17-05-2024
18-09-2016 | “La corrupción es como la droga, produce dependencia”
Papa Francisco: "Me impacta ver como la corrupción ha invadido todos los lugares"
Así lo dijo en un encuentro con Gendarmes y durante el Ángelus, Francisco insistió: "Hoy más que nunca necesitamos paz". Después llamó la atención sobre el encuentro interreligioso de Asís y sobre el congreso eucarístico de Génova.

"Me impacta ver cómo la corrupción ha invadido todos los lugares", aseguró hoy el papa Francisco al celebrar una misa por los 200 años de la Gendarmería vaticana durante la que resaltó el servicio del cuerpo de seguridad "contra los estafadores y explotadores" rechazando "las tentaciones de quienes quieren comprarlos" y con críticas a "la industria del trabajo esclavo".

"Ustedes hoy celebran los 200 años de servicio contra la estafa, contra los estafadores, contra los explotadores", agradeció el Pontífice durante la celebración que encabezó este domingo en la gruta de Lourdes de los Jardines Vaticanos.

Durante la homilía, el Papa destacó el servicio prestado, "que debe ser conocido por todos" en el Estado Vaticano y en la Santa Sede, que busca "no sólo que las cosas vayan bien, sino que sean realizadas con caridad, con ternura" e incluso "arriesgando la propia vida".

"El explotador es una persona enfocada en una forma maníaca de ganancia, hasta el punto de sentir fastidio e impaciencia en relación a los días litúrgicos de descanso, porque rompen el ritmo frenético del comercio", criticó frente a los miembros de la Gendarmería, todos con traje de gala.

"Por desgracia, es un tipo humano que se encuentra en toda época, también hoy hay tantos", lamentó.

"El estafador es el hombre que no tiene fidelidad. Su método es cometer fraude. De él nos habla el Evangelio con la parábola del administrador deshonesto", recordó luego, y afirmó que "también hoy hay muchos de estos estafadores, corruptos".

"A mí me impacta ver cómo la corrupción ha invadido todos los lugares", sentenció Francisco en esa dirección.

"El tercero es el hombre fiel", al que describió como "un hombre de oración" que "puede caminar con la cabeza alta".

Al finalizar, recordó una parábola de las escrituras: "Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No puede servir a Dios y al Dinero", antes de sentenciar que "el estafador ama el fraude y odia la honestidad".

"El estafador ama los sobornos, los acuerdos oscuros, los acuerdos que se hacen en la oscuridad. Y lo peor de todo es que él cree que es honesto", lamentó el Obispo de Roma durante su lectura.

"El estafador ama el dinero, ama las riquezas: las riquezas son un ídolo. A él no le importa pisotear a los pobres. Son aquellos que tienen las grandes 'industrias del trabajo esclavo'. Y hoy en el mundo, el trabajo esclavo es un estilo de gestión", denunció.

"Yo les agradezco por su vocación; les agradezco por el trabajo que realizan. Sé que muchas veces deben luchar contra las tentaciones de aquellos que quieren comprarlos, y me siento orgulloso de saber que vuestro estilo es decir: 'No, yo no tengo que ver con esto'", agradeció a los Gendarmes.

"Les agradezco por este servicio de dos siglos y deseo para todos ustedes que la sociedad del Estado del Vaticano, que la Santa Sede, del último al primero, reconozcan su servicio, un servicio que custodia, un servicio que busca no sólo que las cosas vayan bien, sino hacerlas con caridad, con ternura, y también arriesgando la propia vida", sentenció.

Angelus

Durante el Angelus, Francisco realizó un llamado a los cristianos y a toda la humanidad para ser honestos en la vida pública y comprometerse a favor de la paz. Hay que responder a la "astucia mundana con la astucia cristiana, que es don del Espíritu Santo", aconsejó el Papa durante el Ángelus en la Plaza San Pedro. Hay que alejarse del "espíritu y de los valores del mundo, que tanto le gustan al demonio, para vivir según el Evangelio".

La mundanalidad se manifiesta "con actitudes de corrupción, de engaño, de sometimiento, y constituye el camino más equivocado, el camino del pecado, porque uno lleva al otro, es como una cadena, aunque, es cierto, es el camino más cómodo, generalmente", dijo el Papa y por el contrario, "el espíritu del Evangelio exige un estilo de vida serio, serio pero alegre, lleno de alegría, serio y comprometido», caracterizado por «la honestidad, rectitud, en el respeto a los demás y a su dignidad, en el sentido del deber". Esta es la astucia cristiana, según Papa Francisco. "Hoy Jesús nos invita a hacer una elección clara entre Él y el espíritu del mundo, entre la lógica de la corrupción y de la avaricia y aquella de la rectitud y del compartir. Alguno se comporta con la corrupción como con las drogas: piensa de poderlas usar y dejarlas cuando quiere. Se comienza con poco: un manojo de aquí y una coima de allá… Y entre esta y aquella lentamente se pierde la libertad. También la corrupción produce dependencia, y genera pobreza, explotación, sufrimiento. ¡Y cuántas víctimas existen hoy en el mundo! ¡Cuántas víctimas de esta difundida corrupción!", exclamó el Sumo Pontífice, según informó "Vatican Insider".

"En cambio -explicó-, cuando buscamos seguir la lógica evangélica de la integridad, de la transparencia en las intenciones y en los comportamientos, de la fraternidad, nosotros nos convertimos en artesanos de justicia y abrimos horizontes de esperanza para la humanidad. En la gratuidad y en la donación de nosotros mismos a nuestros hermanos, servimos al amo justo: Dios".

Después el Pontífice recordó que el próximo martes 20 de septiembre viajará a Asía para participar en el encuentro interreligioso, a 30 años del primero que convocó san Juan Pablo II. "Invito a las parroquias, las asociaciones eclesiales y a todos los fieles de todo el mundo a vivir ese día como una 'Jornada de Oración por la Paz'. Hoy más que nunca necesitamos paz, por esta guerra que está por todas partes en el mundo", indicó.

Por último, invitó "siguiendo el ejemplo de San Francisco, hombre de fraternidad y de mansedumbre, estamos todos llamados a ofrecer al mundo un fuerte testimonio de nuestro común empeño por la paz y la reconciliación entre los pueblos. Así, el martes, todos unidos en oración; que cada quien se tome el tiempo que quiera, pero todos unidos por la paz".