20-04-2024
"Nuevas cartas sobre la mesa"
Por Andrés Lavaselli @Lavaselli (Agencia DIB @AgenciaDib )
En un solo día, un mes exacto antes de la fecha del cierre de listas, el escenario político maduró en la Provincia todo lo que puede hacerlo antes de que las decisiones se tornen irreversibles. Cristina Kirchner se vio obligada a eliminar intermediarios para intentar definir la pelea con Florencio Randazzo en sus propios términos, mientras que en el oficialismo aparecen indicios de reevaluación de un esquema electoral que, hasta esemomento, lucía definido. 

"Si es necesario que sea candidata para dar más votos, lo seré". La fórmula que usó CFK es lo suficientemente ambigua para alentar lecturas diversas respecto de su decisión final, pero todo lo precisa que tiene que ser para cumplir con su objetivo central. Esto es, apretar el torniquete para que Randazzo se pliegue a su intención de coronar una lista de unidad que le evite a su espacio la interna que no harán Cambiemos ni el Frente Renovador, rebautizado ahora en clave pos grieta "Un país". 

El hecho de que Cristina se haya involucrado personalmente es consecuencia de una debilidad y, a la vez, causa de una fortaleza. Lo primero, porque su irrupción se dio luego de que sus coroneles demostraran que no pueden ordenar el peronismo en su nombre. Lo segundo, porque catalizó el apoyo de varios intendentes que hasta entonces dudaban, lo que demuestra, quizá mejor que las encuestas que de todos modos le dan mejor que a cualquier otro precandidato, que sigue siendo una buena opción electoral. 

Pero Randazzo no da signos de bajarse, pese a esa supremacía de partida de Cristina. El martes presentará los avales para su candidatura, que a partir de ahí solo dependerá de su voluntad de jugar. Mientras, sus operadores, que admiten que la expresidenta lleva las de ganar en la interna, explican la lógica tras esa determinación: la idea es ganar, pero si no se logra, es quedar "parados" como alternativa en el peronismo, bajo la hipótesis de que el nivel de rechazo de CFK en una general podría impedirle consolidar su liderazgo.

El razonamiento del randazzismo y la arriesgada apuesta de Cristina, que podría jugar en una elección para un cargo "menor" su futuro político, dan cuenta de que más allá de la composición del Congreso y el impacto del resultado en la dinámica del medio término, lo que está en juego ahora es la conducción del peronismo. O, lo que es casi lo mismo, lo que comienza a discutirse es quien desafiará al oficialismo en 2019, cuando vuelva a de definirse el reparto del poder nacional. 

Mientras, Randazzo mandó un ultimátum a los intendentes: hasta el 10 de junio tienen tiempo para definirse. Luego de eso, los armados llegarán a los distritos. Es una manera de intentar generar incerteza en un punto clave: la elección para los concejos deliberantes, clave para la estabilidad de los alcaldes. El "Flaco" dice además que habilitará internas en todos los distritos y que en varios habrá multi lista (para que todos sumen hacia arriba) y que la fiscalización la aseguran los gremios y el Movimiento Evita. 

Cristina también mueve sus fichas. Sus aliados comenzarán a desplegar un discurso que acusa a Randazzo de incurrir en la misma lógica "personal y anti política" que lo llevó a desconocer lo que necesitaba su espacio cuando rechazó la candidatura a Gobernador. "Ahora lo que se necesita es la unidad", argumentarán. La cuestión es si esa condición es excluyente. Si lo es y el exministro no acuerda, algunos de los alcaldes que estuvieron en la reunión con los "fieles" en el Instituto Patria se fueron con la impresión (que no repetirán en público) de que la candidata será Verónica Magario, en vistas de la situación de Daniel Scioli y de lo poco que estima CFK a Martín Insaurralde. 

No tan seguro

Contra ese fondo de juego más abierto en el peronismo, Cambiemos, que parecía tener definido hasta el lugar que ocuparían sus principales candidatos, ahora luce más cauteloso. No es que Esteban Bullrich, Gladys González, Facundo Manes, Graciela Ocaña o Héctor "Toty" Flores no vayan a postularse. Lo que ocurre es que ahora, sintomáticamente, no hay fuentes del oficialismo que se atrevan a dar esas certezas.

Una demostración de ese nuevo clima es la fallida confirmación de la candidatura de Manes que hizo Bullrich en la cena de Conciencia. El ministro de Educación fue luego desmentido por su par de Interior, Rogelio Frigerio, debió él mismo retractarse en público y después llamar al neurocirujano para disculparse. "Vamos a hacer una campaña corta, de un mes y medio, y recién vamos a confirmar los candidatos el 24 de junio (día que vence el plazo)", es el nuevo "mantra" de los operadores de Cambiemos. 

Además, aunque con menos fuerza que en el PJ, en el oficialismo también aparece la tensión. Por caso, circuló una versión según la cual Bullrich sería reemplazado por Ocaña al tope de la lista de senadores, porque ella tiene mejor perfil para plantear la cuestión de la corrupción si CFK se presenta. Enseguida, surgió la contra versión: se trató de una picardía de quienes quieren al ministro de Educación de primer candidato a diputado solo para correr a Emilio Monzó de la presidencia de la cámara Baja. 

El radicalismo aporta lo suyo. El cruce de Ricardo Alfonsín al vicegobernador Daniel Salvador es la consecuencia de una certeza que corroe al Diputado: la UCR tendrá dos lugares "propios" en la lista de para la cámara Baja, porque el tercero será para Manes, al que ningún sector orgánico considera propio, sino un candidato de la Gobernadora María Eugenia Vidal. Alfonsín entiende que, en el marco de los realineamientos más amplios en curso en ese partido, su espacio y él mismo podrían quedarse con las manos vacías.

En el medio

El escenario se completa con el lanzamiento de "Un país", el nombre de la alianza electoral de Massa y Stolbizer. Ambos dejaron clara la estrategia: encarnar nuevamente la "avenida del medio" que el líder del Frente Renovador representó en 2015, con aceptable nivel de acompañamiento pese a todos los pronósticos. La incógnita es si, con Massa criticando al kirchnerismo por "corrupto" y Margarita al macrismo por "ajustador", ese "milagro" podrá repetirse. Por ahora, las encuestas parecen descartarlo. (DIB)