Una fuerza de 1.590 efectivos federales, entre gendarmes, prefectos, Policía Aeronáutica y Policía Federal, comenzará a patrullar desde hoy los municipios de San Isidro, Ituzaingó, Tres de Febrero, San Miguel, Vicente López, Ezeiza, Hurlingham y San Martín.

La llegada de los efectivos es consecuencia del acuerdo que a principios de octubre alcanzó la gobernadora María Eugenia Vidal con funcionarios de al cartera de Seguridad nacional, para completar con 6.360 uniformados la tarea de las policías Bonaerense y Local en 32 municipios, en medio de una escalada de inseguridad que no deja de castigar al distrito más grande del país.

En rigor, las zonas que se incorporan hoy forman parte de uno de los anillos más calientes del conurbano, en sus extremos norte, sur y oeste.

Desde las 9 de la mañana de este último lunes, en Vicente López, el viceministro de Seguridad nacional Eugenio Burzaco y el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, le dieron, junto al intendente Jorge Macri, el puntapié oficial al nuevo operativo de saturación con agentes de las fuerzas federales.

La de hoy es la tercera tanda y todavía falta coordinar la llegada de otros 17 distritos, entre ellos Merlo, cuyo intendente Gustavo Menéndez se reunirá en las próximas horas con Ritondo para cerrar los detalles del plan.

No será el único. También llegarán hasta el despacho del ministro los intendentes de San Fernando, Presidente Perón, Berazategui , Florencio Varela , José C. Paz, Malvinas Argentinas y Tigre, muchos de ellos con explícito malestar por la cantidad de efectivos que determinaron las autoridades en función de la población e índices delictivos.

El shock de uniformados arrancó el lunes 17 de octubre en Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora y Quilmes, adonde llegaron 1140 miembros. Luego siguieron Morón, E. Echeverría, Alte. Brown y La Matanza,con 930 efectivos.

El objetivo es completar la distribución de efectivos en la provincia de  Buenos Aires hacia mediados de diciembre.