Los vecinos de la Ciudad celebraron la medida del Gobierno de ponerle un límite al abuso de la vía pública. Durante años, por la falta de una policía propia  esta se veía impedida de generar una solución efectiva al tema. Ahora estamos en condiciones de pensar y discutir cómo manejarnos en adelante.

Durante años hemos normalizado que una persona use una parte de la vereda para montar su negocio ilegal. Este comercio enteramente "en negro" genera grandes injusticias para la vida económica de la Ciudad de Buenos Aires. Por un lado quienes se dedican a esta actividad no pagan los impuestos correspondientes por lo que aumenta la presión fiscal sobre quienes sí lo hacen mientras se les genera una competencia desleal.

El mantero privatiza el espacio público sin pagar costos, por lo que puede vender sus productos a precios más bajos. Si además de eso elude pagar impuestos, vemos que cuenta con una gran ventaja frente al que sí cumple con todas las reglas. Para evitar que se produzcan este tipo de injusticias el gobierno debe generar un marco legal que sea respetado por todos. Esto también implica revisar normas de difícil cumplimiento o de excesiva carga.

Es necesario que pensemos distintas maneras de asistir a quienes buscan un método de subsistencia y progreso. Pero el punto de partida nunca puede ser la ilegalidad,  No parten en la negociación teniendo un derecho a ser compensados por dejar de hacer algo que está mal. Equivocar esta lectura nos ofrece un punto de partida engañoso que atenta contra la posibilidad de producir soluciones sustentables.

El orden genera progreso. Lo que diferencia a las sociedades evolucionadas de aquellas que no logran progresar es la calidad de sus instituciones. Nosotros tenemos un desafío cultural por delante de reconstruir nuestras instituciones y poner límites para la convivencia, buscando generar más oportunidades sin descuidar al que tenemos al lado.

Ante la creación de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, tenemos una oportunidad histórica para marcar un nuevo rumbo donde se respete al que tenemos al lado, se haga cumplir la Ley y se le ponga un límite a los violentos. Manteros, piquetes y trapitos deberán pasar al debate público para que podamos entre todos generar soluciones a estos temas.