Las perspectivas sociales actuales cuestionan la construcción de la labor docente en torno a la vocación y el carácter moral de su función, eso pasa todos los años en el inicio de un nuevo ciclo lectivo. Muchos, en nuestra la sociedad ven a nuestro trabajo docente solo como una mercancía, "siempre reclaman ganar más", "se toman todas las licencias", ect.

Nuestro salario tiene que ser digno porque es un procedimiento que se utiliza para motivar a nosotros los trabajadores, dado que, es una parte esencial para el desarrollo de nuestras vidas en cambio una mercancía es una cosa mueble que se constituye como objeto de trato o venta.

Les digo que la docencia es una elección de futuro, no es una actividad de mero altruismo ni el ejercicio de la labor de mera voluntad, es un trabajo colectivo como ser policía, médico, barrendero, político o sindicalista. Me pregunto: ¿A dónde hubiesen llegado todos ellos sin los docentes?

A pesar de haberse definido muy temprano en la historia de la educación el carácter de empleo que debe recibir un salario en el siglo XX se asumió identidad de los docentes como trabajadores. 

En todos los trabajos hay gente que trabaja bien y gente que no es profesional y no quiere su trabajo. Hay que recordar que el escenario laboral en las escuelas es de alta complejidad, la escuela hoy en día es una caja de resonancia social.

Yo hablo desde la pasión y profesionalidad de mi trabajo, hay que desterrar esa leyenda urbana dicha hasta por presidentes que tenemos tres meses de vacaciones eso lo tendrán los haraganes, los que solo les importa ellos, que por su gran egoísmo que corre por sus venas, nos dejan mal parados. En la vida somos muchos los docentes que respetamos y honramos nuestro trabajo porque sabemos el valor que él tiene en una sociedad.

Hay otras sentencias bobas que dicen "voy de maestro aunque llueva, truena siempre me pagan", ellos dañan a la profesión: pululan muchos de estos, los conozco bien, pero... hay malos policías, malos sindicalistas y malos políticos. A ellos les digo soy profesora por misión y vocación pero quiero mi salario justo y digno. Para ser docente hay que estudiar, capacitarse a diario, planificar, llevarse el trabajo a casa, ser docente no es un último recurso laboral que tenemos.

Los trabajos que encarnan políticas públicas están cada vez más desprestigiados, médicos que son golpeados, docentes que son golpeados, policías que son matados, ect. Muchos años viendo y viviendo solo políticas de gobierno, solo pensando en elecciones y no pensando en avanzar como estado.

Se ha llegado a la locura total de sancionar una ley para castigar a los padres que les pegan o insultan a los docentes, amenazas de muerte sino se aprueban las materias. Es de locos, es de gente sin aprecio por el otro, sin respeto, gente mal aprendida, no mal educada.

La educación no es un arma, la educación es libertad. Ser docente es un desafío que los docentes ofrecemos a la sociedad, pero también es un reto en sí mismo, querer cambiar el mundo por medio de la libertad.

La educación no busca utilidades sino valores, porque la escuela se ha transformado en una herramienta insustituible contra la desestructuración social

Los docentes siempre creamos esperanzas porque enseñamos para el presente pero sobre todo para el futuro.

Les dejo estas líneas para pensar.

"El servicio del maestro es un servicio doble; del maestro para con el Estado o municipio, y del municipio o Estado para con el maestro. El maestro enseña, y el Estado o el municipio pagan. Si el municipio o el Estado no pagan bien, no hay que esperar que el maestro enseñe bien" (El Monitor de la Educación Común, Año I - Número 14 / 1882).

(*) Daniela Leiva Seisdedos exclusivo para Cadena BA. 24/02/2017

Autora de los Manuales para docentes de Construcción de Ciudadanía de la Editorial Alfaomega. Ganadora en los años 2012, 2013 y 2014 de Premio UBA. Distinguida por el Diario Clarín entre los 13 docentes del año 2013. Mención destacada REDEM 2015. En España columnista en las revista online INED 21.