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"Encuestas por el piso" | |||
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A lo largo de mi carrera he visto muchas encuestas. Algunas con datos certeros, y otras no tanto, varias con mentiras descaradas y muchas verdaderas; de esas que no suman 100% al final de la columna y de las que son misteriosamente coherentes; de las que dan ganador a quien finalmente sale segundo, o incluso tercero. Y unas cuantas demasiado consecuentes con los deseos de quién las encarga. Las he visto impresas en todo tipo de diarios, blogs, portales, diarios digitales y redes sociales. Las he escuchado en la radio y las he visto por televisión.
Pero nunca en mi vida habÃa visto una encuesta publicada en el piso. Nunca. Hasta el dÃa en que ganó Donald Trump la presidencia de EEUU. El dÃa en que todo lo que no debÃa suceder, sucedió.
La 16th street corre derecha, prolija y elegante desde la Casa Blanca hasta Silver Spring, el lÃmite del Distrito de Columbia con su vecina Maryland. El recorrido tiene paso obligado por el China Town y una zona de bares en la U street. Sobre una de sus veredas, de cemento gris alisado, a muy pocas cuadras del lugar donde Obama esperaba los resultados del dÃa de la elección, encontré esta encuesta pintada en el suelo. En prolijo stencil y coronada con una bandera a dos colores, la leyenda dice:
58% DE LOS AMERICANOS VE EL COMERCIO EXTERIOR COMO UNA OPORTUNIDAD.
34% LO VE COMO UNA AMENAZA ECONOMICA.
DATOS. VERDADES.
FINANCIAL TIMES
FT.COM/USELECTION
Vale la pena resaltar que la pieza es compleja de realizar. El stencil es un molde de letras caladas, que se apoya sobre una superficie para luego pintar con aerosol. Cuando se retira el molde, el dibujo queda prolijamente visible. Si se desea agregar color, entonces serán dos stencils y dos aerosoles. Quien realizó esa pintada en ese lugar clave llevaba consigo un stencil de considerable tamaño, otro más pequeño para el detalle en rojo de la bandera, un aerosol blanco y otro rojo. Un
demócrata entusiasta que debió esperar que no lo viera nadie, y realizar la intervención en una ciudad donde el control en la vÃa pública no se ve, pero se siente.
La encuesta en el piso de Washington podrÃa ser metáfora de todo lo que no funcionó. Datos de un estudio que no pudo prever lo que sucederÃa, pintada en el corazón del establishment americano, en una ciudad escandalosamente demócrata. Un esfuerzo publicitario que apela al voto racional. Un mensaje para quienes caminan por la calle mirando el piso.
Nada de eso funcionó. Las encuestas americanas y sus posteriores análisis polÃticos viven una crisis que, en el mejor de los casos, podrÃa ser de crecimiento. Aferrados a los sistemas de encuestamiento telefónicos y presenciales, no garantizan las condiciones de privacidad necesarias
para que la gente les diga la verdad. Contagiados de la lógica de los polÃticos, pueden estar más preocupados por saber a quién va a votar un ciudadano, que a comprender profundamente lo que le sucede y cómo construye su lógica de toma de decisiones. Tendrán que revisar no solo los soportes tecnológicos con los cuales abordan a los ciudadanos, sino también el contendido de las encuestas. Deberán revisar las preguntas que antes servÃan para describir a una sociedad que ya no
existe.
La encuesta en el piso le habla a un público racional que, en verdad, es mÃnimo. Los comportamientos emocionales a la hora de votar aparecen -una y otra vez- como tsunamis impredecibles y destructores de los sistemas polÃticos en todas las democracias del planeta. Arrastran a los polÃticos clásicos, dejando estelas de miedo y un sinfÃn de preguntas.
El esfuerzo entusiasta del artista polÃtico está geográficamente mal direccionado. Washington no era el lugar donde hacer ningún esfuerzo de campaña más, pues era absolutamente predecible. En sentido opuesto, los demócratas se olvidaron de asegurar algunos estados que creyeron ganar por
el peso de la historia o el prestigio de Obama. Pues bien: los terminaron perdiendo.
La pintada representa el stablishment hablándole al stablishment, demócrata y/o republicano, no importa. Pero claro, fuera del yogurth washingtoneano habÃa 47.2% de los americanos votantes dispuestos a patearlos a ambos.
Por último, la encuesta en el piso le habla a quien circula las calles mirando hacia abajo. Es fácil decirlo con "el diario del lunes", pero no lo puedo evitar: quizás hubiera sido mejor para los demócratas levantar la cabeza y mirar a los demás, más allá de sus propios pies.
(*) Director de Giacobbe & Asociados Opinión Pública SA
jorgedgiacobbe@hotmail.com
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