Con motivo de estar tratándose en la Legislatura bonaerense la Reforma política que limita la reelección indefinida de intendentes, legisladores provinciales, concejales y consejeros; el diputado provincial marplatense Maximiliano Abad, luego de la aprobación en Diputados y mientras el proyecto va camino a ser tratado en el Senado, sostuvo que "sentarnos a debatir un proyecto de reforma política es sentarnos en una provincia que ha dado un giro copernicano: de esconder a la política en las sombras y de espaldas a los ciudadanos, pasa a exponer la política a la luz y el escrutinio público de los bonaerenses. En seis meses se avanzó más en esto que en los últimos 30 años".

En el discurso que Abad realizó desde su banca puntualizó en la necesidad de transparentar la política y afirmó: "El problema es de corrupción, y si queremos que la política recupere prestigio, hay que cambiar la política, y no los criterios de qué es y qué no es el prestigio. En Argentina tenemos gobiernos que en el primer mandato son un nombre, en el segundo una sociedad anónima y, a partir del tercero, una asociación ilícita y terminan con escenas bochornosas, con personajes deleznables tirando de madrugada millones de dólares para adentro de un convento".

También hizo referencia a que el despilfarro de la corrupción apunta contra el corazón del servicio público, y dijo: "Esos mismos millones que el caradura de López quería enterrar son los que faltan en el Hospital Interzonal de Mar del Plata, y en tantos otros establecimientos de toda la provincia".

Otro de los aspectos relevantes en el proyecto que hoy se trató en Diputados es la incompatibilidad de las funciones de concejal con las de funcionario o empleado a sueldo del Poder Ejecutivo nacional o provincial, con la única excepción del ejercicio de la docencia.

Abad, en declaraciones al portal Impulso Baires, dijo al respecto: "La relevancia de este punto es central si miramos el contexto, en el cual se han desdibujado cada vez más los límites precisos de la ética pública. Cada día asistimos con asombro a un espectáculo de desintegración de los resortes institucionales que debían controlar a los funcionarios públicos, pero también a quienes aprovechan posiciones en el Estado para hacer negocios, forzando estructuras, atravesando límites, y violando la ley. Lo que decimos hoy es que la ética pública es un valor esencial de la democracia, y que la mayor claridad en las normas deja menos lugar a quienes creen que formar parte del Estado no es ponerse al servicio público sino proveerse un beneficio personal".

El proyecto de reforma política que deberá ser tratado en Senado para su aprobación definitiva, obtuvo un importante impulso en Diputados: 73 votos a favor, 16 abstenciones y 1 en contra.