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17-04-2017 | UN PANORAMA ELECTORAL PLATENSE | |||
"Los votos van y vienen. Las polÃticas, van…" | |||
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En La Plata, Cambiemos gana perdiendo. Con lograr un 20% de los votos, consigue tres concejales. Pero sólo renueva uno de los siete que hoy tiene. Asà que, en el peor de los casos, aumenta a nueve su representación legislativa.
El Frente Renovador, su aliado en el gobierno, hoy cuenta con siete concejales, de los cuales debe renovar cinco, a los que se les puede sumar el único concejal del GEN, que también debe renovar. Si obtiene el 20% de los votos, consigue dos o tres, con lo cual su bloque quedará en cuatro o cinco. Ya tienen mayorÃa propia: nueve concejales de Cambiemos y cuatro o cinco del Frente Renovador.
Por su parte, el Frente para la Victoria en sus dos vertientes (PJ y Nacional y Popular), tiene nueve concejales, de los cuales renueva seis. Con una excelente elección (30%), obtiene cuatro y queda con siete concejales. Aun cuando llegue al 40%, sólo alcanzará seis concejales y quedará igual que hoy: nueve bancas en el Concejo Deliberante.
Las organizaciones de izquierda y otras expresiones polÃticas se repartirán el resto de los votos y es probable que alguna de ellas llegue al piso para ingresar algún concejal (8,33%), pero eso "no mueve el amperÃmetro".
Claro está que los números aquà expuestos no constituyen una proyección de lo que va a ocurrir, sino tan sólo un ejemplo, desde el cual cada uno podrá hacer otros análisis.
Estas son las razones por las cuales el espÃritu conservador es predominante en la oposición a Cambiemos y es tan complejo su panorama: nadie se quiere "quedar afuera" y al grito de "unidad" intentan que no haya ningún "armadito" que se lleve un par de votos que consideran propios y les discuta su aparente representación.
No es muy distinto lo que ocurre en el orden provincial y en el orden nacional.
Estoy hablando del eje electoral, que es sólo uno de los ejes constitutivos de la acción polÃtica. Si bien no debe ser descuidado, tampoco deberÃa ser el único. Aún en minorÃa, diputados, senadores, concejales y consejeros escolares podrÃan hacer algo más de lo que hacen, si son creativos y logran articular lo institucional con las demandas populares, que no significa sólo presentar proyectos.
Es esta una lectura de lo polÃtico en clave liberal, una filosofÃa que nos impregna a todas y a todos y que lo reduce a lo electoral, es decir, a un agregado, a una suma, de voluntades individuales que luego del escrutinio se transformará en la voluntad general, en la soberanÃa popular, asÃ, lisa y llanamente. Es la traducción polÃtica del liberalismo económico.
Trascender esta filosofÃa, que, insisto, nos impregna a todas y a todos, significa reconocer que la democracia tiene un significado mucho más profundo: hay democracia en tanto y en cuanto haya desmonopolización del poder polÃtico, en tanto y en cuanto haya una distribución igualitaria del acceso a los medios de participación polÃtica.
De lo contrario, seguiremos insistiendo con la cantinela de que "a la gente no le interesa lo polÃtico", como si fuera su culpa, como si no existiera una manifiesta desigualdad en el reparto de posibilidades de interesarse en lo polÃtico, como si la participación polÃtica sólo significara asistir a reuniones y hacer sentir nuestra voz, salir a la calle a manifestarnos, votar en elecciones, militar en un partido polÃtico y no, además de todo eso, promover la intervención popular en el planteo, discusión, decisión y control de ejecución de las polÃticas públicas.
Y es, precisamente porque estamos todas y todos impregnados de aquella filosofÃa liberal que "la gente" no le pide a las organizaciones polÃticas que se le acercan condiciones de participación, sino, simplemente, que le resuelva sus problemas. Esta es la base del clientelismo, al que tanto se estigmatiza y al que poco y nada se intenta superar.
Los votos van y vienen. Las polÃticas, van…
(*) Referente del Frente de Participación Popular de La Plata
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