14-05-2024
09-05-2017 | ENTREVISTA DE TÉLAM
Gustavo Grobocopatel: "Es un mito que el Gobierno haya beneficiado al sector agroexportador"
El CEO de "Los Grobo" y referente del empresariado del campo argentino precisó: "Lo que cambió es el estado de ánimo, los productores miran hacia adelante con optimismo". Además señaló la necesidad de avanzar en una mayor integración de la Argentina al mundo
Gustavo Grobocopatel, hombre clave de un sector estratégico de la economía y referente ineludible del empresariado del campo argentino, sostuvo que "es un mito que el Gobierno haya beneficiado al sector agroexportador" y manifestó: "Lo que cambió es el estado de ánimo, los productores miran hacia adelante con optimismo". Además señaló la necesidad de avanzar en una mayor integración de la Argentina al mundo, en atacar el "problema estructural de competitividad" y en una reforma impositiva integral.

En el 8° piso del distinguido edificio de la Bolsa de Cereales, donde tiene sus oficinas, el CEO de "Los Grobo", Gustavo Grobocopatel recibió a Télam para charlar de economía, productividad, trabajo, la imagen social de los "sojeros" y la realidad de los productores. El denominado "Rey de la soja" dejó definiciones claras sobre el sector y su visión de la Argentina en el mundo del futuro. "Tenemos un problema estructural de falta de competitividad", dijo entrevistado por Por Jorge Duarte.

-Telam: ¿Cuál es su opinión sobre la actualidad económica del país?
- Gustavo Grobocopatel: Hay un problema estructural de falta de competitividad. No es un concepto solamente económico, sino también social que crea pobreza y conspira contra la inclusión. No es nuevo y viene aguzándose en los últimos 60 años, porque en lugar de atacar los problemas sistémicos hemos ido por atajos facilistas: devaluaciones, endeudamiento, venta de activos del Estado.

- ¿En qué planos identifica ese problema?
- Hay poca productividad, porque hay poca inversión en investigación y desarrollo, poca inversión en tecnología. La gente no está suficientemente capacitada, y porque además hay conflictividad. El Estado no es eficiente y tenemos récord de recaudación impositiva. A ello en los últimos años se le agregaron desbalanceos macroeconómicos, vinculados con inflación, déficit interno y externo.

- ¿Cómo ve la intervención del Gobierno para atacar esos temas?
- El Gobierno trata de gestionarlo de manera gradualista, evitando los shocks que dejan más gente bajo la línea de pobreza. En el mientras tanto crujen empresas y sectores que son más débiles, o están más afectados y no aguantan la transición. A eso el Gobierno responde tratando de mitigar los impactos y obviamente hay una tensión.

- ¿Se está camino a corregir la poca competitividad de la que usted habla?
- Se está buscando más integración al mundo, mejorar la calidad del Estado, bajar la presión impositiva. Todo esto es gradual. Sobre el tema de la productividad, todavía no hay densidad y calidad de inversión como necesitamos. Hay más inversión especulativa o financiera y menos en tecnología o maquinaria o capacitación. Me gustaría que las transformaciones se hagan a mayor velocidad.

- Hoy se están encarando adaptaciones de varios convenios colectivos. ¿Hay que avanzar en ese sentido?
- Si, las negociaciones colectivas hoy son solamente para discutir salarios y hay que discutir más. Hay que discutir productividad. Ambas cosas están íntimamente ligadas. Este plan de arreglos por sector, con su especificidad, es fundamental.

- Usted expresó la complejidad de producir con la actual presión impositiva existente...
- Lo dije antes de que EEUU anunciara el paquete de baja de impuestos. Vamos a tener que competir con países que tienen una carga impositiva que es la mitad de la nuestra. Es decir, por un lado necesitás gastar más en temas sociales y en obra pública y, por otro, bajar la presión impositiva. No es fácil la tarea que tiene este Gobierno y la sociedad argentina.

- ¿Focaliza los problemas impositivos en algún tributo o se trata de un tema general?
- Argentina tiene un tercio de la gente que no trabaja, un tercio que trabaja y paga impuestos y un tercio que trabaja pero no paga impuestos. No podés sostener la estructura del país con un tercio de aportantes.

En la sala en la que se concretó la entrevista hay una moderada pero variopinta biblioteca que refleja los diversos intereses de Grobocopatel. Desde libros de negocios y siembra, hasta algún clásico de Sigmund Freud y ejemplares de arte se posan en sus estantes. "Los van mandando y quedan ahí", comenta.

-T: ¿Si hoy tuviese que invertir elegiría a la Argentina?
- Nosotros hemos concentrado mucho la actividad en Argentina. Vendimos las operaciones en otros países y apostamos a la Argentina.

- ¿Se trata una decisión económica o personal?
- Es una decisión estratégica porque apostamos a que la Argentina va a tener una recuperación. El año pasado anunciamos un aporte de capital muy importante para crecer. Venimos invirtiendo aún en los últimos años del gobierno pasado. Acabamos de invertir en tecnología. Soy optimista, pero también realista. Si no se resuelven los problemas que enumermos vamos a seguir creando pobreza.

- ...
- Argentina es uno de los pocos países que crea pobres. No hay casos en el mundo de países que hayan creado pobres como nosotros y menos con los recursos naturales que tenemos.

- Macri suele definir de la Argentina como el futuro supermercado del mundo. ¿Estamos frente a una reconversión posible y deseable?
- Es una reconversión necesaria y obvia. Pero no puede haber supermercado del mundo si no hay integración. Eso lo convierte en una utopía. Y no sólo podemos ser supermercado, podemos ser el lugar de creación de muchas empresas del siglo XXI con base tecnológicas que no necesariamente transformen productos, sino procesos.

- ¿Cómo ve el rumbo de integración de la Argentina en el mundo?
- Se dieron pasos importantes en lo simbólico, pero todavía no hay cosas concretas. Por ejemplo, el mercado de los limones, es chico, pero simbólicamente es muy fuerte y seguramente abrirá otras oportunidades.

- Sin embargo la apertura se da en el contexto de un mundo que se cierra.
- Deberíamos tener una apertura inteligente. Argentina es uno de los países más cerrados del mundo y el Mercosur también lo es.

- Está instalado que el gobierno de Cambiemos lo primero que hizo fue beneficiar a los sectores agroexportadores, ¿eso es así?
- Es un mito que no comparto. Del paquete total de retenciones, el 70 u 80 por ciento era a la soja, y las retenciones a la soja bajaron del 35 al 30 por ciento. No bajaron casi nada. Solamente arreglamos el problema del 30 por ciento de la actividad. Lo que cambió es el estado de ánimo. La gente mira hacia adelante con optimismo. No cambió el aporte que realiza el sector que sigue siendo muy importante en términos impositivos y en la generación de divisas.

- ¿Y en materia de empleo?
- También de empleo. Otro mito es que el sector no genera empleo. Estamos traccionando el sector automotriz (la venta de camiones, de pick ups), la industria metalmecánica, la química, la siderúrgica. Estamos viendo en el interior un proceso de reinversión y recuperación importante. Y tenemos alrededor de Buenos Aires algunos casos particulares de economías regionales en crisis vinculada con la falta de competitividad.

- ¿La 125 dejó una especie de estigma sobre los productores de soja?
- Es muy diverso el sector agropecuario y hasta la 125 el sector estaba invisibilizado. Desde la 125 existimos. Ahora se está a favor o en contra, pero somos parte y nadie te va a decir que el sector no es moderno, no es tecnológico. Se lo reconoce como generador de divisas.