Sin dinero no hay campaña electoral. Como en cualquier lugar del mundo, la mediatización de la política impone que para ser candidato y llevar adelante una campaña electoral se necesite mucha cantidad de dinero. Eso tiene una explicación muy sencilla, un segundo o espacio en un canal de televisión, radio, medio gráfico o en la web, es caro,  y se refleja en los presupuestos de campaña cada vez más altos.

Esta relación entre medios y política sin duda beneficia a aquellos candidatos que cuentan con aparatos políticos tradicionales y con acaudalados aportantes de campaña. Esta lógica se da en muchos países del mundo, por no decir la mayoría.

Por dicho motivo, la recaudación de fondos de los candidatos presidenciales a la Casa Blanca es motivo de análisis. Hasta el momento, Donald Trump venía siguiendo una estrategia electoral basada en que él mismo se financiaba la campaña, para de ese modo ser visto más "independiente" y, al mismo tiempo, era una muestra más de opulencia millonaria y excentricidad en su figura como candidato presidencial.

En el partido Demócrata se daba todo lo contrario, la candidata Hillary Clinton destinó gran parte de su agenda a eventos de recaudación de fondos. Paralelamente, merece destacarse que el candidato Bernie Sanders obtuvo una buena recaudación a través de los pequeños aportes individuales, lo que le permitió respaldar su discurso electoral contra el establishment económico.

Como corolario de esto, los dos candidatos nominados del Partido Demócrata y Republicano, Clinton y Trump muestran dos fondos de campaña diametralmente opuestos. Trump cuenta con aproximadamente US$60 millones, mientras que Clinton lleva recaudado alrededor de US$220 millones.

Otro contraste son los equipos de campaña de ambos candidatos, Hillary Clinton tiene más de 700 personas mientras que Trump, solo 70.

Trump cuenta a su favor con su verborrágica forma de ser y la manera en que ha realizado su campaña electoral, que le ha permitido contar con una gran cobertura periodística nacional y mundial, la cual esta atenta a sus comentarios, frases y a su reality de campaña. Esto, en definitiva, lo benefició, ya que pudo ahorrar en propaganda.

No obstante, la floja caja de campaña de Trump lo está obligando desde fines del mes de mayo a pedir aportes. Este cambio de estrategia provocó en Twitter una campaña en su contra bajo el hashtag "TrumpSoPoor" (#TrumpTanPobre).

Ahora bien, la realidad es que la figura tan controvertida de Trump, y políticamente incorrecta para muchos, ha alejado a importantes donantes de campaña como Apple, Coca-Cola, Hewlett-Packard, entre otras destacadas firmas; y hasta las celebrities de Hollywood prefieren brindar aportes a la campaña de Hillary antes que a la de Trump, como Jennifer López, Leonardo Di Caprio y Sarah Jessica Parker, entre otros.

Además, el Comité Nacional Republicano (NRC) -que si bien no integra el equipo de campaña de Trump-, coordina la recaudación de fondos y el mensaje del Partido, está teniendo dificultades a su interior en dar un apoyo unánime al candidato y ello tampoco lo favorecería al momento de recaudar fondos.

En ese contexto, Trump despidió a su jefe de campaña y hasta una persona manifestó que estuvo a punto de dispararle en un acto. Sin embargo, paradójicamente estos hechos no le están dando la prensa esperada.

Mientras tanto, Hillary Clinton sigue cosechando apoyos, en muchos casos bajo la premisa "con tal de que no gane Trump". Recientemente el Presidente Obama lanzó una campaña en apoyo a ella y las encuestas la ubican por delante de Trump, aunque con un margen todavía cercano entre ambos.

Una encuesta que está siendo seguida de cerca por los analistas, fue la publicada hace unos días por la cadena de noticias, Fox News, donde el candidato por el Partido Libertario y ex gobernador de Nuevo México, Gary Johnson, se encuentra en tercer lugar de preferencia con un 12%. Cabe recordar que si cinco encuestas realizadas por medios de comunicación a nivel nacional le llegaran a dar 15% o más de preferencia, habilitaría a Gary Johnson a participar del debate electoral presidencial de cara a las elecciones de noviembre.

El candidato Johnson se encuentra más presente en los medios brindado entrevistas, situación que le da más prensa y protagonismo.

En una entrevista para Fortune, Johnson explicó que quiere "eliminar el impuesto sobre la renta y acabar con el Departamento de Tesorería (IRS) de los Estados Unidos, como forma de lograr reducir las dimensiones del gobierno". Habrá que ver si logra capitalizar la mayor exposición en los medios y si sus medidas despiertan la simpatía electoral que le permita ubicarse en el 15% o más, que estaría precisando para participar en el debate que tradicionalmente siempre se dio con solo dos candidatos a esta altura de la contienda electoral.

Analía Pastran exclusivo desde New York, EEUU, para Cadena BA. 26/06/2016

Lic. en Ciencia Política y RRII. Prof. Tit. de Comunicación Política y Política Transnacional, Prof. Asoc. de Estrategia y Geopolítica en la Universidad Católica de La Plata. Periodista. Redactora en "Qué Aprendemos Hoy",  comunidad de aprendizaje en español más grande del mundo. Actualmente reside en New York, EEUU.