Poco después de que el Senado de Brasil votó la suspensión de Dilma Roussef para iniciar el proceso de destitución, el gobierno nacional de Mauricio Macri anunció que reconoce la legitimidad del nuevo gobierno y elogió el "proceso institucional" del país vecino que terminó con el gobierno del PT y dio inicio a una nueva etapa.

El gobierno dio su postura sobre el recambio de autoridades en Brasil primero a través de un comunicado de prensa de la Cancillería y después a través de un pronunciamiento del jefe de gabinete, Marcos Peña.

La Cancillería destacó el respeto a las instituciones democráticas de Brasil que significó salir de la crisis política por la vía del parlamento y dijo que "el gobierno argentino continuará dialogando con las autoridades constituidas a fin de seguir avanzando con el proceso de integración bilateral y regional".

Al mismo tiempo, bregó para que "el desenlace de la situación consolide la solidez de la democracia brasileña".

En tanto, el ministro Peña sostuvo que hay "respeto al proceso institucional" del país vecino, pero a su vez observan con "mucha preocupación la situación en lo económico" del país vecino.

"Brasil es nuestro principal aliado estratégico, en lo político, económico y cultural. Todo lo que pasa allí para nosotros tiene una trascendencia muy importante", añadió

Sobre la votación que sacó a Dilma, Peña afirmó: A uno le puede gustar más o menos, tener opiniones políticas sobre cómo se ha votado o no ha votado, pero no es nuestro rol como gobierno opinar de eso, sino que hay que respetar la soberanía de Brasil".