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"A 46 años del regreso de Perón" | |||
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En medio de una llovizna pertinaz el DC 8 de Alitalia "Giuseppe Verdi" aterrizaba en Ezeiza, la claridad del fuselaje contrastaba con el mito del "avión negro que habÃa imaginado la fantasÃa popular.
El gobierno Militar (Lanusse) habÃa proclamado feriado aquel viernes. Una multitud difÃcil de calcular por la dispersión de las columnas, pugnaba por acercarse al aeropuerto. El Ejercito habÃa preparado un "cerco" de hierro utilizando unos 30.000 efectivos al mando del Gral. Haroldo Pomar para obstaculizar tal propósito.
Un sueño imaginado por millones de argentinos se estaba concretando. Después de 18 años el lÃder del Movimiento Peronista volvÃa a su Patria, cambiando el destino inexorable que lo condenaba como a San Martin y Rosas, entre otros, a morir en el exilio.
Perón, el lÃder de los trabajadores, volvÃa a su tierra para encabezar un proyecto de Reconstrucción Nacional.
Los Peronistas que cruzaban el Rio Matanza en un esfuerzo titánico para llegar a la pista protagonizaban un hecho histórico, no iban solos, los acompañaban la historia y los ausentes, los que habÃan caÃdo en la resistencia, en la huelgas y tomas de fábricas, los que no aceptaron la proscripción polÃtica, los que se habÃan lavado "las patas en la fuente" el 17 de Octubre de 1945, los que pintaban con carbón en las veredas la P con la V del Perón vuelve. Los que no olvidaban que el hombre que estaba por descender del avión era el que los habÃa valorado como trabajadores, el de las vacaciones y el aguinaldo, el de las obras sociales sindicales, los regÃmenes horarios dignos, el que habÃa conseguido para los asalariados una participación del ingreso del 50%. Los que habÃan obtenido el primer colchón, los primeros juguetes, la primera casa, o la máquina de coser.
Una lealtad inexpugnable a prueba de diatribas, de ausencias y distancias, los que con él y Evita habÃan recuperado el sentido nacional.
El cielo gris ocultaba el sol que alumbraba la alegrÃa de los peronistas y las lágrimas, aun las varoniles.
Ese 17 de Noviembre habÃa terminado una larga pulseada protagonizada por Perón y el Partido Militar, estos últimos consideraron que habÃa que negociar con el exiliado de Madrid. Se le devolvió el uniforme de General, los salarios caÃdos y el cuerpo sagrado y ultrajado de Evita.
La memorable foto de Rucci, el Secretario General de la CGT exultante con el paraguas protegiendo al recién llegado, al pie del avión expresaba el sentimiento colectivo de alborozo y la lealtad del pueblo ése dÃa.
"La vida es lucha y renunciar a esta es renunciar a la vida, pero en momento como los que nuestra Patria vive, esa lucha ha de realizarse dentro de una prudente realidad. Agotemos primero los módulos pacÃficos que para la violencia siempre hay tiempo", habÃa dicho Perón antes de su partida de Roma.
Millones seguÃan los hechos por la radio y televisión dueños de una gama de sentimientos que iban desde el llanto a una emoción incrédula.
El exilio de 6.268 dÃas acababa de terminar y ahora: "Para un Argentino no debe haber nada mejor que otro Argentino"
(*) Peronista. Concejal (MC) de La Plata por el Partido Justicialista.
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