero eso ocurrirá solo si CFK acepta que haya interna. O, lo que es lo mismo, si condesciende a competir con Randazzo, a quien su vocero informal, Jorge Ferraresi, trató de "empleado" ¿La versión que indica que podrÃa reemplazarla en ese rol su hijo, Máximo Kirchner, echada al ruedo por usinas de La Cámpora, tendrá que ver con eso?
La otra opción es que decline el exministro. Pero Randazzo no tiene margen para eso sin trasformar el flamante nombre de su espacio, "Cumplir", en una especie de epitafio polÃtico. Su mutismo (esa especie de presencia ausente que ha definido hasta aquà su juego) es leÃdo por el kirchnerismo como una última precaución. "Si habla tiene que pegarle a Cristina, y eso le impedirÃa un cierre de última hora", se esperanzan. El randazzismo refuta: "Hacemos como hizo Massa en 2013 (cuando sepultó la reelección de CFK), mantenemos la incertidumbre, porque eso nos pone en la tapa de los diarios y nos está haciendo crecer en las encuestas". Sibilinos, suman a eso otro argumento: la pelea hace la interna peronista más atractiva y podrÃa ayudar a superar el techo de CFK, que ubican en torno al 33 o 34 por ciento.
La doble intención de ese último señalamiento randazzista (que jamás harÃan en público, porque implica un escenario de derrota interna incompatible con el discurso de que quieren "proscribirlos" porque temen que ganen) es evidente: si la pelea podrÃa tener el efecto secundario de ayudar a CFK a superar un techo, eso implica, en principio, que ese techo existe. Ganando o perdiendo, ahà se encierra el negocio polÃtico de Randazzo, más allá de que en su discurso Macri aparezca como el antagonista excluyente y de que mande a repetir a sus coroneles aquello de que el que pierde acompaña.
La resolución del peronismo, se ha dicho, tendrá impacto en lo que hagan sus rivales. Pero las últimas noticias relativizan esa certeza: está prácticamente definido que Serio Massa y Margarita Stolbizer sea los dos primeros candidatos de 1PaÃs, donde también está casi definida la lista de Diputados nacionales. En Cambiemos, lo mismo: solo resta ver de qué modo se traslada el 30% de Vidal a Gladys González o Esteban Bullrich (que parece que sorteará el vendaval en torno a su postulación). No será fácil. Hoy, a los encuestadores, el número se les cae a la mitad cuando no se menciona a la Gobernadora. En Diputados, aquà también están avanzados: solo resta ver si finalmente son cuatro los radicales que se suman, dos de la estructura y dos de alto impacto mediático. (DIB)
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